🌈𝑮𝑨𝑳𝑳𝑨𝑮𝑯𝑬𝑹 [✔]

🌈CHAPTER TWENTY NINE

Viernes, un día como cualquiera. Los rayos de sol pegaban exactamente en mi cara, levante un poco mi cara para poder divisar la habitación, a mi lado estaba Aidan, en su teléfono.

―Buenos días ―saludo dejando su teléfono en la mesita de noche.

―Buenos días ―salude de vuelta― ¿Qué hora es?

―Diez de la mañana. ¿Hoy si saldremos? ―reí y asentí.

―Ve a bañarte, yo ayudare a tu madre a poner la mesa. ―Aidan asintió y se levantó de la cama, seguido por mí.
Baje a la planta baja, pase por la sala hacia la cocina, en esta ya se encontraba Lauren.

―Buenos días ―salude.

―Buenos días ____ ―saludo de vuelta. ― ¿Podrías poner los platos en la mesa? ―asentí y tome los platos y vasos, los coloque en los lugares correspondientes, y ambas nos sentamos― ¿Y Aidan?

―Está bañándose ―respondí metiendo un poco de fruta a mi boca.

― ¿Hoy tienen planes?

―Pensábamos salir para que Aidan utilice la patineta.

― ¿Llevaras tu cámara? ―indago a lo que yo sonreí.

―Definitivamente, y cuando regrese le mostrare las fotos ―Lauren asintió con una sonrisa. Alguien bajando de las escaleras hizo que dejáramos de lado nuestra pequeña platica.

―Buenos días ―saludo Aidan terminando de bajar las escaleras, se sentó a un lado de mi empezando a comer su desayuno.

Entre risas, bromas y platicas terminamos de desayunar, subí a mi habitación y entre al baño para poder bañarme. Al terminar de bañarme me puse lo de siempre, unos jeans negros rasgados, unas botas y una blusa de tirantes con una blusa de botones de cuadros negros y rojos.

Tomé mi bolsa negra cruzada y ahí metí mi celular, audífono, billetera y las pastillas de Aidan. En mi cuello colgaba mi linda cámara antigua, la cual me había regalado Lauren, camine a la habitación de Aidan y de uno de sus cajones saque sus lentes de sol.

― ¡Andando aguafiestas! ―escuche que grito Aidan, gire los ojos con una sonrisa y baje las escaleras, a la mitad de estas me detuve y hable.

―____ ―corregí con una sonrisa ladeada.

―O´Neill ―volvió a decir. Le entregue los lentes, nos despedimos de Lauren y salimos de casa, Aidan con su nueva patineta. Y yo con mi cámara.

― ¿Ya sabes a donde iremos? ―pregunte.

―Iremos a un skatepark que está cerca ―informo.

En todo el camino Aidan iba montado en la patineta, mientras yo fotografiaba algunas cosas a mi alrededor. Cuando llegamos estaba vacía, lo cual agradezco, pues no me gusta los lugares llenos de personas.
Aidan comenzó a jugar en aquel lugar mientras yo estaba sentada en el suelo viendo las fotos que había tomado en el camino hacia ese lugar. De un momento a otro yo ya me encontraba tomándole algunas fotos a Aidan.

Saque mis audífonos y los conecte a mi teléfono, la música comenzó a sonar, el viento chocaba con mi rostro y a pesar de ser eso de las doce, el clima era nublado.

Me quite la blusa de cuadros y la puse en el suelo enrollada, recosté mi cabeza sobre esta y una vez cómoda no despegue mi vista del cielo. Esta relajada, estos últimos días han sido diferentes, algo dentro de mi hace que tenga miedo.

Después de unos minutos ahí, escuchando la música y viendo al cielo, alguien se acostó a un lado de mí, gire mi vista para poder ver a Gallagher.

― ¿Y? ―cuestione quitando mis audífonos.

― ¿Y qué? ―cuestiono de vuelta poniendo sus brazos debajo de su cabeza.

― ¿Qué te pareció la patineta?

―Me gusto ―murmuro guiando su vista hasta mi ― ¿Tomaste fotos? ―asentí y le entregué la cámara. Aidan comenzó a ver las mientras yo me concentraba en apreciar el cielo.

― ¿Qué te parecen las fotos? ―indague curiosa después de unos minutos.

― ¿Cuál es tu obsesión por tomarme fotos distraídos? ―pregunto burlón.

―Habla el que me espiaba desde su habitación ―contrataque, Aidan giro los ojos. ― dame ―le quite la cámara y la voltee para poder tomarnos una foto juntos.

Gire a ver a Aidan y este sonrió, se acercó más a mí y al momento de dar el click para tomar la foto el dejo un beso en mi mejilla haciendo que por inercia cierre los ojos con una sonrisa.

Las gotas comenzaban a caer, era el momento de irnos. Levante mis cosas y Aidan tomo su patineta, cuando el agua comenzó a caer en mayor cantidad comenzamos a correr intentando no mojarnos, algo que fue imposible a pesar de que la casa no quedaba tan lejos.

Al llegar al pórtico de la casa puse mis manos en mis rodillas intentando recuperar el aire, me recargué en la puerta comenzando a recuperar mi postura.

Aidan saco las de llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta para poder entrar, al entrar la casa tenía un delicioso aroma a chocolate. Camine a la cocina junto con Aidan hasta encontrarme con Lauren sirviendo el chocolate en una taza.
Iba a hablar, pero Lauren me interrumpió.

―Tendrán chocolate caliente solo si van a darse una ducha ―ambos giramos sobre nuestros talones y comenzamos a correr hacia las escaleras ― ¡Sin correr! ―detuvimos nuestro paso y subimos a paso lento las escaleras.

Aidan fue hacia su habitación y yo a la mía, entre al baño y comencé a quitar mi ropa para poder darme un baño. Al terminar salí con una toalla alrededor de mi cuerpo, camine al armario y de ahí saque un pants gris algo holgado y una blusa negra holgada. Para los zapatos solo me puse unas calcetas negras.

Sali de la habitación y fui a la planta baja en donde ya estaba Lauren, sentada en el sofá y frente a ella tres tazas color negro.

―Listo ―avise comenzando a sentarme en el sofá.

― ¿Cómo les fue? ―pregunto. Comencé contarle lo que hicimos, después recordé la cámara así que subí por ella a la habitación y volví a bajar para mostrarle las fotos.

Mientras ella veía las fotos yo tomaba del chocolate, minutos después bajo Aidan. Después de ver las fotos decidimos por ver una película, Aidan quien estaba a un lado de mí, me tenía abrazada por los hombros mientras mi cabeza reposaba sobre su pecho.

A decir verdad, esto era muy raro para mí. Con mi madre teníamos una buena amistad, pero no era de ver películas juntas o hacer actividades juntas, mucho menos demostrarnos cariño, como abrazos, besos en la mejilla o un “te quiero” cada día.
Pero todo eso cambio cuando Aidan llego a mi vida, desde ese momento supe que era ser querida.