XIV

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(Rengoku's Death - Mask Music)

—¿Ya has caído? Y yo que pensaba que eras más fuerte...— Dijo sonriendo maliciosamente el demonio, aquel que había hecho del cuerpo de Akuma, un destrozo sangriento.

—A-akuma... Akuma...—Susurró Tanjiro, viendo aquella escena, muy apenado, pero sin derramar lágrimas, pues el, era valiente.

—R-rengoku...—De repente, por alguna razón, Akuma logró volver en si, y con sus escasas fuerzas, susurró aquello, intentado levantarse.

—Oh... Oh... ¡Se ha despertado!—Gritó sonriente el demonio, con ganas de destrozarlo de nuevo, 

—N-no te fuerces tanto... No lo hagas, joven... Si lo haces...—No acabó la frase, pues escupió sangre, el pilar, realmente estaba acabado.

Apretó los dientes, y con valor, volvió a equilibrarse, logrando romperse algunos huesos. Akuma realmente valía para ser cazador, y no decepcionaria a las personas que lo cuidaron hasta el último momento.

—¿Todavía puedes hablar?—Dijo Akaza, subestimando a Rengoku hasta el final, pues ya no miraba a Akuma, su maliciosa mirada se centraba en el pilar.

—A-akuma... ¡No lo intentes!—Tanjiro inmediatamente se dió cuenta de lo que quería hacer el peliblanco. Intentaba ayudar, pero apenas podía moverse y solo podía visualizar aquello.

De nuevo, aquel destello de luz blanca, volvió a emerger de la Nichirinto de Akuma. Esta vez. Lo hizo con una sonrisa dibujada en su rostro.

—¿C-como?—Akaza, que ya no sonreía, miraba con el rostro serio a Akuma, que intentaba asestarle el golpe en el cuello.—¿¡Como te has vuelto a levantar?!—Un impulso hacia tras, en el momento correcto, provocó que lo esquivara a la perfección, sin recibir ningún tipo de daño.

—N-no me... Voy a ren-rendir tan fácilmente...—Habló entrecortado Akuma, de nuevo empuñando la Nichirin fuertemente.

—¡Basta!—Gritó Tanjiro, pues sabía lo que vendría luego.

—S-septima postura...—Uno de los pies, se enterró bajo tierra, el otro sin embargo, logró que la pierna se flexionara, intentando recrear la postura de un impulso.

Su cuerpo, envuelto de unas pequeñas partículas relucientes, empezó ha abrir heridas de nuevo.

—¡Fuego divino—

A la velocidad de un cometa, Akuma empezó a correr rodeando al demonio, provocando así un torbellino de fuego blanco.

¿Q-que intentas?—El demonio tenía miedo, pues no sabía que pasaba y no podía seguir con la vista por donde le iba a atacar.

Sin decir nada, Akuma resurgió del lado derecho, y intentó asestarle de nuevo, un tajo en el cuello, sin lograr nada. Otra vez lo intentó, esta vez por la izquierda, y de nuevo por la derecha, así muchas veces, hasta conseguir despistarlo por completo y porfín.

—¡Muere!—Asestarle el golpe de gracia, logrando así, cortarle la cabeza al miserable demonio.

Cuando el torbellino perdió intensidad, Tanjiro logró ver dos cuerpos tirados en el suelo, el de Akuma, y el de Akaza, que ya no tenía cabeza.

—Lo ha... ¡Lo ha conseguido!—Dijo con alegría Tanjiro, reincorporándose y logrando acercarse a Rengoku.

—K-kamado-Shōnen...—Con dificultad, logró dedicarle algunas palabras.

—¡Lo ha conseguido! ¿Lo ha visto? ¿Ha visto como ha logrado cortarle la cabeza al demonio?—Estaba muy emocionado, y Rengoku sonreía por ello, pero no todo podían ser victorias.

—T-tanjiro...—

—A-ahm... Perdón, es que... Me he emocionado un poco—Admitió esta vez posando su mano en su pecho.— Dígame...—

—Tsk...—El brazo del demonio, se estaba desintegrando, y con el, el cuerpo también lo hacía.

—R-rengoku...—Se daba cuenta de lo que realmente pasaba, si ese brazo desaparecía, Rengoku se desangraria por completo y moriría al instante.

—Y-yo... quiero que le digas a Akuma, que Tijuro estaría orgulloso de el...—Tanjiro no sabía quién era, pero acatará las órdenes de su superior, por supuesto.

—Pero... T-tú, debe haber alguna forma en la que puedas seguir viviendo... ¿No es así?—Preguntó entristecido.

—T-tú hermana... Nezuko... Es aceptada por el pilar de la llama...—Dijo sin responder a lo anterior.

—Rengoku... Responde...—Tanjiro, lograba ver más borroso cada vez que pestañeaba.

—En mi finca... En mi finca hay muchos libros que seguro, c-contienen algo de la respiración de t-tu padre...—Sonrió aún más, con las pocas intenciones y fuerzas que tenía.

—¡Rengoku!—Tanjiro, empezó a derramar lágrimas, finas, pero dolorosas.

—Ha sido un placer conoceros a Akuma, y a ti... Inc-incluidos El jabalí y el de riz-rizos de oro...—Incluso la máscara de Inosuke que presenciaba todo, desprendía pequeñas lágrimas.

—Traeme... T-traeme a Akuma... P-por favor...—Dijo mirando al Jabalí, que acató sus órdenes y en un abrir y cerrar de ojos, puso delante suyo, a Akuma ensangrentado y dolorido. lo sostuvo, pues no se podía mantener en pie, pero al menos respiraba.

—R-ren—No acabó de pronunciar el nombre, no podía casi hablar.

—E-eres especial... Sé que lograrás lo que te propongas... Po-Por eso quiero que nunca te rindas...—En tono melancólico y adolorido, el pilar dijo.—Se lo he ordenado a Tanjiro pero...—La mano de Rengoku, acarició muy vagamente el blanquecino pelo de Akuma.

—Tijuro... Estaría muy orgulloso de ti—

Esas fueron las últimas palabras que el pilar pudo decir con tranquilidad, pues, había muerto al instante.

—¡Akuma!—Gritó el maldito cuervo que siempre lo molestaba.

Akuma, simplemente respondió dirigiendole la mirada.

—Muy bien. Lo has hecho, muy bien.—Sonrió el cuervo, por primera vez en años.

—¿A-ah si? Gracias...—

Dijo Akuma antes de caer en un muy, muy profundo sueño.

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Por, y para el.

𝑴𝒂𝒔 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora