🌈CHAPTER EIGHTEEN

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Aidan comenzó a caminar hacia el aquel campo.

—Ven ―hizo una seña con su cabeza, camine hasta quedar a un lado de él y así ambos emprender viaje.

― ¡Vendré por ustedes a las ocho! ―grito Jerson, detrás de nosotros. Ambos asentimos y comenzamos a bajar la gran colina del campo y casi al final de la colina había un pequeño picnic.

―Lo sé, es cliché y por eso te traje aquí, sé que te gustan este tipo de cosas ―sonreí, pues tenía razón, amaba las cosas cliché, aunque a veces me burlara de eso… lo amaba.
Al llegar a aquel picnic hable.

― ¿Cómo es que todo se ve perfecto a pesar de que tardamos mucho en venir? ―pregunte confundida.

―Mi madre me ayudo ―aplano sus labios.

―Veo que todos se pusieron de acuerdo ―ladeo su cabeza asintiendo, ambos nos sentamos en la manta, y si, era de cuadros rojos y blancos. ― ahora… ¿se puede saber a qué se debe esto?

―No habíamos tenido una salida normal ―asentí dándole la razón. ― y no se… sabes que…

―Odias el romanticismo si no es… ―intervine, pero me interrumpió antes de que terminara la frase.

―Si no es con la persona correcta ―termino por decir.

― ¿Entonces yo soy la persona correcta? ―bromee, el se removió nervioso sin saber que decir. ― tranquilo ojitos, es una broma.

―Ya lo sabía ― agarro una fresa y la llevo a su boca.

Comimos entre bromas, risas y platicas. Al terminar ambos nos acostamos en el césped para poder apreciar las estrellas y la luna. Realmente no sabía qué hora era y por el momento no me importaba.

Cerré mis ojos sintiendo el aire chocar contra mi cara, mis manos estaban cruzadas detrás de mi nuca al igual que Aidan. Estuvimos unos minutos en silencio solo apreciando la noche estrellada, supongo que no había un tema de conversación o eso solo me estaba pasando a mi porque mi mente estaba en blanco. Hasta que recordé.

― ¿Me contaras por qué no llegaste por dos días a la preparatoria? ―pregunte, sé que estaba evadiendo su privacidad, pero aun así eso no evita que abra mi bocotá.

―Tuve… algunos problemas familiares ―respondió alzándose de hombros. ― ¿me dirás porque estabas en un parque sola a esas horas?

―Problemas con mi madre ―respondí y al igual que el me alcé de hombros.

― ¿Quieres hablar de eso? ―pregunto, si quería, pero eso implicaría decirle que me voy en dos meses. Lo pensé por unos segundos hasta que hablé.

―Si ―solté, no haría como las protagonistas que guardan cosas tan importantes como estas y después termina en pelea, he leído demasiadas historias así. ― mi madre quiere que nos mudemos a España, por eso pelee con ella y pues… Sali de casa sin su permiso. ―Aidan se reincorporo sentándose, acto seguido que yo también hice.

― ¿En cuánto tiempo? ―pregunto, su entrecejo estaba fruncido, sus piernas estaban en forma de puente y sobre ellas sus manos.

―Dos meses ―murmure, él pensó por un rato hasta que hablo.

―Escapemos ―gire a verlo con el entrecejo DEMASIADO fruncido, estaba confundida.

―No estás hablando enserio ¿cierto?

―Nunca había hablado tan enserio.

―Pero… ¿y tu madre y la mía? ―pregunte, puede ser que mi madre en momentos me saque de casillas, pero aun así no sé si podría dejarla.

― ¿Quieres irte a España? ―yo negué― te recuerdo que solo vivimos una vez o… ¿acaso tienes miedo? ―reto.

―Nunca me retes, Gallagher ―ambos hicimos contacto visual hasta que volví a hablar― ¿Cuándo nos vamos?

Entre a casa, era eso de las 10 de la noche cuando llegue. Cerré la puerta con mucho cuidado pues supuse que mi madre estaría durmiendo.

― ¿Qué son estas horas de llegar? ―pregunto mi madre sentada en sofá que daba hacia la puerta, esto en parte era extraño.

―Perdón, paso el tiempo demasiado rápido ―murmure acercándome más a ella.

― ¿Quién te trajo? ―me tense unos minutos, pero era buena mintiendo.

―Me trajo Aidan ―deje las llaves en la mesa que estaba a un lado de la puerta.

― ¿Y porque te vi bajar del auto de Jerson? ―giré los ojos cansada.

―Porque Aidan tiene un auto igual que el de Jerson ―respondí con simpleza. Comencé a caminar a mi habitación dando así por finalizada la conversación.

―No te di permiso para que te fueras ―y yo no te lo pedí, pensé.

―Lo siento, pero estoy demasiado cansada ―si claro…― iré a dormir, pero prometo que mañana seguiremos hablando y tendrás todo el tiempo para regalarme ―mamá asintió de mala gana. Yo subí a mi habitación, cerré con llave y era hora de comenzar con el plan.

Agarre una maleta en la cual pudiera llevar lo más indispensable, ropa. Lo que más metí a la maleta fueron pantalones, pants, blusas holgadas y poleras. Bueno, también ropa interior no voy a estar con la misma siempre. Escuche como era apagada la luz del primer piso, mi madre ya estaba en su habitación.

Con mucho cuidado de no hacer ruido Sali de mi habitación y baje las escaleras, camine hacia la cocina y comencé a buscar la tarjeta de crédito, la cual está a mi nombre. Debajo de demasiado papeles de la casa estaba, agarre un poco de provisiones, fruta para Aidan y para mí, papas.

Subí con rodo eso en mis manos a mi habitación, Aidan dijo que llegaría a eso de las 11 y con todo esto ya son las 10:30, metí toda la comida a la maleta. La cerré y cuando ya estaba lista apagué las luces de mi habitación para no levantar sospechas.

Me acosté sobre mi cama viendo al techo, en parte me aterraba demasiado hacer esto, no quería irme a España, pero tampoco quería dejar a mamá… aunque ya no hay vuelta atrás.












Nota; todos/a sabemos que en la vida real Aidan tomaría una decisión madura ante la situación, pero esto es solo para darle salseo a la historia, espero no se lo tomen tan apecho, NI MUCHO MENOS DE EJEMPLO.

🌈𝑮𝑨𝑳𝑳𝑨𝑮𝑯𝑬𝑹 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora