Confusión, miedo, inestabilidad. Eran tantas las cosas que sentía a la vez, se supone que debo estar feliz, estoy con una persona que me hace sentir bien y me gusta. Pero siento que vamos muy apresurado. O tal vez solo estoy acostumbrada a ver relaciones que empiezan de la misma manera, todo monótono.
—Hanna ¿Estás bien?— la voz de mamá me trae de vuelta.
—Si mamá, estoy bien solo me duele la cabeza.
Estaba encerrada en mi recámara, no tenía ganas ni de comer.
—Hanna abre la puerta por favor, estoy preocupada.
Abrí la puerta, el tono de voz de mi madre es el típico tono que te hace hacer todo lo que ella te pida sin protestar. —Estoy bien mamá—me tiré a la cama.
—Hanna te conozco y sé que no es solo un dolor de cabeza, dime que te pasa.
Le conté todo y rompí en llanto, no puedo cargar sola con tanta frustración. Tan solo pensar que por mi estúpida inseguridad le haga daño a Jack me hace sentir el peor ser humano, él no merece sufrir más.
Mamá se sienta al costado de la cama. —Hanna— suspira— tu felicidad es lo más importante, no importa el que dirán o que pueda pasar, si te gusta Jack y te sientes feliz con él, pues no lo pienses más e inténtalo, este puede ser el comienzo de algo grandioso para tu vida. No cometas el mismo error que yo por favor.
Las palabras de mamá me hacen ver las cosas desde otra perspectiva; tiene toda la razón en lo que dice. —Gracias mamá, te amo.
—Yo también hija. Ahora descansa, mañana tienes escuela.
Quise salir y pedirle disculpas a Jack por lo de esta tarde pero se me caía la cara de vergüenza.
-
—Vas a joder todo Hanna, ¿por qué simplemente no lo intentas? ¿Qué puede salir mal?— Anny solo me reprochaba una y otra vez.
—¿Será que me puedo comer mi almuerzo sin escuchar tus reproches?— puse los ojos en blanco.
—Está bien Hanna, te vas arrepentir, ya lo verás— Anny tomó sus cosas y se cambió de mesa, ya nada podía ir peor.
Terminé mis clases y pasé a dejar mis libros en el casillero y creo que todo lo malo me rodea últimamente. Veo a Jack al final del pasillo con su celular en mano recostado a una pared, cuando de pronto se le acerca Mónica (la chica digamos que "popular") le da una sonrisa y comienzan a hablar pero Jack parece no estar a gusto con su presencia, su cara lo decía todo. Veo como se le acerca para decirle algo al oído pero él la evade, recordé lo que me dijo mi madre la noche anterior y siento que es momento de dejar todo el temor atrás, de igual forma Jack es mi novio ¿no?.
Cerré el casillero de manera muy brusca que hizo eco por todo el pasillo y caminé hasta donde estaba Jack —Hola amor— le doy un beso—¿Nos vamos?
Sentía las miradas cortante de Mónica por detrás. Con una sonrisa hipócrita decido saludarla. —Hola Mónica, disculpa me tengo que llevar a mi novio.— tomé a Jack del brazo y no espere a que Mónica dijera algo.
—¿Me puedes explicar que acaba de pasar?—Jack se pone enfrente de mí y me hace sentir pequeña.
Me cruzo de brazos —No me cae bien ella.
—¿Estás celosa?
Pongo los ojos en blanco —Solo vámonos Jack.
Ir en moto con Jack era lo más bonito que hasta el momento había experimentado con alguien, sentir la brisa fresca mientras voy abrazada a él, se sentía maravilloso. Llegamos a mi casa y a decir verdad quería seguir recorriendo la cuidad con él. —Gracias por traerme— sus ojos azules encontraron los míos y me ponía nerviosa.
—Aún no has respondido mi pregunta burbuja.
—Quizás esté un poco celosa, puedo estarlo ¿no?
Jack pone su mano detrás de mi cabeza y me besa suavemente —Hasta mañana burbuja.
Mis mejillas ardían, creo que por fin estoy sintiendo la química entre nosotros dos. Entré a casa y fuí directo a la cocina por un sándwich, moría de hambre, luego a mi recámara, tenía mucha tarea.
-
Terminaba de secar los platos y mi celular vibra, era un mensaje de Jack que decía: ¿Te apetece salir esta noche?
Yo: Mamá no me dejará.
Jack: Ella no tiene que saber.
Yo: Estás loco.
Jack: Por tí, te espero a las 10 afuera.
No voy a negar que me moría de miedo, pero a la vez sentía ganas de ir con él, aveces me desconozco.
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Nuestros recuerdos en el camino.
Roman d'amourLas personas suelen decir que todos nacemos destinados a conocer una persona que nos cambie la vida y esa frase no cobró sentido hasta que te conocí. Desde aquel día entendí que yo había nacido para amarte y que mi alma estaba unida a la tuya desde...