Capítulo 1.

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7:00AM, el verano debería ser eterno. Hoy es el regreso a clases y no estoy muy feliz que digamos, la escuela para mí es algo monótono.

—Chris sal del baño— la guerra de todos los días, pelear con mi hermano para que no se gaste toda el agua caliente.

Bajé a la cocina por un poco de jugo de naranja —Buenos días mamá— le doy un beso en la mejilla.

—Buenos días cariño ¿estás feliz por el nuevo regreso a clases?

Me quedo en silencio, ella sabe exactamente lo que eso quiere decir. —Hija es tu último año, debes disfrutarlo al máximo.

Antes de responder mi hermano nos interrumpe —Mamá sabes que Hanna no es de esos rollos, aveces pienso que es adoptada.

Me reí bastante. —Chris estás muy guapo hoy— le digo mientras sigo tomando mi jugo. Él es típico chico por el cual todas se derriten.

—Hanna ¿Quieres que te de un aventón? Ricky viene por mí.

Ricky es el mejor amigo de Chris. —No gracias, tomaré el autobús.

Tomo mi mochila para ir a tomar el bus. —Hanna han llegado nuevos vecinos no olvides saludar.—Mamá grita desde la cocina.

—¡Está bien mamá!

Llego a la escuela, nada me sorprende ya, lo único que me emociona es que veré a Anny (mi mejor amiga) no la ví todo el verano, estuvo de vacaciones con su familia.

Estoy sacando algunas cosas de mi casillero, de rrepente llega Anny me abraza muy fuerte sé que lo necesitaba —¡Hanna te extrañé tanto!

—Y yo a tí pollito— le digo pollito porque Anny es una rubia hermosa de ojos verdes, parece un pollito.

Entramos a clase de matemáticas, que manera más horrenda de empezar el día. El maestro entra —Buenos días jóvenes, espero hayan tenido un excelente verano, démosle la bienvenida a nuestro nuevo estudiante su nombre es Jack.

Me volteo al escuchar aquellas palabras y observo aquel chico que se encuentra a pocos pasos de mí no puedo evitar mirarlo detenidamente parece esculpido por los "DIOSES LO JUROO". Su cabello cae sobre su frente en unos hermosos rulos aún que algo despeinados como si hubiese pasado su mano por ellos constantemente con desesperación, era tan alto que mi cuello dolía de estar tanto tiempo mirando hacía arriba para lograr ver su rostro no podía evitar quedarme sin respiración este chico era demasiado bello, pero debía dejar de mirarlo o comenzaría a notar lo roja que estan mis mejillas en este momento, entonces nuestras miradas se cruzaron y algo se asentó dentro de mí al ver sus ojos eran tan azules como el color de las olas del mar, pero a la misma vez eran fríos y grisáceos lo que despertó cierta curiosidad en mí.

La voz del maestro me saco de mis pensamientos por lo que deje de mirarlo tan fijamente.—Hanna quiero que por favor le muestres toda la escuela para que se vaya adaptando—dice el maestro.

Me quedo mirando aquel chico que se llevado toda mi atención.

—Está muy guapo el chico nuevo— dice Anny con cara de picardía.

—Está hermoso, parece esculpido por los mismos dioses.— lo vuelvo a mirar.

—Srta Heders, ¿Está de acuerdo?— el profesor me interrumpe.

—Seguro señor— me levanto de mi lugar y me dirijo hacia la puerta.

Empiezo el recorrido por toda la escuela mostrándole lo principal, le hablo de los profesores y cada asignatura, el horario de clases, los eventos importantes, le muestro el gimnasio. —Este es nuestro gimnasio, no es grande pero aquí es donde más tiempo pasan los estudiantes— lo mira de reojo

—¿Eso es todo?— lo miro fijamente a los ojos, sus ojos me envuelven y me trasmiten ese aire frío y oscuro que se encuentra en ellos. —Te hice una pregunta, ¿Eso es todo?— parpadeo y vuelvo a pisar tierra.

—Ehh.. si, No, falta la cancha de fútbol— le señaló una puerta trasera que dirige hacia allá. La mira y luego me mira a mi.

—Lo puedo hacer solo— se voltea y se dirige a la puerta.

—Perdón chico, tengo que ir contigo y volver contigo al aula— le paso por delante alcanzando la puerta. —Son órdenes del maestro.

—¿Son del profesor o tuyas?— me volteo— En ningún momento escuché que debes de arrastrarte detrás de mi— cruzó los brazos

—Perdón, ¿arrastrarme detrás de ti?— todavía no me creo lo que estoy escuchando.

—¿Qué? desde que llegue no dejas de comerme con la mirada— se voltea en dirección de la salida, —Si lo quieres hacer, al menos disimula— atraviesa la puerta dejándome parada en medio del pasillo.

No aguanto más y lo sigo, no se que se cree para venir a decirme eso —Aparte de egocéntrico, eres mal educado y no estoy arrastrándome detrás de ti, solo estoy siguiendo órdenes.

—¿Mal educado?, Lo dice la que me folla con la mirada— me pasa por el lado golpeándome el hombro y siguiendo su camino. 

—Tienes dos cabezas y al parecer ninguna te funciona, se nota que eres igual de idiota que todo los hombres— me volteo para irme porque ya no lo aguanto más.

—¿Quieres probar si funciona?— me quedo perpleja con lo que acabo de escuchar, me volteo para verlo y se está riendo.

—Tranquila guapa, no eres mi tipo— lo miro con disgusto y me voy con dirección a mi aula.

Nunca en mi vida he conocido a personas con el ego tan grande como este tipo, no se que se cree pero conmigo nadie juega.

De camino a casa me detengo en la puerta de los nuevos vecinos como me dijo mi madre, toco el timbre varias veces pero nadie responde y volteo para irme pero escucho que abren la puerta y me regreso.

—Hola, soy su...— me paralizo a ver de quien se trata, dicen que el mundo es pequeño pero de tantas casa que hay para mudarse elige precisamente la que me queda al lado. —Otra vez tú, por el amor de Dios— me masajeo el costado de la cabeza por la frustración.

—¿Qué quieres? ¿Me darás el recorrido por toda la ciudad?— me mira con disgusto.

Nuestros recuerdos en el camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora