Advertencia: el capítulo es +18. Si eres sensible a estos temas puedes saltártelo, no te perderás de nada relacionado con la trama principal. Si eres un conocido, olvídate que me conoces, porque lo qué pasa en Wattpad se queda en Wattpad. Que conste que les avise, pero como si eso fuera a detenerlos.
Lucian aún tenía sus labios presionados contra los suaves de Aren. Ella no se alejó pero tampoco copió los movimientos tranquilos de Lucian. A pesar de eso, él no desistió y profundizó el beso al sostener la nuca de la hermosa pelirroja con su mano.
Sin mentir, los labios de Aren hicieron que su corazón se acelerara. Eran carnosos y tenían un sabor salado por las lágrimas que habían llegado a ellos. Además, no eran en sí las características de los labios de la pelirroja, lo que estaba haciéndole perder la cabeza, era la sensación que le provocaban. Aren era prácticamente sinónimo de peligro, de un misterioso peligro, y era justo ese el sabor que los labios de Aren desprendían. Sin lugar a dudas, sentía que era de los mejores sabores que probaría y quería grabarlo con tinta permanente en su memoria.
Por su parte, Aren sentía como su corazón amenazaba con hacer un agujero en su pecho por sus fuertes y frenéticos latidos. No podía negar que estaba sorprendida por la acción de Lucian y estuvo a punto de apartarlo, pero no lo hizo. No pudo.
La mano de Lucian sobre su cabeza tomó un puñado de su cabello con algo de fuerza para profundizar el tacto de sus bocas, lo cual envió una sensación placentera a su vientre.
Ambos escuchaban sus respiraciones jadeantes y entrecortadas, en conjunto con el sonido de sus labios unidos. Sin embargo, no podían permanecer sin tomar aire, por lo que se separaron sin alejarse del todo. La mano de Lucian permaneció envuelto entre los cabellos de Aren y sus frentes se unieron. Ambos, anhelando que el contacto volviera a ocurrir.
Pasaron unos segundos donde ninguno soltó palabra alguna. Aren estaba confundida y se sentía algo paralizada por la sorpresa de lo que acababa de ocurrir.
En cuanto a él, Lucian estaba anonado por las sensaciones que aparecieron dentro de su mente. Realmente le había gustado y lo volvería a hacer, pero decidió aguardar para buscar una reacción en Aren que mostrara autorización para continuar. No haría nada sin su consentimiento.
Un incontrolable nerviosismo asaltó a Lucian, cuando Aren no dijo nada. Estuvo a punto de ser quien rompería el silencio porque no podía soportarlo, no obstante, fue Aren quien habló.
—¿Qué estás haciendo, Lucian?—
Los peculiares ojos de ella se clavaron en los casi negros de él. Lucian esbozó una sonrisa ante su pregunta.
—Ni puta idea—Una pequeña risilla se escapó de él y negó con la cabeza sin apartar su frente de la de Aren— Solo quiero quitarte ese dolor que cargas, porque me destruye verte así—
—No puedes hacerlo, Lucian—Ella cerró los ojos con frustración—El dolor nunca se va, no puedes eliminar algo que es parte de mí—
—Entonces déjame sanarte, Aren— Él tomó un mechón rebelde que ocultaba parcialmente la mirada de la bella mujer—Déjame mermar el dolor hasta que ya no puedas recordarlo. Déjame volver a ver brillo en tu mirada, sexys ojos—
La expresión desconsolada de Aren disminuyó, hasta que Lucian pudo ver una pequeña mueca que buscaba ser una sonrisa.
—Había olvidado ese apodo—
Lucian le dedicó una cálida sonrisa y con la mano que permanecía en el rostro de Aren, comenzó a repartir suaves caricias.
—Te lo recordaré cada vez que pueda—
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Aves Rapaces
ActionAren vive en la oscuridad y el silencio como un alma en pena. Ha conseguido su mayor deseo, pero no es como hubiera esperado. Después de todo, no sabe que hacer con esta nueva y tan ansiada libertad. Pero, ¿quien lo sabría?, cuando lo único que sie...