CAPÍTULO 4: UNA CITA, UNA SOLA CITA

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CAPÍTULO 4: UNA CITA, UNA SOLA CITA

El resto de la semana fue bastante parecido a ese primer día. Cooper intentando acercarse a su hermano pero consiguiendo que éste se alejara poco a poco de él al sentirse humillado por el mayor. Sam seguía coqueteando con Blaine y todas las noches, tras acabar sus respectivos trabajos, se encontraban en el despacho del moreno para tener el mejor sexo de la historia. Sebastian seguía intentando meterse en los pantalones de Cooper pero éste seguía rechazándolo con la excusa de que dañaría a su hermano.

Todos siguió así hasta el viernes. Blaine estaba a punto de terminar su trabajo cuando Sam entró. El moreno supuso que tendrían otra noche de pasión desenfrenada por lo que apagó el ordenador y sonrió hacia el otro. No le gustaba mucho la situación en la que se encontraban, no quería ser sólo el amante de un actor pero no podía negarse. Con tan sólo verlo, olerlo o sentirlo perdía todo rastro de cordura.

El rubio se acercó a la mesa pero decidió cambiar las cosas. En vez de saludar al ojimiel con un beso como era habitual, se sentó sobre el escritorio.

– Quiero que tengamos una cita. – Las palabras del ojiverde fueron directas.

– ¿Qué?

– Quiero que salgamos juntos. Una cena, ir al cine, tomar un helado, pasear por la playa, lo que sea.

– Sam, no sé.

– ¡Una cita! Una sola cita. Esta noche. No te estoy pidiendo que nos hagamos novios o que nos casemos y empecemos a pensar en los nombres de nuestros hijos. Sólo quiero que tengamos una cita y que nos conozcamos. Entre nosotros hay una conexión, no sé explicarlo. El sexo está bien pero... Yo necesito más, QUIERO más. Y la vamos a tener esta misma noche. – El más alto enfatizó la palabra "quiero".

– Lo siento, esta noche no puedo.

– No acepto una excusa. No acepto un no.

– He quedado con Sebastian, es nuestra noche de chicos. Todos los viernes desde hace dos años vamos juntos al cine y a cenar. Nunca hemos cancelado y no pienso hacerlo hoy. ¿Mañana? – El ojimiel aclaró.

– ¿En serio? Quiero decir... ¡Sí, claro! ¿A qué hora te paso a buscar? ¿Cuál es tu dirección?

– Yo te pasaré a buscar, prefiero conducir yo.

– S-Sí, claro. – El actor parecía nervioso y su mano tembló cuando el más bajo le entregó un papel para que escribiera su dirección. Escribió rápidamente, maldiciendo en su interior los nervios que no le permitieron tener buena letra.

– Mañana a las siete de la tarde te paso a buscar. Como eres tú el que lo ha pedido, aunque sea yo quien conduzca, te encargas de preparar la cita.

– S-Sí, claro.

– Ahora... Tenemos una hora hasta que me tenga que ir a buscar a Sebastian... ¿Qué te apetece hacer? – El guionista dijo de manera seductora.

Evans se acercó a su amante y juntó sus labios con desesperación. Deseaba estar con él esa hora y obtener todo lo que el otro estuviera dispuesto a darle. La pasión aumentaba a la vez que su excitación. Estar con Anderson hacía despertar sus más básicos instintos y lo único que podía pensar era en darle placer a su acompañante.

Blaine se había deshecho de la camiseta del rubio cuando sonó su teléfono. Miró la pantalla para ver que la llamada provenía de su padre.

– ¿Papá? – El moreno se extrañó porque no esperaba hablar esa noche con su progenitor.

– Hijo. No te asustes, ¿vale? Te llamo desde el hospital. Necesito que Cooper y tú vengáis. Ya he hablado con él.

– Pero... ¿Qué? ¿Qué ha pasado?

Filming Love (Blam y Coopbastian boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora