Nuestros recuerdos en el camino.

Capítulo 21.

Jack.

Sin duda alguna Hanna será la causa de mi perdición.

Soy tan feliz con tan solo tenerla cerca, poder admirar su belleza y perderme en el verde de sus ojos.

Me tiene atado de una manera indescriptible a su merced, vivo para hacerla sonreír y que esa sonrisa jamás de aparte de su rostro.

Cada momento que pasa deseo tenerla en mi cama haciendo mía cada parte de su cuerpo y haciéndola gemir mi nombre, simplemente la deseo.

El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos —Adelante— grité sin apartar la mirada del techo.

Era mi madre que por lo visto no ha venido de buen humor —¿Dónde está Hanna?

—Se acaba de ir.

—Bien— suspira— Jack ¿Se puede saber por qué hay una sabana en la ropa sucia manchada de sangre?

No voy a negar que se me pusieron los pelos de punta —Mamá yo... Yo que sé— tartamudeé

—Estás teniendo relaciones con Hanna ¿No es así?

Silencio sepulcral.

No sé porqué hablar de ésto con mi madre es tan difícil.

—¡Responde!— está totalmente histérica.

Una Thomson enojada es muy peligroso.

—Sí mamá, pero todo está perfectamente bien. Ella está usando anticonceptivos, no tienes por qué preocuparte.

—Bien— gira sobre su talón y se dirige a la puerta —¡Ah! Tu padre y yo nos tenemos que ir a Canadá nuevamente, no sé por cuanto tiempo.

Da igual, pero no puedo mostrarme tan desinteresado.

—¿Crees qué puedas terminar todos los diseños a tiempo para el desfile?

Mi mamá es una gran diseñadora de moda reconocida en toda Canadá; dejó de lado todo lo relacionado con su trabajo después de la muerte de Zoé. Digamos que Zoé era Su mano derecha sabía dibujar de una manera impresionante a su corta edad y su arte llevó a que creará varios vestidos que se hicieron famosos.

Los vestidos que le he regalado a Hanna son diseñados por Zoé.

—Espero terminarlos todos a tiempo, cuento con tu ayuda ¿cierto?

Asentí y me dejé caer en la cama.

El sonido incesante de la puerta me asusta —Mamá estabas aquí hace un momento ¿por qué tocas?

La puerta se abre bruscamente y es Hanna que parecía estar poseída, traía su celular en mano y lo apretaba con fuerza.

—Cariño ¿Qué ocurre?— pregunté desconcertado.

Me tira el teléfono a la cara —!¿Se puede saber por qué cojones Mónica ha publicado una foto de ustedes en tu moto?!

Efectivamente eso si había pasado.

Estaba asustado Hanna parecía que iba a estallar en cualquier momento.

—Me pidió una foto para su Instagram, no le ví nada de malo.

—¿No te das cuenta que lo hace para molestar? ¿!Y que claramente te quiere follar?!

Me paré despacio y me acerqué para besarla, tal vez así se lograría calmar.

Acerqué mi mano para poner el fleco de cabello que caía sobre su ojo detrás de su oreja—No me toques— dijo apartando mi mano.

Tomó su celular y salió, no me dejó ni tan siquiera disculparme.

°°°

Al día siguiente pasé por casa de Hanna, quería hablar con ella pero ya se había ido a la escuela.

No sabía que una simple foto causaría tanto caos, la llamé toda la noche, le puse múltiples mensajes y no me contestó. Estaba advertido de que no le agradaba esa chica, pero, ¿hasta este punto?

Llegué y la ví buscando algo en su casillero, lo hacía de manera brusca es claro que todavía está llena de coraje.

—Hanna ¿podemos hablar?

—No. Pero estoy segura que Mónica si querrá hablar contigo, después follarte, pintarte un mundo de colores y hacerte sentir la mejor maravilla del mundo; para después traerte a la realidad, que es claramente lo que es ella, una puta basura— cerró bruscamente el casillero y me dejó boquiabierto ¿por qué hablará de ella de esa forma?

Aunque debo decir que ese uniforme la hace ver muy sexy.

Maldita sea que estoy pensando.

Cuanto me encantaría hacerla mía en estos momentos y hacerla entender que ella es todo lo que necesito.

Pero esta no es forma, aunque la voy a considerar.

La campana que indicaba que ya era hora de entrar a clases impidió que fuera detrás de ella.

A la hora de la salida no la ví, está evadiendome y eso me hace sentir mal.

Maldito débil.

Ví a una de sus compañeras me dijo que estaba en la biblioteca.

Fui rápidamente con la esperanza de que aún estuviera ahí.

Sentí un gran alivio al verla. Estaba buscando algo muy concentrada y no se había percatado de que estaba ahí —Hanna ¿Podemos hablar?

Se espanta un poco, era la única en la biblioteca, seguro pensó que estaba sola —No tengo nada que hablar contigo— tomó el libro que estaba buscando e intentó salir.

No me aguanté las ganas, tengo un problema extremadamente grande.

—No te vas— me puse delante de ella y la pegué contra la pared con ambos brazos al rededor de sus costados lo que impedía que se pudiera mover.

—Jack sueltame por favor— jadeó.

—Lo haré, después que me escuches. Disculpame no sabía que te pondrías así, sabía que entre ustedes había una pequeña rivalidad pero no de este modo.

—Bien, ahora dejame ir— me empuja pero no logra que me mueva de lugar.

Me acerqué delicadamente hasta su oído —Te vez tan sexy así enojada— puse mi mano debajo de su falda y subí muy despacio —Burbuja— llegué hasta su ropa interior y eché hacia un lado —Yo solo te deseo a tí— entré uno de mis dedos dentro de ella y con otro estimulaba su clítoris, estaba tan mojada que se movía con facilidad —Eres la única que puedo y deseo tocar de esta forma.

Se limitaba a gemir, podían encontrarnos en cualquier momento, pero veía en sus ojos el placer.

Seguí mi movimiento cada vez más rápido y sentí como se corría —Buena chica— lamí mis dedos.

—Digamos que ya se me pasó un poquito el enfado.

—Cuando gustes te término de quitar lo que queda— le doy una sonrisa pervertida —¿Quieres que te lleve?

—Esta vez paso, tengo que ir a casa de Anny a estudiar— me besó y salió acomodandose la falda.

Estoy loco por ella.

La amo.

No se que se sienta expresarselo directamente.