« ¡Dieciséis! »

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Capítulo 16 - Déjame cuidarte

Las camas en las habitaciones para celos eran mucho más altas que en las alcobas normales, con la intención de facilitar el trabajo del alfa mientras éste se encuentre parado y con el omega acostado durante la penetración. A su vez, contaban con cuatro columnas de madera, al igual que las camas tradicionales con dosel. Podían usarlas de apoyo o podían usarlas de agarre, todo según la intensidad del encuentro.

Jungkook nunca había asistido a un omega en celo, pero era conocedor de la naturaleza, de la energía que llevaría satisfacer a un predestinado, con la edad justa y con la necesidad de procrear, con los dolores profundos que exigían un nudo grande y fértil. Podría haberse sentido intimidado por todo eso, pero no fue así en absoluto, todo lo contrario, cada fibra de su cuerpo titiló frente a la necesidad de satisface y follar.

Besó a Jimin como última prueba de consuelo, el omega convulsionó sobre él cuando sus lenguas se encontraron. Jimin siempre sabía fantastico y único, pero esa tarde sabía aún mejor. Su lengua era suave y receptiva, y eso a Jungkook lo volvió todavía más loco. Le quitó la remera blanca y suelta que había modelado para todos en la universidad, y solo cuando el peligris se sintió satisfecho con su beso áspero, abandonó sus labios para lamer y probar la sensibilidad de sus pezones. Jimin gimió agudo y echó la cabeza hacia atrás, liberando otra corriente de lubricante que se impregnó sobre sus muslos fuertes.

— Quiero que me folle, alfa. Por favor.

Jimin estaba totalmente domado por su lobo, atreviéndose a juguetear con formalidades. El alfa no era un amo del control, ni mucho menos de la autoridad en la cama... pero su instinto podía ser diferente a sus conceptos de trato diario sobre jerarquías. Aquí, él quería follar y poseer, y Jimin quería que lo posean y lo follen. Demasiado simple.

— Si cachorro, voy a hacerlo.

— Estoy mojado por usted, ¿no ve lo mojado que estoy? Seré un buen omega...

La polla de Jungkook se había vuelto una brújula, pero en vez de marcar al norte, disparó directo hacia su omega.

— Si dulzura, siento lo húmedo que estás, lo mucho que te abres para mí.

La charla obscena había sido suficiente para su lobo, a punto de desgarrar su pecho desde adentro para hacerse cargo de la situación. Se levantó y acomodó a Jimin sobre la cama para celos, tomó sus piernas y lo acomodó con fuerza en el borde del colchón. Con paciencia, quitó los pantalones y los boxers ya húmedos de su compañero. Besó sus pantorrillas, mordió con suavidad el interior de sus muslos, lo escuchó ronronear como un gatito sumiso y agradecido.

— Voy a cuidarte cachorro - susurró, cuando llegó hasta la entrepierna de Jimin y se embriagó con su aroma tan especial.

— Por favor... cuídeme. Sentirme así de necesitado y perdido por un alfa, me hace sentir vulnerable, en peligro.

Jungkook gruñó, cuando sintió la polla erguida de Jimin entre sus labios, e intentó calmar su angustia con suaves caricias entre sus piernas.

— No tienes que sentirte así. Voy a cuidarte y voy a respetarte. Solo quiero ayudarte, demostrarte que me importas más que a nada.

— Alfa... mi alfa...

El susurro de Jimin fue acompañado por un retorcijón que lo hizo temblar en su lugar. Jungkook se sintió impotente, no podía verlo sufrir ni un minuto más. Desprendió la cremallera de sus jeans y los tiró hacia un costado. Sostuvo su polla erecta y febril, pudiendo ver como Jimin abría las piernas invitándolo a follar. Suspiró, y con ambas manos separó las nalgas redondas de su omega tan excitado. No lo preparó, no le hizo falta con la cantidad de lubricante que desprendía su agujero, lo penetró en una larga y áspera estocada , que le hizo perder la estabilidad por un momento.

ℕ𝕠𝕔𝕙𝕖𝕤 ℝ𝕠𝕛𝕒𝕤  → KOOKMIN → OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora