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Mamá limpiaba mi sangre y las puntadas de mi herida mientras yo trataba de no moverme por el dolor.

—Mamá ¿porque no puedo curarme yo misma?—Dije reprimiendo un quejido.

—Ya te lo dijo tu padre, no tienes la energía suficiente y sería contraproducente—Me dijo ella dulcemente y acariciando mi frente.

—Ahg ¿y hasta cuando sanara?.

—No lo sé cielo, quizás te deje de doler en una semana y puedas ahora si curarte—Me dijo y yo asentí con mi cabeza—Por cierto querida ¿que le hicieron a Número Cinco?.

—¿Porque?—Pregunte frunciendo mi ceño.

—Entró muy furioso a la casa, maldiciendo a todo mundo.

—Ni idea, sabes como es de extraño.

—Cariño estás perdiendo mucha sangre, creo que lo mejor será que desde ahora no te levantes de tu cama por tu bien—Mamá tenía una mueca en su rostro, yo suspiré.

—No tengo de otra.

♒︎

Mamá termino de limpiar mi herida, me arropo y salió de mi cuarto. Genial, ahora no podía hacer absolutamente nada.

Habían pasado unas tres horas y media. Me habían traído la comida a habitación y me encontraba completamente sola.
Leía cien años de soledad de Gabriel García Márquez para matar el rato.

—Quisiera vivir en Macondo—Dije para mi misma.

—¿Ma... que?—Hablo Tres desde el marco de mi puerta y yo la miré con una ceja en alto—¿Puedo pasar?.

—Ya estas adentro.

Camino hasta mi cama y se sentó en la orilla.

—¿Y bien?—Hable y ella soltó un gran suspiro.

—Vengo a ofrecerte una disculpa por haberte tratado tan mal. En tu lugar creo que cualquiera de nosotros hubiera hecho lo mismo pero tú poder causa un dolor tan fuerte que me deje llevar por eso, lo siento—Dijo ella mirando hacia el piso y yo le lance un cojín.

—Tardaste en volver perra—Dije y ella me sonrió ampliamente.

Se acosto a un lado de mi y comenzamos a charlar de cualquier tontería que se nos viniera a la mente. Era bueno tenerla de vuelta, extrañaba a mi confidente.

—¿Ya me vas a decir cómo surgió el amor mágicamente entre Número Cuatro y tu?—Me pregunto y yo hice un puchero con mi boca.

—Simplemente pasó, hermana mía—Levante mis dos manos en al aire.

—Creí que querías a Cinco.

—Error de novata en el amor, mi verdadero amor es Cuatro y no lo pude ver antes—Menti y ella pareció tragársela toda.

—Me alegra, Cuatro no te lastimará como pudo hacerlo Cinco—Dijo ella poniendo su mano en mi hombro.

¿Tan malo era estar enamorada de Cinco?

¿Porque todos asumían que me lastimaría?

Quizás al final de todo estaba haciendo lo correcto al abandonar mis sentimientos por el.

POV NÚMERO CINCO

Caminaba de un lado para el otro en mi habitación tratando de controlar el enojo contenido que tenía dentro.

¿Porque carajo tenían que compartir saliva frente a mis narices?

Dios, me daba un asco inmenso. Cuatro le contagiaría todos sus bichos. No podía ya con todo lo que sentía dentro de mi. No sabía como arrancar mis sentimientos hacia ella.

𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞 | CINCO HARGREEVES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora