Capítulo 35

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Harry llegó muy feliz a su trabajo, prepararía una taza de té y a organizar los documentos necesarios para las citas que tenía durante el día pero la intromisión de un castaño afecto su buen humor.

-Te he dejado las carpetas de los pacientes conforme a sus horarios, el te recién hecho y Louis pidió despejar tu agenda después de las 5 porque tiene una cena en casa de sus padres.

El ojiverde analizó a su asistente varias veces, intentando dar con algún patrón raro o un impostor pero ese ceño fruncido al ser muy molesto era genuino de Niall. Ahora vestía completamente diferente a como iba vestido comúnmente, su cabello era aún más castaño y se había dejado crecer un poco la barba, además que traía anteojos, era el Niall Horan que conoció  a los trece años, claro, a excepción del bello facial.

-También dejé mi carta de renuncia sobre tu escritorio junto al anuncio para buscar un empleado, puedes revisarlo y decirme cuando esté listo para ser publicado.

-¿Carta de renuncia?

-Si, eso dije.-

El acento de Niall ahora era más pronunciado, anteriormente intentaba disfrazar su origen irlandés pero ahora parecía salir muy fluido.

-No creo poder trabajar en un lugar donde ayuden a las personas cuando yo tengo problemas psicológicos.-

-Niall, si quieres puedo darte terapia y-

-Gracias pero actualmente estoy viendo a un psicólogo.

-¿Buscas a otra persona para ayudarte que a tu mejor amigo?-  Harry sentía una ofensa como profesional y amigo.

-Te lo agradezco pero me gustaría que un extraño me atienda y no un buen amigo como tú. Quiero saber ni realidad y no que me digan lo que quiero escuchar.

-Puedo ser duro contigo si así lo quieres.-

Niall sonrió, vaya que su amigo era un orgulloso hombrecito. Considero plantear su situación a Harry pero siendo alguien que lo conoce de toda la vida dejaría de lado su sentido profesional y le hablaría como amigo, lo que necesitaba era un extraño que fuera sincero con él sobre sus defectos.

-Lo siento.

-Pues no puedo perdonarte tan fácil.

-Dime que quieres y así lo haré.

Harry fue a su oficina y regresó trayendo el sobre donde la carta de Niall estaba.

-Que sigas trabajando conmigo.- dijo mientras rompía el papel y lo botó a la basura.- Eres mi mejor amigo y no puedo dejarte ir tan fácil.

Horan rió feliz, si estaba triste de renunciar a su trabajo pero que Harry le insistirá era una felicidad inmensa.

















Terminaron de atender a los pacientes cerca de las tres de la tarde, quedando hora y media antes de que Harry fuera a la cena con su familia política, así que Niall le platico el proceso que llevaba en su terapia, los problemas que tenía y demás asuntos a tratar, el rizado desde el fondo de su corazón le deseo suerte y apoyo incondicional, como amigo y psicólogo, cosa que agradecía pues de las mejores personas que ha conocido Harry es el único que ha permanecido s su lado.

-Entonces mantendrás ese aspecto un tiempo.

-Si, ya pasó mucho desde que tuve barba y el cabello natural.- sonríe.

Ambos caminan rumbo al consultorio luego de ir a tomar algo más fuerte pero sin caerse de ebrios, de lo contrario, Mark lanzaría a Harry fuera de su casa y dejaría caer encima a Vicent.

-¿Y los anteojos? Creí que los odiabas.-

-Así es pero parte de la terapia es aceptar mi apariencia tal y como es, también alegrarme por los cambio que haga.-

-Muy bien, a decir verdad pareces alguien más serio así

-Gracias ¿sabes? Muchas veces creí que un cambio de imagen era una forma de expresión cuando el realidad era un método para ser llamativo y que todo mundo viera mi existencia.-

-¿En serio?

-Si... Deseaba tanto que la gente hablara de mi, sin importar que. Si decían que era un baño por meter a muchas personas en mi cama o un lunático por todo lo que decía sin pensar antes... Era agotador en realidad.

-Pero te sentías bien así... creo que debes aceptar lo duro y amable de esta vida. Ahora vez tus errores pero si tuvieras la oportunidad de regresar el tiempo harías lo mismo, porque pensaste que era justo.- Harry sonríe.- Es tu encanto.- gracias a la diferencia de estaturas, Styles acaricia el cabello del irlandés, mostrándole afecto.

Quizás si su maestro se hubiera enamorado de verdad, nunca le habría enseñado tantas cosas erróneas, si tan solo ese hombre tuviera un poco de amor en su corazón tal vez y cambiaría por esa persona y por él.  Lastimosamente se topó con una persona sin sentimientos sinceros o buenas intenciones, alguien egoísta y soberbio. Creyó saberlo todo y terminó siendo un ignorante en el amor.

-A que te haz enamorado de mi ¿cierto?- bromea.

-Claro, me traes como un demente por ti ¿Apenas lo notas?- le toma por la cintura.

-Señor Styles, por favor comportese. Es mi jefe y además está comprometido.-

-Pero un besito no se le niega a nadie.-

Harry intenta besarlo pero Niall se aleja riendo.

-Un lindo muñequito debería otorgarle un beso de agradecimiento a su titiritero.-

-Que escuche eso Louis y ten por seguro que tus bolas no serán lo único que corte.-

Siguieron riendo y bromeando durante su trayecto, sin fijarse que alguien veía desde lejos mientras apretaba los puños con enojo.

















Habían pasado años desde que puso un pie en ese vecindario, pasó demasiado luego que azotó la puerta principal diciendo que eran la peor familiar y negando tener relación con ellos.

Toco varias veces, esperando que alguien le abriera. La casa había cambiado un poco, tenía adornos nuevos y el árbol que recién era un retoño parecía ser más alto que el resto de los que estaban en los alrededores.

-¿Si?-

Esa voz tan peculiar, acento pronunciado y fluidez sonaron en su cabeza.

-Hola papá.- saludo.

-Niall ¿eres tú?

El hombre cerca de sus cincuenta y tantos años quedó conmocionado ante la presencia del más joven Horan.

-Si. ¿Cómo estás?-

-Abuelo ¿quién es?

Un niño de ojitos azules se asomó por la puerta. Era rubio y con una sonrisa deslumbrante. Bobby miró a su nieto y después a su hijo.

-Familia... nuestro último Horan está de regreso... ¡Niall está aquí!- gritó alegre a los adentros de su casa.

Psicólogo eróticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora