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Capítulo 28 - Omegas

(Povs Jimin)

— Alguien vino a verte Jimin... podrías hablar con ese "alguien" mientras Jungkook regresa. Ha ido a resolver asuntos de negocios con nuestro padre y los Wang.

Miré a HyeJin agotado. Lo único seguro de los Wang era que me habían salvado. Jennie fue inteligente al advertir el veneno blanco, y gracias al amor de Chanyeol, ella pudo traerme hasta aquí.

Y Jackson... Jackson era un buen lobo. Incluso Jungkook no estaba enfadado con él. Tal vez solo un poco celoso, pero nada más que eso. Algún día tendría el valor para hablar con los Wang y condenaría a su padre. Tenía que agradecerles. 

— ¿Cómo han salido mis análisis? ¿Volverán a ponerme el chip cuando regrese a las Noches Rojas? Será tan duro...

— Tus análisis están bien Minnie. Tu útero no recibió daños extras. Podrías incluso... - Hwasa se negó a darme fe. Sabía que cualquier cosa relacionada a mi paternidad, traería efectos dolorosos sobre mí - mejor piensa en recuperarte ahora. Jungkook me contó que tuvieron una discusión.

— Wuau, que vergüenza. Mi alfa no es nada discreto... ¿Por qué lo hizo? - me quejé, aunque realmente no estaba enojado - si estás preocupada porque tu hermano usó su voz de mando conmigo, pues olvídalo.

— ¿Cómo te sientes con eso?

— HyeJin... no es la primera vez que la usa. Siempre lo hace cuando follamos, es divertido y excitante. Él solo está arrepentido porque fue en medio de una discusión.

— ¡Ay ya Jimin! Sabes que no soy fanática de saber detalles sobre mi hermano y tú follando.

— Seré más cuidadoso con tu imaginación - me reí, eligiendo ropa para mi próximo llamado - ¿Qué ocurre?

— Habla con ella y se paciente Minnie, por favor.

Hwasa se despidió con seriedad y eso activó una alarma en mi. ¿Por qué Jungkook me pedía que acepte una charla con esta persona? ¿Por qué Hwasa me pedía que sea paciente? ¿Quién demonios vendría a visitarme?

— ¡Hola!

Escuché su voz fina y me tensé de inmediato. Mi lobo se levantó nervioso, como si hubiese sido desafiado a un duelo territorial. ¿Acaso era...?

— Gracias por aceptar hablar conmigo. No quería que malinterpretaras las cosas.

La miré a los ojos y me tomé el trabajo de inspeccionar su cuerpo y aroma. El chocolate blanco que emanaba era fascinante, incluso para mí que era un omega. Ella hizo lo mismo conmigo, incluso rio cuando degustó mi miel y mi canela. ¿Por qué se atrevía a visitarme?

— ¿Por qué estás aquí?

— ¿Sabes quien soy? - preguntó sorprendida y feliz.

— Claro que se quien eres. Estabas con mi alfa el día en que me subastaron - respondí fastidioso, rogándome a mi mismo no perder el control y parecer inseguro - no quiero verte... a pesar de todo lo que tengas para decir, no estoy pasando por un buen momento para hablar contigo.

— Oye, Jimin. Lo entiendo, aunque creas que no. 

Se acercó a mí sin vergüenza y tomó las ropas que cargaba. Las apoyó sobre la mesa de descanso y sujetó mis manos con descaro. Me dirigió hasta la cama y me sentó en ella. Imitó mis movimientos con una sonrisa comprensiva. ¿Quién era esta loca? ¿Planeaba burlarse de mis celos o de mi impulsividad?