Igual que una colegiala enamorada, llegó a su hogar para contarle a su progenitora lo que había ocurrido con su psicólogo. Su felicidad debía ser compartida.
- Prácticamente me dio a entender que le gustó.- sonrió.-
-Me alegro amor.- sonrió la mayor.-No era lógico que se resistiera a tus encantos.-
-Mamá.- reprochó con las mejillas sonrojadas Louis. Su madre sabía cómo hacerlo pasar por momentos incómodos.
-¿Y qué pasará ahora?-
-Supongo que saldremos o haremos algo para que él me pida ser su pareja.-
La señora sonrió con felicidad. Ama tener esa confianza con Jay, poder contarle sus secretos y pedirle consejos u opiniones. Johanna era su mejor amiga y nadie podía quitarle ese lugar.
[...]
Una gota de sudor caía lentamente de su frente, su interior estaba siendo alborotado. Tenía una gran cantidad de nudos en su mente y me miles de llamas en su garganta.
¿Qué acaba de hacer?
-No entiendo. Te gusta pero no quieres estar con él.-
-Correcto.- afirmó para después beber directamente de una botella de licor altamente fuerte. Podía ser bisexual, podía amar el color rosa y quizás pintarse las uñas y ser un poco afeminado pero... Vamos, es un hombre después de todo y como tal hace actos maleducados.- No quiero tener algo serio con él.
-Entonces sólo quieres un revolcón.
-¡No!- se apresuró a decir.- Es difícil de explicar...- ¿En que momento se le ocurrió llamar a Niall?- Me gusta, me siento bien cuando estoy con él...
-Pero-
-Pero no quiero pertenecerle.
-Sigo sin entender, Harold.
-No quiero que pase lo mismo con Taylor. Sus celos, sus cambios de humor, las peleas por haber olvidar fechas y-
-¿Te has dado cuenta que Louis no es una mujer? Él no es tan bipolar como ese enigma llamado mujer.- Argumentó su amigo.- Además, tu relación con Taylor fue muy tóxica, a ella le gustaba tenerte rogando.
-Niall... Debes admitir que yo me gané las humillaciones de ella.
-Si pero-
-Niall.- interrumpió al rubio.- No soy una persona fiel. Cada cinco minutos me gusta alguien y... Terminó haciendo estupideces.- confesó.
Era verdad, el rubio no podía refutar ante la confesión de Harry. El mencionado siempre era un don Juan con cara de ángel, las mujeres y hombres del pueblo caían ante sus encantos, nadie podía negar que sus dotes le había sido bien otorgados. Niall no podía objetar ya que le conocía la fama a su amigo.
-Me arrepiento de haberle dicho que me gusta.-