Capítulo 10

2.7K 256 72
                                    

Mañana por la tarde partiremos y este es el último día el cual pasaremos aquí en la playa antes de irnos de nuevo al departamento, una semana llena de diversión con mis amigos, eso fue lo más emocionante después de tanto tiempo estando sola y encerrada en mi departamento. Vacío el cereal en mi plato y procedo a buscar la leche pero no hay nada y no hay nadie en la casa que me lleve al supermercado para comprar, me siento frustrada por no poder desayunar. Todos se han ido para conocer un lugar que está lejos de la playa que solo Drake y yo conocemos así que yo no quise ir porque no quería levantarme temprano.

Me sobresalto al escuchar unos pasos arriba, Candy me dijo que todos se iban. Camino hasta las escaleras dudando entre subir o marcarle a la policía, cojo un objeto para defenderme y me armó de valor para subir, el ruido proviene de la última habitación así que con cuidado la abro, entro y observo por todos lados para verificar si hay alguien pero no hay nadie.

—¿Qué haces en mi habitación? —salto al escuchar la voz de Noah.

Me giro para encontrarlo mojado y con la toalla en la cadera, las gotas de agua aún caen por su cuerpo tatuado y mente pervertida aparece imaginando cosas que no debe. Me quedo embobada mirando y el esboza una sonrisa ladeada.

—Candy me dijo que no iba a ver nadie en la casa —digo colocando mis manos en mi cintura.

—A última hora decidí no ir —encoge sus hombros y se deshace de su toalla.

Rápidamente me cubro mis ojos para no verlo desnudo.

—Me voy —digo dándole la espalda.

—¿A dónde vas? —pregunta con voz seductora.

Oh no. 

—Tengo que ir al supermercado —digo sin mirarlo.

—¿Te da miedo verme desnudo y volver a caer en mis encantos?

—La palabra miedo es algo que no conozco —lo encaró.

Tiene puesto el bóxer y juega con el para provocarme, su cabello está completamente mojado e imagino como sería enredar mis dedos en el.

Concéntrate, Anne.

—Vamos te llevaré al supermercado —dice con una estúpida sonrisa en su rostro.

Salgo de la habitación y espero en la sala hasta que salga, mi celular vibra en mi bolsillo y contesto la llamada.

—Hola, hija.

—Padre, ¿Que pasa?

—¿Dónde estás? —pregunta y puedo escuchar como suena preocupado.

—En la casa de la playa.

—Debiste informarme, te vine a buscar al departamento para despedirme.

Ignoro el hecho de que no se haya acordado que si le avisé.

—¿Despedirte?

—Si, tengo una nueva misión pero no será muy larga en una semana estaré de vuelta.

—Okey.

—Quiero que te comportes y no te metas en problemas, si necesitas de algo puedes llamar a tu madre.

—Claro, te quiero

—Y yo a ti cariño.

Cuelgo y esbozó una sonrisa recordando lo mucho que amo a mi padre. Los pasos de Noah me hacen borrar mi sonrisa, cojo las llaves del auto y salgo para esperarlo en el auto. Abro la puerta del auto y me siento adelante, un fuerte dolor me ataca en la cabeza y cierro mis ojos para que pronto desaparezca, la puerta del copiloto se abre y abro mis ojos para ver a Noah con una playera negra. Le doy las llaves y comienza a manejar hasta el supermercado que está cerca pero ni loca camino cuando tengo auto.

Lo que nunca seremos  (Amores Deseados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora