Morir es una opción muy gratificante en estos momentos.
—¡Son las siete de la mañana y ustedes jovencitos tienen escuela!— digamos que: mi increíble madre está parada en el pasillo con una sartén y cucharón en mano haciendo todo el ruido posible, una actitud similar a la de Nairobi.
No sabía cuándo, ni cómo llegue a casa, solo sé que estaba ahí. Salí rápido de la recámara, mamá iba a hacer que explotara mi cabeza. Junté las palmas de mis manos en forma de suplica—Mamá basta por favor, te lo suplico ya me voy a arreglar para ir a la escuela, pero por favor no hagas ruido.
Se dió vuelta en dirección a la recámara de Chris, ha de estar más acabado de que yo.
Una ducha fría no ayudó en nada con mi resaca. Tomé unas gafas de sol y bajé las escaleras arrastrando mi mochila —Hanna tenemos que hablar después que llegues de la escuela— no levantó la mirada y siguió revisando lo que parecían ser unos documentos —¡Chris llegarás tarde!— gritó tan fuerte que sentí que mi cabeza iba a explotar
—Mamá no grites, por Dios— Chris y yo salimos, ya que Ricky había pasado por nosotros.
Y por si fuera poco Ricky tenía una fuerte música rock a todo volumen —Baja esa puta música joder ¿no tienes resaca?— lo regañe.
Bajó el volumen —Tranquila Hanna, ya te acostumbraras.
—No recuerdo nada ¿Qué pasó anoche?— froté mi cara.
Chris y Ricky se dan una mirada y se echan a reír —Será mejor que te lo diga Jack— dice Chris en un tono burlón.
En el camino a la escuela me quedé dormida —Hanna joder pareces una niña— Chris movía mi hombro rápidamente.
—!Ya voy!— jadeé mientras salía a pisadas del auto.
Pasé por mi casillero a buscar unos libros y los ruidos de los casilleros cerrándose de manera brusca hacía que mi dolor de cabeza fuera en aumento. Me dirigí al salón de clases y todo parecía estar "normal".
Anny sentada con su cabello ondulado hacia atrás y un perfecto labial rojo; Jack está recostado de la silla con su celular, al parecer estaba texteando con alguien, en su mesa había un vaso de lo que parecía ser un batido. Mi asiento quedaba alado del suyo por lo que tenía que armarme de valor y verle la cara. —Buenos días— dije mientras ponía mi mochila en la parte atrás de la silla.
—Hola cariño ¿Cómo te sientes? — sus ojos azules encontraron los míos y sentí tanta calma, pensé que estaría enojado no sé, lo último que recuerdo es haber tomado su cerveza y escucharlo hablando inglés.
—Mal, no recuerdo nada y siento que mi cabeza pronto se abrirá.
—Ten— me pasó el vaso que había en su mesa y una pastilla— esto te ayudará, mamá me lo hacía cuando padecía de alcoholismo allá en Canadá.
—Gracias cariño, no sé que haría sin tí— tomé del batido —Jack esto sabe horrible— hice una mueca de asco.
—Te lo tienes que tomar todo— acarició mi cabello— son las consecuencias de tomar como loca— murmuró.
—¿Qué pasó anoche? Mi último recuerdo fue cuando tomé tu cerveza y empezaste hablar en inglés.
—Digamos que vomitaste encima de mí, tomaste tequila, vodka y cerveza, me diste una cachetada por no haberte querido hacer el amor en ese estado, también por no haberte querido dar un cigarro— se encogió de hombros y soltó una pequeña carcajada, parece no haberle importado— ¡Ah! Vomitaste el auto de mis padres.
Quería enterrarme en ese momento, para evitar hacer tan obvia mi cara de vergüenza me tomé de un solo trago el jugo que sabía horrible—Jack yo realmente lo siento, no estoy acostumbrada a tomar y me excedí sin pensar las consecuencias prometo pagar el lavado del auto de tus padres.
—Hanna no pasa nada, a todos nos pasa alguna vez y no tienes que pagar nada ya dejé el auto en el autolavado, tengo que ir por mis padres al aeropuerto ésta tarde— besó mi mejilla.
La jornada de clases pasó más o menos normal, sea lo que sea que me dió Jack alivió mucho mi resaca.
Llegué a casa y mamá había preparado una deliciosa pasta, fui directo a comer, moría de hambre. Mamá se sienta a mi lado —Hanna cariño— suspira y me da una pequeña sonrisa —Ayer llegaste muy tomada, lo cual es extraño en tí— intenté decir algo pero mamá me interrumpió— No te voy a regañar porque no es algo común en tí y es normal en los adolescentes salir de fiesta, solo quiero que te cuides y lo hagas con prudencia, sabes que confío rotundamente en tí.
La abracé muy fuerte, estoy tan feliz de tenerla como madre —Aún no hemos terminado— nuevamente tensión —Hanna ¿Estás teniendo relaciones con Jack?— se puso muy seria.
—Mamá yo... Claro que no— tartamudeé.
—Hanna te conozco, estás mintiendo ¿Por qué no tienes la confíanza de decirme éste tipo de cosas? ¿A caso no confías en mí?
—Claro que confío en tí mamá, es solo que... Sé que fue muy pronto y me daba mucha pena en verdad— empecé a hablar muy rápido— te lo juro todo fue bajo mi consentimiento él no me obligó a nada y de verdad él es muy bueno conmigo y atento por favor no hagas que lo deje.
—¡Hanna! Tranquila no ha pasado nada, no te voy a mentir si me hubiese gustado que me lo dijeras desde un principio, pero ya ésta hecho y solo me queda darte mi apoyo. Ahora bien ¿te estás cuidando?
—Me tomé la pastilla del día después, pero no estoy usando ningún método anticonceptivo continúo.
—Te voy ayudar con eso— tomó mi mano— puedes estar tranquila.
—Chris te lo dijo ¿verdad?— frunci el ceño
—No, pero sé que dormiste en casa de Jack y lo supuse. Tengo que verme con el abogado que está a cargo del divorcio, por favor lava los platos y ve a descansar, lo necesitas.
Balde de agua fría.
Sabía que esto iba a pasar, pero por más que quise hacerme la idea no pude.

ESTÁS LEYENDO
Nuestros recuerdos en el camino.
RomanceLas personas suelen decir que todos nacemos destinados a conocer una persona que nos cambie la vida y esa frase no cobró sentido hasta que te conocí. Desde aquel día entendí que yo había nacido para amarte y que mi alma estaba unida a la tuya desde...