🌈CHAPTER TWENTY

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―Debemos buscar un hotel ―murmuro Aidan cuando al fin entramos a las Vegas.

―Tranquilo, ya sé a dónde iremos.

― ¿Según tu a donde iremos?

―Bueno, hace unos años tenía un viaje aquí a las Vegas, pero por problemas de mis padres lo tuve que cancelar, pero ese no es el punto. En unas cuadras está el mejor hotel de las Vegas ―informe sonriente.

― ¿Y cómo pagaremos el mejor hotel, genio? ―pregunto incrédulo.

―Con… ―saque la tarjeta de crédito ― esta tarjeta es de emergencias, en la cual mi padre siempre deposita dinero para mama y para mí, no la utilizamos pues mama dice que no quiere dinero de mi padre, el punto… es que aquí tenemos dinero para sobrevivir más de un mes.

―Bien, me convenciste ―volví a tirarme al asiento con una sonrisa. Guie a Aidan hasta llegar al hotel, una vez llegamos estaciono el auto y ambos bajamos de él.

Entramos al lugar, el cual era demasiado elegante. Fuimos a recepción en donde un señor, nos atendió.

―Buenos días, bienvenidos, ¿Tienen reservada alguna habitación? ―saludo como es de costumbre en estos lugares. No soy la mejor hablando, por lo que simplemente me quede callada, le di un pequeño golpe para que el hablara. El reaccionó y hablo.

―No tenemos reservación, pero queremos una habitación ―el señor busco algo en la computadora y después nos volvió a ver.

― ¿Tienen para pagar una habitación? ―Nos vio de reojo con una cara de ¿Disgusto? espero haber visto mal, porque eso me molesto. Me acerque más a al mostrador y hable.

―Si yo quiero podría pagar este lugar completo ―hable molesta, Aidan me tomo de la cintura y me alejo de aquel señor.

―Solo danos una habitación ―dijo Aidan.

Tecleo algunas cosas en su computadora y volvió a hablar.

― ¿A nombre de quien sería la reservación?

―Em… anónimo ―murmure, el señor asintió y tecleo de nuevo.

―Quinientos dólares, dos días ―Gallagher apretó mi cintura y yo alce mi vista para verlo y después regrese hacia el señor.

―Bien… ―saque la tarjeta de crédito y la deje sobre el mostrador. ― cobra por una semana.

De mala gana tomo la tarjeta y la paso por una de esas cosas que leen las tarjetas, la devolvió y extendió otra tarjeta.

―Piso seis, habitación 113 ― infirmo ― el buffet está incluido ―ambos asentimos.  Llamaron a él botones y fue por nuestras maletas.

Comenzó a caminar hacia el asesor y subimos a este. Marque el piso correspondiente y comenzó a avanzar.

― ¿¡Te das cuenta que pagaste más de tres mil dólares!? ―pregunto eufórico.

―Lo sé, pero fue culpa de ese señor, si no hubiera dicho esa estupidez solo hubiese pagado las dos noches ― me cruce de brazos evitando la mirada de Aidan.

―Tú y tu orgullo ―gire los ojos y en ese momento la puerta del ascensor se abrió. Sali sin esperar a Aidan y camine buscando la habitación.

Cuando la encontré pase la tarjeta para que esta la escaneara y quitara la llave, abrí la puerta y entre siendo seguida por Aidan. La habitación era demasiado grande, tenía una pequeña sala, bar, el baño y la cama.

― ¿Segura está en UNA habitación? ―pregunto remarcando la palabra y viendo a su alrededor.

―Si… ―camine hacia el pequeño balcón que quedaba frente a la cama, no tan enfrente ya que estaba a varios metros de la cama. Abrí la gran puerta de vidrio y salí, desde la habitación se podía ver la gran piscina que estaba en la parte de atrás el hotel.

― ¿Tu padre de que trabaja? ―pregunto viendo al igual que yo aquel lugar.

―Empresario… prefirió el dinero en vez de su familia ―murmure. ― y bueno, cuando mis padres se separaron todo fue a corte y… papá debe darnos al menos seis mil dólares al mes, y en esta tarjeta esta acumulado más de un año… hay dinero suficiente.

― ¿Y tu madre porque no lo utiliza?

―No le gusta depender de un hombre, ella trabaja y tiene su propio dinero, lo que hace que no necesite este.

Los rayos de sol chocaban con mi rostro, al igual que el aire, ninguno de los dos hablo. Quedamos en silencio total, hasta hable.

―Eres la primera persona a la que le cuento esto ―gire mi cuerpo para verlo y el igual ― así que espero que no digas nada ―hizo un movimiento como si sellara sus labios. Puso uno de mis mechones de cabello detrás de mi oreja. ― deja de ponerte romántico ― entre a la habitación y escuche un bufido de parte de Aidan.

―Y arruinaste el momento romántico ― dijo siguiendo mi paso, me tire a la cama seguida por él. ― ¿ahora que haremos? ―pregunto.

―Vivir nuestra vida, digo… ya escapamos no hay vuelta atrás a menos que nos encuentren. ―me acomode de forma en que mi brazo sostuviera mi cabeza en el aire y pudiese ver a Aidan.

―Eso implica trabajar ― murmuro haciendo una mueca. Ladee mi cabeza y bufe.

―No me gusta esa idea, pero está bien.

―Tendremos que trabajar para poder comprar una casa, no viviremos aquí para siempre.

― ¿Y podremos tener un perrito? ―Aidan asintió soltando una risita.

―Y tendremos un perrito ―afirmo, sonreí sin dejar de verlo, a este paso no me había dado cuenta que estábamos suficiente mente cerca para formar un beso, algo que claramente no había pasado por mi mente.

Si claro…

Cállate.

Me tire a la cama girando mi vista hacia otro lado evitando la mirada de Aidan.

― ¿Acaso ibas a besarme? ―pregunto con un tono burlón y aguanto la risa. Gire mi cabeza para verlo.

― ¿Qué? ―reí incrédula ― ¿yo? Claro que no ―negué― tú eras el que iba a besarme.

― ¿Yo?… tú te acercaste ― los dos nos levantamos de la cama quedando frente a frente.

―Ni siquiera me acerque Aidan ―gire los ojos y él se levantó de la cama ― ven aquí, aun no terminamos de hablar ―me levante caminando detrás de él.

―Ya terminamos de hablar ―afirmo― querías besarme, eso es todo ―suspire frustrada y me coloque frente a él.

―No, no quería besarte ―me cruce de brazos. Hicimos contacto visual unos segundos hasta que se acercó rápidamente a mi dispuesto a besarme, pero antes de que llegara a mis labios lo frene colocando mi mano en su pecho ― ¿ves? Tu eres el que quería besarme. ―giro los ojos frustrado y yo reí ante su acto. A nada de alejarse de mí, lo tome del brazo y lo acerque a mi hasta formar un cálido beso.

Me tomo de la cintura y yo de la nuca para profundizando más el beso, nos separamos lentamente sin despegar nuestras frentes. Aidan aún tenía los ojos cerrados y su boca levemente abierta. Sonreí inconscientemente hasta que la puerta sonó haciendo que nos separáramos de un salto.

🌈𝑮𝑨𝑳𝑳𝑨𝑮𝑯𝑬𝑹 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora