Filming Love (Blam y Coopbastian boyxboy)

CAPÍTULO 16: EL HOGAR BLAM

CAPÍTULO 16: EL HOGAR BLAM

Blaine se despertó entre los brazos de Sam y suspiró aliviado. Llevaba un pijama demasiado grande pero no tenía sus cosas todavía. El recuerdo de lo ocurrido dolía demasiado y por eso se apretó más fuerte contra el cuerpo del rubio, haciendo que éste se despertara.

– Lo siento. – El moreno susurró.

– No te preocupes... ¿Estás bien? – El ojiverde acarició la cara de su novio.

– No. – El más bajo respondió, casi llorando.

El actor envolvió a su pareja entre sus brazos y lo apretó con fuerza contra su pecho. Se sentía mal porque quería consolar al ojimiel pero era incapaz. No sabía qué hacer que no fuera abrazarlo y recordarle que él le protegería.

Por suerte, era sábado y no tenía que ir a trabajar. Se levantaron y Sam le hizo la limpieza a la herida de su pareja. Dolía verla pero hacía su mayor esfuerzo por el bien de Blaine. Tenía que ser fuerte por los dos. El día anterior había tenido un momento de debilidad pero no podía repetirse. Fueron a desayunar y se encontraron con Stacy y Steve. En ese momento, el moreno se dio cuenta de que necesitaba un sitio para los dos, un lugar donde estuvieran cómodos los dos y, sobre todo, a solas.

Cooper y Sebastian llegaron a visitarlos y sonrieron al ver al guionista algo más tranquilo. Las atenciones de Evans hacían que, poco a poco fuera sintiéndose mejor y los recuerdos, aunque no se olvidaban, eran un poco menos dolorosos.

– Vamos a vivir juntos. – Sam anunció ilusionado. – El lunes empezaremos a buscar un apartamento para alquilar. Todavía no sabemos muy bien lo que queremos pero la agencia nos ayudará, supongo.

– ¿Por qué no vais a la casa de papá? Está libre y no le encuentro sentido a que pagues un alquiler cuando esa casa es nuestra. – El mayor preguntó. Los dos ojiverdes miraron a los hermanos con interés, no sabían nada de la herencia del progenitor de ambos porque ninguno estuvo realmente interesado. Era algo de ellos.

– Esa casa es de los dos, no puedo simplemente mudarme allí. – El menor respondió.

– El testamento decía que podría vivir en ella el que formara primero la familia y así lo quisiera. Los dos sabemos que era la manera que tenía papá de dejártela a ti sin que te sintieras mal... Nadie en su sano juicio espera que yo forme una familia antes que tú. – El ojiazul añadió.

– Pero tú eres mayor que yo. – El más bajo protestó.

– Papá sabía que yo tengo dinero. Squirrel, yo no vivo de alquiler, ese apartamento es mío. La casa es para ti... Si te vas a sentir mejor, puedes comprarme mi parte. Tienes el dinero que te correspondía de papá. – Cooper propuso.

– No será suficiente pero no creo que haya problema con que el banco me de un préstamo. – Blaine comentó.

– En ese caso... ¡Tenemos casa! – Sam rodeó a su novio con sus brazos y éste se apoyó en el cuerpo del otro. Sebastian y su pareja se sonrieron felices porque veían la ilusión y complicidad de los otros dos, algo que les hacía felices.

Kitty, Brittany, Sebastian, Cooper, Steve, Stacy y Sam acompañaron a Blaine para ir a recoger sus cosas cuando la policía las encontró en un almacén que Eli tenía alquilado. Los amigos apenas dejaron que el guionista levantara peso porque aun no se habían cerrado las heridas y podía ser perjudicial. Por eso, todos los demás se encargaron de llevar las cosas al camión que alquilaron y después dejarlas en la casa que había pertenecido al señor Anderson.

La casa era un lugar muy acogedor. Todavía conservaba el aspecto que tenía cuando su anterior dueño vivía allí. La casa tenía dos plantas, garaje, ático y sótano además de un jardín con piscina. En el sótano había un cuarto de lavandería y una zona de ocio donde Cooper y Blaine jugaban a los videojuegos de pequeños o hacían Karaoke. En la primera planta estaban la amplia cocina, con acceso al jardín, un aseo y el salón-comedor muy iluminado por los grandes ventanales. En la segunda planta había tres habitaciones, una de ellas con baño privado, y un baño principal.