Capítulo 14

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Me encuentro atada de los pies en una habitación fría y sucia, no hay una sola ventana para que entre la luz. Observo la habitación para verificar si hay algo con que defenderme pero la habitación está vacía así que me siento en el sucio piso para esperar a que entre la persona que me a secuestrado. Todo es confuso para mí, se suponía que estaba en la fiesta y bebí demasiado, comencé a sentirme mareada y a ver borroso y alguien me saco del lugar para que pudiera tomar un poco de aire fresco pero me desmayé y cuando desperté estaba en este lugar.

La puerta se abre y entran dos hombres y tiran a Matthew en la habitación, los hombres se hacen a un lado y dejan entrar a la mujer.

—Lamento las condiciones en las que está la habitación princesa —dice con una fuerte risa.

—¿Quién eres tú? —pregunto.

—Oh que falta de modales. Me presento soy Abigail íntima amiga de Ellie y novia de Caden.

—¿Tú eres la que estaba encerrada por loca?

La mujer llamada Abigail se pone sería y se acerca a mi, me coge del cabello para que la mire.

—Yo no estoy loca —dice furiosa—. Y si sigues de graciosa te voy a mandar a la habitación de tortura.

—Claro que no estás loca —me le burlo.

—No lo estoy.

Me quedo callada y la ignoro girandome para poner mi atención sobre Matthew que está en la esquina en silencio, en sus ojos se puede ver el miedo que tiene, yo estoy segura que pronto saldremos de esta mierda. Abigail se acerca a Matthew y se pone de cuclillas para hablarle.

—Pensé que te había quedado claro eso de que Caden no soporta que lo traicionen.

Él trata de hablar pero solo tartamudea y de su boca solo salen palabras sin sentido.

—Yo lo obligue a que lo traicionara —digo rápidamente para salvar a Matthew.

—Entonces tu sufrirás el castigo —dice la loca.  

—Déjenla —ruega Matthew.

Ella truena los dedos ignorando por completo las palabras de él, los hombres se acercan a mi para arrastrarme del cabello hacia fuera. Matthew intenta hablar pero la loca lo calla con una bofetada y desaparezco en el pasillo, los hombres me jalan con fuerza y yo solo puedo soltar un quejido por el dolor que me causa ser llevada del cabello. Me llevan a la última habitación donde está una puerta de color rojo, al abrirla puedo ver qué hay una cama de fierro en medio, me colocan sobre ella sujetándome las manos y los pies, acomodan la cama para que quede levantada y se marchan, trato de soltarme pero me es imposible. Puedo observar todo lo que hay en la habitación y todos los objetos que hay son para torturar, la puerta se abre y entra Abigail con una sonrisa malévola que me hace estremecer porque se lo que va a pasar.

—Tu error fue hacerte amiga de personas que no debías —dice la chica mientras mueve una palanca.

Siento como mis brazos y pies se estiran hasta que comienzo a sentir dolor.

—¡Maldita loca! —grito de dolor.

Ella ríe disfrutando de mi dolor. Me da la espalda y busca en la mesa algún objeto para causarme dolor, coge un látigo y da golpes en su mano mientras me ve observa con una sonrisa en su estúpido y rostro, me  recorre el cuerpo con el látigo y se detiene en mi abdomen, cierro mis ojos y siento el fuerte ardor del látigo en mi abdomen, aprieto mis dientes para no gritar de dolor, sin embargo, eso no funciona cuando vuelvo a sentir el látigo sobre mi piel, ella se las ingenia para darme la vuelta y que quede de espaldas para seguir golpeándome. 

Lo que nunca seremos  (Amores Deseados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora