🌈CHAPTER SEVEN

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Caminaba hacía la preparatoria, pasaba cerca del lugar donde el día de ayer choque con Gallagher, pero a diferencia de ayer el no estaba.

Suspire y seguí caminado, llegue pensando que el estaria ahí, lo busque con la mirada sin poder verlo. Al parecer no llegaria hoy.

Mi primera clase era matemática, por lo visto hoy no seria mi día. Caminé por los grandes pasillos hasta el salón, me sente como es de costumbre hasta el final del salón.

Era exactamente la hora despues de recreo y yo moria de sueño, quería ireme a casa y probablemente nunca regresar a esta preparatoria.

Caminaba a mi siguiente clase, la cual es quimica y no, no hablo de quimica en la cual usan tubos y muchos componentes los cuales pueden explotar.

En medio del camino alguien comenzó a caminar a un lado de mi, haciendo que pegara un saltó.

—¿Querias matarme de un infarto? —pregunte llevando una de mis manos hacia mi pecho.

—Si, yo también estoy feliz de verte O'Neill —respondió Aidan.

—Solo faltan dos horas para salir, ¿por que llegas a esta hora?.

—Awww, ¿te preocupaste por mi? —pregunto burlón a lo cual simplemente gire los ojos divertida.

—Simple cortesía —arrugue mi nariz y comence a apresurar mi paso.

—¡Esperame! —exclamó.

Ambos llegamos al aula. Esta clase era con el profesor acosador William. En si, el sí era un acosador.

Cuando tenía quince se preocupaba demasiado en saber donde estaba o que hacia, después se fue alejando y dejar de espiarme en los recesos.

Nos sentamos en los últimos asientos. Aidan a un lado de mi, el comenzo a sacar sus materiales mientras yo echaba mi cabeza sobre el escritorio

—Quiero irme de aquí —hablé cerrando lo ojos.

—Vamonos —respondió alzando los hombros. Yo asentí.

—Si... Pero me ire yo, tu te quedaras aquí.

Agarre mi mochila y le levante de mi asiento pasando por el de los demás, escuche como Aidan se quejo al ver que me comenzaba a ir. Sentí a alguien siguiendome, sin duda era Aidan.

Estaba a nada de salir cuando alguien se pone frente a mi tapando el paso.

—¿A donde va señorita, O'Neill? —pregunto el profesor William.

—Ire al baño —respondí en susurro intentando pasar a un lado, pero su mano no me lo permitió.

—¿Con en permiso de quien? —suspire rendida haciendome un poco hacia atrás, la mirada del profesor ahora se dirigió a Aidan, quien estaba detras de mi sin decir nada— ¿Otra vez usted señor Gallagher?. Ayer fue lo mismo ¿ahora cual es su excusa?.

—Se acabaron mis pastillas, —lo voltee a mirar y este alzo un pequeño frasco. Fruncí mi entrecejo aún viéndolo— Y necesito ir a enfermeria.

El profesor William asintió y se hizo a un lado para que Aidan saliera yo iba a ser lo mismo, pero de nuevo el profesor no me lo permitió.

—¿Entonces? —volvió a preguntar. Vi como Aidan me hizo una seña, debía de inventar algo.

—Tengo mi periodo, ¿que quiere? ¿que le muestre mi toallita sanitaria? —hable con burla, pero aún un tanto seria.

El profesor trago en seco ante mi sinceridad y sin reproches me dejo pasar.

Comencé a caminar acercándome al primer cruce de los pasillo. Una mano me detuvo, por un momento me asiste pero al ver de quien se trataba me tranquilice.

Comenzamos a caminar hacia la salida, en silencio. No me preocupaba salir, a esta hora solo estaba el guardián que por una pequeña cantidad de dinero te deja salir y entrar a la preparatoria.

—Así que... ¿Pastillas?

—Son para el dolor de cabeza —respondió con rapidez, simplemente asentí, no me meteria en su vida privada.

Llegamos a la entrara, el viejito chocho me pidio veinte dolares. De mala gana se los di y salimos de ese infierno.

—¿Y tu patineta? —pregunte, realmente no sabia de que hablar, así que preguntaba lo primero que se viniera a mi mente.

—¿No tienes un tema de conversación cierto? —asentí riendo.

—No tengo ni idea de lo que podamos hablar —respondí.

—¿Ahora que haremos?, digo... Ya salimos no tenemos nada que hacer.

—¿Alguna ves haz grafiteado una pared? —pregunte voltendolo a ver. Este negó.

Quedamos en silenció hasta que ambos volvimos hablar.

—Hay que hacerlo. —dijimos en unisono.

—Bien, solo traía treinta dolares y el viejito de la entrada me pidio veinte así que solo me queda diez.

—Solo tengo diez —alzo el billete de diez dolares.

—Bueno, con esta sera.

Comenzamos a correr hacia la primera tienda que nos quedara cerca. Nunca se me habia ocurrido hacer tantas estupideces.

🌈𝑮𝑨𝑳𝑳𝑨𝑮𝑯𝑬𝑹 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora