¿Y si eres un capricho más y se me olvida?
Si me rompieras el corazón,
o si esta vez te lo rompo yo.
− ¿Qué piensas de mí, Julia? –preguntó impaciente por mi respuesta.
− Pienso que eres una persona que no se conforma con nada. –le respondí.
− Inconformista, me gusta. –me interrumpió con una sonrisa.
− Iba a decir caprichosa. –jugué con la botella. –Mentirosa, manipuladora...
− Vaya, veo que has preguntado por mí. –cogió la botella. – ¿Tan importante soy para ti? –preguntó sonriendo burlona.
− Me toca a mí. –pensé mi pregunta. – ¿De verdad quisiste a Dan? −pregunté con algo de miedo.
Y el miedo no se fue, porque Alicia decidió beber un gran trago en vez de responderme. Lo que significaba que me iba a quedar sin saber la respuesta, y no sabía cómo tomarme el silencio de su parte.
− ¿Y tú? –cuestionó levantando la cabeza ligeramente.
Mordí mi carrillo, nerviosa. No es que no quisiera responder es que no sabía la respuesta. Así que suspiré y le arranqué la botella de las manos para beber lo más que pude.
− Sorprendente. –se burló Alicia riéndose.
− ¿Qué sientes por Laura? –pregunté sin pensarlo.
Alicia se rió, pero no esquivó mi mirada en ningún momento. Cuando paró de reírse, me miró seria y se sentó sobre sus piernas, quedando un poco más alta que yo, pese a que fuéramos exactamente de la misma altura. Cogió el borde de su camiseta y se la levantó poco a poco, bajo mi mirada.
Se pasó la camiseta por encima de la cabeza lentamente como si quisiera que la siguiera mirando. Se la quitó y la tiró por los aires, di gracias a que no estaba desnuda, sino que llevaba un sujetador a juego con sus bragas negras.
Fruncí el ceño ante eso y ella se rió, acercándose un poco más a mí, como si no estuviera lo suficientemente cerca ya.
− ¿Y tú, Julia? –me susurró. – ¿Qué sientes por Laura? –preguntó lamiéndose los labios despacio.
Iba a beber, pero me arrebató la botella antes de que pudiera pegarle un sorbo.
− Igualdad de condiciones. –sonrió sombría.
Eso de igualdad de condiciones era relativo porque si yo me quitaba la camiseta que llevaba puesta iba a quedarme solamente en bragas ante ella.
− ¿A dónde quieres llegar con esto, Alicia? –pregunté un poco molesta con su actitud de no responder nada.
− Eso es una pregunta y no te toca preguntar. –me recordó incorporándose un poco más, quedando más alta que yo de nuevo.
Cogí el borde de la camiseta y me la quité rápidamente, poniéndome el pelo por delante de mis pechos antes de que pudiera llegar a ver nada, pero al parecer ella había prestado demasiada atención.
− Vaya. –susurró sorprendida. –Esto se pone mejor de lo que esperaba. −sonrió.
− ¿A dónde quieres llegar con esto? –repetí mi pregunta.
Ella iba a beber, pero le arrebaté la botella de la misma forma que ella lo había hecho antes conmigo. Miró mis pechos desnudos y su mirada se oscureció, pero su sonrisa no decayó, al revés.
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1. Desde la ansiedad.
Novela JuvenilDesde que su madre murió, Julia ha estado sufriendo ataques de ansiedad, sobre todo después de salir de una relación tóxica con un chico. Ahora es mayor de edad, lo que supone poder ir al médico sin que su padre se entere. Empezar a vivir una segund...