Parada a pocos centímetros de la puerta principal doy un gran respiro e intento arreglar un poco mi cabello con mis dedos, lo que menos quería es que mamá sospechara de mi comienzo de vida sexual.
Una hora más tarde.
—¡Hanna apúrate, Jack está esperando por tí!
—¡Dile que espere ¡Por Dios!— intenté ser lo más rápida posible, pero entre darme una ducha y elegir mi atuendo he tardado un poco, lo admito. Al final opté por un short corto jeans y una camiseta roja un poco holgada que puse por debajo del short; zapatillas negras, me hice una coleta y un labial rojo que me hacía sentir sexy.
Bajé rápido las escaleras —Ya me voy mamá— besé su mejilla.
Salí y me sorprendió un poco ver el auto de los padres de Jack estacionado en frente de la casa, pensé que nos iríamos en la moto, no importaba lo más mínimo y subí ya que mi amado con un gesto de caballerosidad me abrió la puerta como si fuera mi chofer personal. —Estás muy hermosa mi pequeña burbuja— dijo inmediatamente entró al auto.
—Gracias cariño— besé sus suaves labios por unos segundos.
En el transcurso de la tarde hicimos varios recorridos por lugares turísticos de la ciudad, Jack quería conocer más y a mí me encantaban esos lugares. También fuimos a un restaurante donde degustamos de un delicioso vino, acompañado de unos deliciosos postres; amaba el tiempo con Jack.
Estaba cayendo la noche y nuestro último recorrido fue en la playa, caminando tomados de la mano y viendo el sol ocultarse mientras la brisa acaricia nuestra piel y alborota nuestro cabello—¿Te gustó nuestro paseo, más bien nuestro "tour turístico"?
—Me encanta todo, siempre y cuando sea tomada de tu mano— puse mis brazos en sus hombros.
—Eres perfecta— besó mi frente
—¡No me quiero ir!— grité derrepente.
—¿A qué te refieres cariño?
Antes de responder sonó mi celular, era Anny —¡Hey pollito... No lo sé sabes que eso no es lo mío... No soy aburrida, adiós.
—¿Ocurre algo cariño?
—Anny nos ha invitado a una fiesta en el antro submarino.
—¿submarino?— soltó una carcajada— ya que no te quieres ir, vamos a la fiesta.
Accedí ya que no quería apartarme de Jack es como una adicción, odio sentirme tan dependiente, pero es inevitable.
Subimos al auto con dirección al antro, sabía dónde estaba ya que había tenido que ir a recoger a Chris varias veces por peleas e inigualables borracheras. Nos detuvimos en una pequeña cafetería —Hanna no sé como se verá un antro aquí en España, pero de seguro que no es así.
—Solo ven conmigo— jadeé.
Entramos a la cafetería, ésta tenía colores tenues y hermosos cuadros con paisajes que te transmitían paz. Al fondo había una puerta que es la que lleva al antro; bajamos por unos escalones en forma de espiral y caminamos por un largo pasillo, la música ya se podía escuchar y el bullicio de las personas también.
Entramos a la fiesta y tenía muchas luces neón y una amplia barra donde servían los tragos. Un grupo de personas bailaban al compás de la música, otros se besaban intensamente y otros solo se perdían en el alcohol con una mirada vacía, tan solo buscando una razón para seguir. —¿Hanna?— una voz conocida me sacó de mis pensamientos, era Ricky, el mejor amigo de Chris.
—¡Hey Ricky!
—Que extraño, no sueles acompañarnos a las fiestas— al parecer ya había tomado varias copas, a leguas se podía sentir el olor a alcohol —los chicos están por aquí, acompañenme.
Pasamos entre la multitud de personas hasta llegar al área VIP donde no nos impidieron el paso; esta tenía luces oscuras y estaba acompañadas de varios muebles donde estaban los demás chicos. Para Anny fue un gran sorpresa verme allí, siempre le he rechazado una invitación como ésta. —No pensaba verlos por aquí— Chris se sienta alado de nosostros, se podía percibir el olor a marihuana a leguas.
—No es lo mío, pero vamos cambiando— tan solo deseaba que Chris se fuera, la tensión entre él y Jack era muy notoria.
Jack se encontraba con los brazos extendidos en la parte superior del cabezal del sofá —Cinco minutos más y nos vamos deambulando de aquí, con el puto asco que llevas— Jack solo empeoró las cosas.
—Saldrás deambulando, pero de la golpiza que te llevarás.
Me tomé de un solo trago la cerveza que Chris traía en su mano —Vamos a bailar— tomé a Jack del brazo y lo llevé a la pista de baile.
Bailamos pero la tensión entre nosotros era inmensa —Jack...
—Hanna por favor, sé que me vas hablar de tu hermano y todo lo demás, pero no pienses que voy a olvidar todo el escándalo que hizo en mi casa; de hablarte como si fueras una cualquiera, intentar tomarte bruscamente como si fueras un animal y lo que menos debió hacer, fue intentar entrar a la habitación de Zoe, ni pienses que lo olvidaré tan fácil.
No le ví sentido a la conversación y mejor me fuí a la barra por unos tragos, me siento tan diferente en grandes aspectos, nunca me ha gustado tomar y menos de esta manera. Pedí tres shots de tequila los cuales me tomé muy rápido, quemaba mi garganta, pero me gustaba.
Volví a la pista pero está vez a bailar sola, de una manera muy exótica; seguí tomando sin cesar y empezaba a ver cosas fueras de lugar y casi no podía estar de pie. Mi deseo sexual iba en aumento y mi única solución era Jack.
Estaba sentado en unos de los muebles con la mirada perdida y fumandose un cigarro —¿Me das uno?— se echó para atrás por lo que aproveché para subirme encima de él y empezar a moverme de arriba hacia abajo sintiendo su miembro erecto por encima de mi short.
—Hanna no me provoques— jadeó
Empecé a besar su cuello subiendo lentamente hasta su oído —¿O qué?— susurré
Tomó mi cabello bruscamente —Es mejor que no lo sepas— me dió un fuerte apretón en las nalgas— estás muy borracha burbuja, será mejor que nos vayamos.
—No me quiero ir, solo dame el puto cigarro.
—Hanna no te daré un cigarro y menos en ese estado.
No podía creer que aparte de que no me quisiera coger, tampoco me diera un cigarro. Tomé su botella de cerveza y la empecé a tomar muy rápido pero Jack me lo impidió —Damn Hanna ¿what the hell are you doing?
Fue lo último que recordé de esa noche...
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Nuestros recuerdos en el camino.
RomanceLas personas suelen decir que todos nacemos destinados a conocer una persona que nos cambie la vida y esa frase no cobró sentido hasta que te conocí. Desde aquel día entendí que yo había nacido para amarte y que mi alma estaba unida a la tuya desde...