Jimin heredó la lucha de sus padres; Jungkook no heredó nada de los suyos; pero el amor entre predestinados se sobrepone a cualquier guerra.
TERMINADO: 25/08/2021
• OMEGAVERSE
° Contenido 🔞
° Jungkook top
• Jimin bottom
- Leer las aclaraciones -
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La Universidad Nacional del Sur, del departamento dos, era la única institución académica que brindaba carreras Sociales. A pesar de eso, la cantidad de alumnos que concurrían, no se comparaban en nada a los matriculados en el Norte.
Los historiadores, pertenecientes a esta Universidad, eran diferentes. Para el gobierno esas diferencias, eran peligrosas. Tenían autorizado el acceso a libros que el presidente mismo había prohibido, e incluso podían viajar al Norte para fortalecer su aprendizaje con los grandes licenciados lejanos. No era nada inesperado que la ideología igualitaria se volviera cada vez más fuerte en la metrópolis, pero todo escaló hacia un escándalo político, cuando los hijos de las familias alfistas también se dejaron llevar por esta nueva corriente.
Jeon JungHwa había subestimado la educación de sus hijos y su poder de reflexión propia, y por eso ahora, estaba en problemas.
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Wheein llegó junto a Seokjin para buscar a Hoseok en su última clase. Clase que compartía con Jungkook, Jimin, Namjoon y Taehyung, elegida estratégicamente para conformar sus próximos escritos legales, sobre derechos e ineficacia estatal. El profesor Watson era un flamante defensor de la Ley Leena.
Nadie se preguntaba que ocurría entre Hoseok y Wheein, ni siquiera Seokjin, que se ofreció a llevarla hasta la Universidad para que no estuviera sola. Namjoon era el perfecto amigo alfa para seguir sus mandatos, mientras esperaba a que su compañera saliera de sus propias clases de Medicina. HyeJin era aplicada y muy inteligente, y eso lo hacía retorcerse de felicidad.
— ¿Y tú omega, Namjoon?
— Ella está estudiando ahora, Seokjin. Ya no somos jóvenes... la emoción de Hoseok y Wheein es linda de ver, pero no es eterna.
— Menudo crío pesimista resultaste ser...
El alfa rubio, de aroma a cenizas y fuego, podía parecer pesimista, pero Seokjin sabía que no lo era. Siempre había pensado en el futuro como algo maravilloso, y por eso decidió seguir con el legado de su madre. Lo quería de manera retorcida, y lo admiraba como a un dios, pero no podía confesar sus sentimientos, porque el corazón de Namjoon pertenecía a alguien más. Le tocaba callar y esperar a un lobo en su próxima vida.
— ¿Y tú, Jungkook? - Seokjin esta vez se dirigió al alfa más pequeño de todos. Aunque Jungkook podía parecer un experto en todo lo que hacía, la realidad era diferente, ya que apenas tenía 25 años, a diferencia de ellos que ya rondaban los 30. Todos menos Jimin, que compartía edad... y vínculo.
— ¿Y yo qué Seokjin? Saliendo de mi última clase y muy cansado.
— Te ha preguntado por tu omega, alfa. No seas cobarde - Taehyung intervino con una sonrisa sugerente, mientras arrastraba al resto de los chicos al café del salón principal.
