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Capítulo 36 - Duelo

(Povs Jimin)

Me levanté desorientado, con un dolor punzante en el corazón. La habitación, sin embargo, olía a familia y a caramelo... y todo cobró sentido cuando divisé a Taehyung de espaldas, mirando en silencio la televisión.

El omega había estado cuidándome, en lugar de estar llorando con su alfa por la partida injusta de su hermana menor.

"El Norte y los países del océano blanco, tanto Este como Oeste, amenazan con avanzar sobre el Sur si no explican lo que está ocurriendo. Se encontró el cuerpo de dos revolucionarios en el Norte"

Entendía lo que eso significaba: nuestro plan había resultado a medias, y tanto Minho como Taemin, tuvieron que comunicarse con nuestro abogado para que revele la noticia de la muerte de nuestros padres. Muertes que habíamos callado hasta ese momento, pues no queríamos que los responsables supieran de nuestro deseo de venganza desde el Norte.

Goon Yoo sabía como persuadir a la prensa y dar buenas noticias; el periodismo del Norte había declarado y difundido la muerte de los Park, ex revolucionarios, como una provocación del gobierno de Choi Seung Hyun hacia la diplomacia débil entre regiones.

Sostuve mi estómago conmocionado y nervioso, recordando las palabras llenas de aliento de HyeJin.

Sonaban de fondo las noticias en la televisión, dándole lugar al descargo estúpido de Seung Hyun y sus asesores, señalando a los historiadores de ser un grupo subersivo e irresponsable. Nada de su discurso tenía sentido... acusar a al Tridente de peligroso y antidemocrático, era una jugada que podía ser destruida en poco tiempo. Una guerra se estaba gestando, con posibilidad cero de ser reprimida.

Taehyung se dio cuenta de que estaba despierto cuando gemí de dolor. Me dolía el pecho y mi vínculo tiraba con violencia hacia todas partes. Mi Jungkook estaba sufriendo, en algún lugar de la mansión.

— Buenos días dormilón - Taehyung me saludó con voz suave, dejándome ver su rostro de frente. Estaba desarmado, envuelto en pena y agotamiento, con ojeras amplias debajo de sus ojos - ¿Cómo te sientes?

Pero no pude responder, como si no hubiese pasado nada de tiempo entre la última Noche Roja y nuestro presente. Comencé a llorar como un lobo abandonado por su propia manada. La mezcla del dolor de mi alfa, la noticia de mi cachorro, la muerte de mis amigas, la posible guerra despiadada, estaban causando estragos en mi.

— Oye, tranquilo... - mi amigo me consoló, sentándose en la cama y acariciando mis mejillas febriles - no cargues con esto tú solo. Ya todos sabemos lo que ocurrió, ya todos hemos llorado por ellas.

— Pero Taehyung, tienes que entiender... yo... yo era quien estaba allí, y quien no pudo hacer nada mientras las herían - tartamudeé, y mis sentimientos se amontonaron en la punta de mi lengua - siento que es mi culpa, mi incapacidad para luchar...

— ¿Estás hablando enserio? - Taehyung me detuvo molesto - Tú no puedes venir y hablar de culpas aquí. Irene era mi hermana, y tomó mi lugar en la misión por mi estúpido celo. ¿Entiendes lo catastrófico que es eso? Si mi naturaleza no me hubiese ganado, ella estaría aquí... festejando por lo poco que hemos conseguido.

Mi amigo tenía razón. Si yo me sentía mal por mi poca participación en el plan, ¿como se sentiría él, totalmente ausente por culpa de su celo? No habían palabras de consuelo, y mis lamentos, solo le traían más dolor.

— Tampoco es tu culpa - susurré sin embargo - la naturaleza nos llevó a pelear por nuestra igualdad, la naturaleza también puede detenernos.

Taehyung parpadeó afligido mirándome a los ojos, derramando lágrimas en silencio, sin decir nada más. Me levanté como pude y lo abracé con todas mis fuerzas... me sujeté a él, le regalé todo lo que tenía, en forma de dulzura y consuelo.