Lucian Ravensfield— ¿Estás completamente seguro que ya no hay nada más?—
Aren me había hecho es pregunta como diez veces y las diez veces le contesté lo mismo.
—Joder sí, me llamó como loco del manicomio diciendo que ya no había vuelta atrás, que lo descubrieron y que debía tener cuidado. Casi no pude entender lo que decía por su forma de hablar, lo único que si entendí bien fue, Usa la pluma para encontrarla—
Ha decir verdad ya estaba bastante frustrado porque ni Aren había podido descifrar el significado de las palabras de mi padre. Intentó buscar un mensaje codificado utilizando todos los códigos que conocía, lo cuales eran bastantes. Aún así, no teníamos ni puta idea de lo que teníamos que hacer.
—Es que no lo entiendo. Magnus era misterioso y reservado, pero no era estúpido. No pudo haberte dejado solo con esas palabras sin ningún otro apoyo. Debió dejarte una herramienta para resolverlo. Maldita sea, Magnus—.
Aren caminaba como animal salvaje enjaulado por la sala de su departamento. Se llevaba las manos al cabello para sujetarlo con fuerza como señal de frustración. Además, sus labios estaban fruncidos y su expresión reflejaba enojo, irritación y hasta cierto punto, cansancio. Yo permanecí todo este tiempo sentado en uno de sus sofás. Estaba un poco más tranquilo que ella pero igual de cansado. Yo mismo pasé mis manos entre mi cabello por la frustración, dejándolo desordenado.
—No sé que decirte, Aren. No recuerdo haber recibido nada útil. Al otro día, recibí una mísera pluma de ave con...—
—¿Recibiste qué?—
De repente, Aren detuvo su desesperada caminata en círculos para plantarse firmemente ante mí. Parecía alterada por lo que acaba de decir y su respiración era pesada. Sin embargo, su mirada no reflejaba otra cosa que seriedad y dureza. Esto me hizo sentir pequeño y disminuí el volumen de mi voz.
—Una pluma larga con franjas blancas y gris oscuro, también tenía unas manchas disparejas de color azul que parecían haber sido causadas por algún químico— El rostro de Aren reflejo sorpresa pero yo simplemente no entendía a que se debía su interés en la pluma— Honestamente, estoy perdido, ¿qué tiene de importante una pluma?—
—¿Dónde dejaste esa pluma, Lucian?—
Su tono era bastante serio y sentía como si su mirada me perforara, para descubrir la respuesta.
—En mi departamento, no creí que fuera importante—
—Esa pluma podría ser la clave a todo, ¿cómo dejaste algo así desprotegido?— Su voz sonó muy molesta y rápido se acercó a la puerta. Con una rapidez sorprendente, comenzó a abrir cada uno de los seguros de la puerta de entrada y yo seguía sin entender nada.
—Es solo una pluma, ¿qué utilidad podría tener?—
Mi tono de voz hizo ver que estaba totalmente perdido y estaba por sufrir un ataque si no me explicaba que rayos pasaba por su cabeza.
—Las Aves Rapaces usamos esas plumas para dejar coordenadas en un código que solo nosotras entendemos. Supongo que debió pensar que podrías resolverlo o tal vez no tuvo tiempo de pensarlo lo suficiente. Aún así el código es bastante simple pero no es nada evidente. Joder, ¿por qué mierda no lo dijiste antes?—
—¿Cómo se supone que hubiera deducido eso? No soy como ustedes, yo sólo me dedico a mi empresa y esto está muy lejos de lo que abarca—
—Pues vas a tener que ir aprendiendo nuevas cosas— Aren y había terminado de abrir los cerrojos y se había colocado la capucha de su abrigo otra vez— Vamos, con suerte las Aves Rapaces aún no habrán enviado a alguien para revisar tu apartamento y podremos tomar la pluma antes que ellos—
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Aves Rapaces
AkcjaAren vive en la oscuridad y el silencio como un alma en pena. Ha conseguido su mayor deseo, pero no es como hubiera esperado. Después de todo, no sabe que hacer con esta nueva y tan ansiada libertad. Pero, ¿quien lo sabría?, cuando lo único que sie...