« ¡Treintaiocho! »

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Capítulo 38 - El amor luego de perderlo todo


Mansión no declarada del Tridente, Bosque Perla

Los macarrones eran bocados propios del Norte. Ryunah sabía hornearlos y por eso, hizo al menos cincuenta de ellos en la última noche antes del enfrentamiento.

Minho, aún infiltrado entre los alfistas, se había comunicado con Taemin sin llamar la atención de sus superiores; el ejército Nacional sabía que el ejército Ciudadano del Norte iba a avanzar sobre ellos. Por ese motivo, y porque nada podían hacer los lobos del Tridente sin apoyo militar, aquella cena sería aprovechada al máximo, como si fuera la última. Eligieron los patios descuidados de la mansión, con una fogata volviéndolos cálidos y muchas botellas de whisky y tequila añejados.

Máximo se durmió sobre las piernas de Hoseok, mientras que Almendra ocupó su lugar en el hombro de Wheein. La pareja estaba contenta con eso, a pesar de saber que los niños tenían una obsesión inexplicable por Seokjin. Ambos lobos querían ser padres en un futuro.

Taemin y Jimin se mostraron a favor de beber grupo, a pesar de que jamás habían bebido, al menos no más que unas cervezas. Cuando Taemin tomó su tercer vaso de whisky y lo mezcló con un último shot de tequila, su temperatura se elevó por los cielos, al igual que su falta de vergüenza y excitación.

- Les juro que me ocurre lo mismo que a ustedes - Taemin gritó y acusó a Hoseok con el dedo, sosteniendo su mano y alterando a la pequeña Wheein - Minho es mi alfa, tiene que serlo... a pesar de que a veces se niega a nuestra unión porque soy un beta.

- Pero puedes unirte a él a pesar de no ser un omega, eso no debería ser un problema. El problema es que son hermanos - Hoseok fue franco, tal vez demasiado - es decir... ¿son hermanos o no?

- No de sangre. Pero esto que sentimos es mas grande que cualquier parentesco, no soy solo su pareja, soy su predestinado.

Hoseok no supo que decir, y esperó por alguna palabra de Wheein que le ayudara a consolar al lobo alterado de Taemin. Pero la omega tenía otros planes y no incluía guardar sus sentimientos.

- ¡Me siento igual que tú, Taemin! ¡Te juro que lo siento así! Sé que es imposible ser predestinado de algún lobo siendo un beta, pero no puedo evitar sentirme como uno ¿No lo sientes así, amor?

- Si claro... yo también lo siento así - Hoseok respondió nervioso, liberando todo el aire contenido en sus pulmones. No quería encender una alarma dentro de Taemin, pero ya lo estaba haciendo. 

Namjoon y Seokjin, que habían bebido lo suficiente para no poder modular con claridad, decidieron dejar a los más jóvenes divertirse, mientras que ellos ultimaban detalles de la misión. 

Jungkook, que se había cansado de pedirle un brindis a Jimin, se quedó en silencio escuchando la conversación de locos de Taemin con Hoseok y Wheein. 

Jimin se reía de vez en cuando, y solo se separaba de Jungkook para servirle un poco más de whisky. Su tiempo de intervenir en la relación de sus hermanos había acabado. Hermanos o no, al no compartir sangre y con la naturaleza presente, sería solo una pérdida de tiempo intentar separarlos. 

- ¿Por qué no bebes? - Jungkook insistió. No quería embriagarlo y volverlo resacoso... pero no tenía nada malo divertirse por una noche.

- No estoy con ganas Kook. Mañana será un día largo.

Jimin mintió, porque sí tenía ganas de beber. De hecho tenía ganas de embriagarse hasta la médula... pero había un pequeño problema, demasiado pequeño tal vez, y era el manojo de células que estaba creciendo en su vientre.

ℕ𝕠𝕔𝕙𝕖𝕤 ℝ𝕠𝕛𝕒𝕤  → KOOKMIN → OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora