XVIII

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Akuma era de aquellos que moriría fácilmente en cualquier batalla, y el ex-pilar. Lo sabía perfectamente. Por ello mismo también tuvo que entrar en razón.

3 días...—Dijo sin más.—3 días para que mejores al completo tu destreza con la Nichirinto. Solo cumplo órdenes de mi hijo. Si vas a ser un pilar, tendré que hacer que así sea.—Se cruzó de brazos, y salió al patio, observando el sol por un prolongado tiempo.

—¿De verdad?—Sin creerselo, lo acompañó hacia su patio. Y volviendo a respirar tranquilamente, después de aquel rapapolvo que el mismo había dado.

Esperando a que el contrario dejara de admirar el sol, el, simplemente se preparó, aún dolorido físicamente.

—Tanjiro se ha ido, he ordenado a Senjuro que se lo llevase fuera de aquí—Pronunció, acercándose a el futuro pilar de la llama. O al menos, el pretendiente.

—Pero... Yo, no estoy del todo recuperado, no puedo hacer mucho esfuerzo físico...—Dijo preocupado, por los daños que le hizo enfrentarse contra aquel demonio.

—Parece que no lo entiendes...—Esta vez, miró desafiante a Akuma.— Los pilares han de ser capaces de adaptarse a cualquier situación, sea cual sea la circunstancia... Y unas cuantas heridas, no han de frenar su rendimiento. — Le dió la espalda, y cruzó los brazos.

—P-per— Inmediatamente, sus palabras fueron calladas por las del contrario.

— Vas a fusionar tus dos respiraciones.—Dijo refiriéndose a la que emitió aquel destello que acabó con el demonio.

—¿C-como sabes que tengo dos respiraciones?—Preguntó de forma curiosa y extrañada.

—Tijuro, fué un pilar fundamental. Y, el único que poseía dos respiraciones.—El contrario, tuvo que aclarar las cosas, pero no quería ir más allá.

—Mi abuelo... ¿Era un pilar?—Sonrió, no muy orgulloso de ello.

—3 días de entrenamiento, no de paliqueo.—Dejó en claro el ex-pilar.

—Está bien... Lo entiendo.—Inspiró fuertemente, y sonrió a pesar de la dificultad.

Y, aquella fue la última vez que volvió a sonreír.

(As the world caves in- Sarah Cothran)

—¡Muzan!—Un grito desgarrador, bastó para alertar a los pilares todavía vivos.

—No has aprendido todavía a callar... ¿Y quieres ser un pilar?—Preguntó el jefe de los demonios, pisando el pecho de Akuma como si fuese un juguete.

—Q-quita tu asqueroso pie...—Dijo escupiendo sangre, e intentado escabuyirse.

—Si vuelves a moverte, te aplastaré la cabeza.—Presionó el pecho del contrario aún más fuerte.

—Soy... N-no... mejor dicho... S-seré el pilar de la llama... Y te mataré...—En un abrir y cerrar de ojos, desapareció, y volvió a aparecer tras Muzan.

—Q-que...—Muzan tardó en reaccionar, y lo hizo esquivando un ataque básico.

—Muere...—Akuma intentaba asestarle golpes a Muzan, pero el contrario los esquivaba todos.

Así fue durante un largo tiempo, pero Akuma, no se cansaba, y seguía intentando asestar los golpes. Muzan sin embargo, ya se estaba empezando a aburrir y en cuanto menos se lo esperaba Akuma, le asestó un golpe seco en el pecho.

M-mierda...—Se quejó Tanjiro, recibiendo aquel golpe.

—¿T-tanjiro?—Abrió los ojos impresionado.

𝑴𝒂𝒔 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora