- No sabés quién soy? - pregunto serio.
- No, ni me interesa en lo más mínimo y si cree que por una copa gratis me tendrá a sus pies está totalmente equivocado - se levanta y veo cómo se va dejándome solo.
Así me gusta con agallas que no le tengas m...
- Mañana necesitarás una maldita silla de ruedas - me quito el pantalón y el boxer de una.
Quedó completamente desnudo ante ella, me mira con una sonrisa divertida y una mirada de asombro. Comienzo a besar sus piernas, haciendo una línea llegando a sus muslos.
Toco por encima de la tela su zona sensible, ella comienza a gemir y retorcerse en la cama, joder mi pene se está poniendo duro con solo mirarla.
Quitó la pequeña braga y acercó mi boca a su zona. Comienzo a lamber lentamente, dirijo mi mano a su pecho y hago círculos en su pezón.
- Más...más rápido - gime fuertemente.
Aumentó la velocidad de mi lengua, se le escapan pequeños gemidos de placer, no aguanta más, y me da su primer orgasmo.
Me alejo y atacó sus labios, saco un condón de mi pantalón y me lo coloco, acomodó mi pene en su entrada y la miró.
- Estás segura de esto?
- Segurísima hazlo por favor - ruega.
Comienzo a meterlo lentamente para no lastimarla, hunde su rostro en mi cuello, paró un momento para verificar que no le duele.
- No pares - me regaña.
Lo meto completamente, saco y meto despacio, un gemido sale de mi boca.
- Más rápido - dice exitada.
Comienzo a aumentó mis embestidas.
- Di mi nombre nena - ruego gimiendo.
- Mmm - dice a punto de llegar a su segundo orgasmo.
- Dilo, dilo - pido acercando mi boca a su oído.
- Marco - logra decirlo y se escucha tan malditamente glorioso.
- Tu boca solo dirá mi nombre, ningún otro más - aseguró.
Su cuerpo se tensa debajo y llega su orgasmo, sigo penetrando hasta llegar al mío.
Se monta encima de mi y coloca mi miembro en su entrada, comienza a dar pequeños y lentos saltos.
Maldición me está torturando, la tomó de las caderas y hago que las penetraciones sean más rápidas y más profundas.
- Oh.. mierda - gime.
Aceleró las penetraciones hasta que llega a su orgasmo. La dejo caer en la cama cuidadosamente pero se levanta de inmediato.
- Otra vez - dice feliz.
- Eres asombrosa e insaciable - digo riendo.
Pasamos la noche entre gemidos y gritos de placer.
- Descansa nena - beso su frente.
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Hola lectoras soy nueva en esto así que espero haberlo hecho bien. Saludos.
