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Me levante de inmediato y ordene mi cabello y mi vestido al igual que Cinco.

—Siento interrumpir su apareamiento pero es hora—Dijo entre risas Cuatro mientras yo sentía que moría de la vergüenza.

Cinco me dio un corto beso en los labios y salió de la habitación como un rayo. Apreté los ojos cuando escuché la carcajada de Cuatro.

—¡Ocho! ¡Quien lo diría! Eres todo una sucia—Dijo molestándome.

—Cierra la boca, no es divertido—Dije entre dientes y caminando a su lado.

—Jamás creí que viviría para verte a ti y a Cinco haciendo esas cosas y aún mejor ¡Juntos!—Volvio a hablar y yo le solté un buen golpe en el brazo.

Él se quejó pero seguimos caminando hasta llegar al salón. Ya estaban ahí todos mis hermanos y tome mi lugar entre Siete y Tres, ya que por mi estatura quedaba ahí, era más baja que Tres pero más alta que Siete.

—Niños, ustedes abrirán la fiesta. Con el baile que estuvieron practicando—Hablo papá y todos asentimos con la cabeza.

Un señor más o menos de la misma edad de papá, entro al salón junto con dos chicas y dos chicos. Mis hermanos y yo nos miramos extrañados.

—El es Anthony Jensen, un gran amigo. Estos son sus hijos, Nicole, Nadia, Noah y Neizan—Dijo papa presentando a los invitados.

—Es un gusto por fin conocer a los hijos de Reginald—Nos saluda el señor Jensen y yo me limito a sonreír sin mostrar mis dientes.

—Nicole y Nadia bailarán con ustedes—Dijo Papá y pude ver por el rabillo de mi ojo como Seis se ponía nervioso.

—Nadia, Nicole. Tomen lugar frente a los chicos que faltan—Ordenó el señor Jensen y las chicas de inmediato se pusieron frente a mis hermanos.

Mire a Cinco con una mirada de ¿que mierda está pasando?. Pero el solo hizo una de sus típicas caras de molestia.

Papá nos ordenó sentarnos en una de las mesas, junto a los hijos del señor Anthony mientras esperábamos a que llegaran los invitados.

Me encontraba tomando una limonada mientras jugaba con una de las manos de Cinco.

—¡No quiero bailar con esa niña!—Se quejo Seis y yo lo miré con pesar.

—Vamos Seis, no seas marica—Le dice Cuatro y yo provoco que Tres quien estaba a su lado le de una cachetada—¡Perra!.

Cinco y yo reímos, Cuatro me mira enfadado y yo le saco la lengua.

—Déjalo en paz—Le dije entrecerrando mis ojos.

—No será tan malo como crees, Seis—Le dice tratando de animarlo Uno.

—Shhh—Los calle a todos al notar como los hijos del señor Jensen nos miran un poco incómodos.

Todos nos quedamos en silencio, sin decir nada. Yo me limitaba a distraerme con Cinco, jugueteando con nuestras manos, dándole discretas caricias o haciendo comentarios aleatorios para hacerlo reír.

Muchas personas iban llegando a nuestra casa. No ancianas pero no precisamente jóvenes, pero no venían más chicos de nuestra edad.
De vez en cuando, las hijas del invitado de papá me dedicaban una sonrisa, yo sé las devolvía.

—Niños, llegó la hora—Nos avisa mamá y yo siento una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.

—Tranquila—Me dice Cinco apretando mi mano. Yo asentí con mi cabeza.

Caminamos juntos de la mano hasta la pista y tomamos nuestros lugares al igual que el resto de nuestros hermanos.
Noté como Tres miraba con recelo a Siete por bailar con Uno. Como Cuatro no podía ocultar su desagrado ante la fiesta y como Seis se moría de los nervios al tener a Nicole frente a él. Dos por su parte parecía disfrutar la compañía.

La suave música comenzó a sonar y reaccioné por el tacto de la mano de Cinco en mi cintura.

Todos nos movíamos casi como robots coordinados al ritmo de la canción, sin cometer ningún error pues habíamos practicado demasiado.
Miraba con una ligera sonrisa en mi boca como todos los invitados de papá nos miraban con cierta fascinación.
Dirigí mi mirada a Cinco, el me miraba con brillo en sus ojos. No hacía falta decir nada, con la mirada nos lo decíamos todo.
Al terminar, muchos aplausos sonaron y yo solo sonreía sin poder contener lo feliz que me sentía. Ahora solo tenía que tocar la dichosa canción.

—Suerte, se que lo harás muy bien—Me dice Cinco antes de alejarse y yo tome una bocanada de aire.

Camino hasta donde el piano estaba y espero la indicación de papá para comenzar.
Una vez que mis hermanos están de nuevo en sus asientos, observo como papá me da una mirada para que comience y suspiro.

Vamos pedazo de basura, puedes hacerlo.

Hola, es un gusto para mi que puedan acompañar esta noche a mi padre—Digo sin dejar que los nervios me delaten y noto las sonrisas de algunos de los invitados—Tocare un poco esperando que les guste, se llama Claire de Lune.

>>Canción de multimedia>>

Sentía la mirada expectante de todos los presentes sobre mi. Pero no dejaría que los nervios me ganaran, me centre en la única mirada que me importaba.
Sonreí cuando lo encontré y cerré mis ojos para concentrarme.
Al terminar la canción, de nuevo muchos aplausos sonaron y yo solo me limité a esperar a que terminaran para ir con mis hermanos.

Camine hacia la mesa y me senté a un lado de Cinco, el miro a todos lados como vigilando y después me dio un beso en la mejilla.

—Lo hiciste estupendo—Me dijo sonriéndome sin mostrar sus dientes y yo sentí como me ruborizaba.

—Gracias—Le dije apenada y él entrelazó nuestras manos por debajo de la mesa.

—Es injusto, Dos está ahí disfrutando de una chica mientras yo me quedo sin nada—Se queja Cuatro haciéndonos reír a todos.

Deje de reír al ver como papá se acercaba a nuestra mesa junto con Neizen, el hijo del señor Jensen. Solté rápidamente a Cinco y él frunció el ceño.

—Ahí viene papá—Le digo entre dientes y luego finjo una sonrisa cuando papá ya está frente a nosotros.

—Número Ocho, quiero presentarte a Neizen—Dice mi padre y yo me levanto de mi asiento y camino a un lado de papá.

—Es un gusto conocer a una chica tan bella como tú—Me dice Neizen y toma mi mano para dejar un beso en ella.

Sentí el cambio de aura en Cinco, lo miré de reojo y en efecto, tenía sus puños cerrados y su mirada penetrante puesta en el chico pelirrojo.

—El gusto es mío Neizen—Dije sonando bastante desconfiada.

—¿Quisieras bailar conmigo?—Dice mirándome sin soltar mi mano y yo maldigo internamente.

Papá me da una de sus miradas de hazlo o tendrás serios problemas.

—C-Claro, vamos—Dije nerviosa y él empieza a caminar, yo lo sigo pero antes volteo a ver a Cinco quien no se ve nada feliz.

—C-Claro, vamos—Dije nerviosa y él empieza a caminar, yo lo sigo pero antes volteo a ver a Cinco quien no se ve nada feliz

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𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞 | CINCO HARGREEVES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora