Capítulo 15

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Haraldo Dumont

La misión ha sido todo un exito y ya estamos de regreso hacia la ciudad. Hemos acabado con un grupo que trabaja para la mafia italiana y ninguno espera las felicitaciones del coronel porque sabemos que eso no pasará pero es parte del trabajo y debemos cumplir con nuestro deber. Bajo del avión y me dispongo a caminar hacia donde esta el ministro y el coronel, los saludo cómo se debe y los dos me saludan, el ministro me da una palmada mientras que él coronel sigue en su lugar sin decir nada.

—Buen trabajo, capitan —dice el ministro.

Asiento con orgullo.

—Permiso para retirarme.

—Retirese, capitán —dice el coronel.

Sigo mi camino para volver a mi trabajo de siempre, cojo mi celular de mi bolsillo y lo enciendo ya que todo esté tiempo lo he tenido apagado por la misión, las miles de notificaciones de mi celular me sorprenden y checo la primera que es una llamada de un número que no tengo agendado, llamo al número impaciente por qué me contesten.

—¿Señor Haraldo?

—Si, ¿Quién es usted?

—Soy Noah Collins, amigo de su hija y le he estado marcando para decirle que Anne está desapercibida y necesito de su ayuda para encontrarla. 

Todo se detiene a mi alrededor, mi pequeña Anne está secuestrada, la rabia y desesperación se apoderan de mi.

—¡Joder! ¿Cómo que mi hija está desaparecida?

—Tengo la sospecha que fue Caden Collins —aprieto mi celular y cuelgo.

Camino hecho una furia, me encuentro con mi esposa quien me da un pequeño beso antes de hacerla a un lado y seguir con camino, ella me sigue casi corriendo.

—¿Qué pasa? —pregunta ella alterada.

—Anne ha desaparecido y necesito que el capitán me ayude a rastrear su ubicación.

—Esa niña siempre tiene que hacer sus estupideces, no puede dejar de joder.

Ruedo los ojos porque no es momento para que pelee con ella sobre nuestra hija.

—Es nuestra hija tenemos que ayudarla.

—Sabes perfectamente que Anne no es nuestra hija, ella no estuvo en mi vientre, ¿Y como eres capaz de amar a alguien con la que no has compartido tanto tiempo?

—Cierra la boca.

Entro a la oficina de Capitán Taylor y él se levanta de su asiento alerta por la agresividad en la que he entrado.

—Necesito que me ayudes a encontrar a mi hija Anne —digo desesperado.

Él parece estar confundido porque todos saben que yo no tengo hijos y ahora salgo con que necesito que busque a mi hija.

—Luego te explicare todo pero ahora necesito que me ayudes —digo para que actúe rápido — Aquí está toda la información de ella — me entrego un papel.

Asiente y comienza a teclear rápidamente en su laptop. Me muevo impaciente por toda la oficina, Adele solo está de brazos cruzados sin darle tanta importancia y no puedo creer que no le importe lo que pase con nuestra hija, puede que no la haya tenido en el vientre por nueve meses pero en estos años hemos sido sus padres.

—Va hacer difícil encontrar la ubicación pero no es imposible solo tardaré un poco ya que el lugar en el que se encuentran no esta registrado —avisa el capitán.

Me dejó caer en el asiento para controlar un poco mis nervios. El capitán Adams entra a la oficina y observa la escena, suelta un gran suspiro.

—¿Qué están haciendo?

Lo que nunca seremos  (Amores Deseados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora