•07•

2.1K 141 49
                                    

Al terminar de comer, estaba por levantarme para llevarle algo de comida a Cuatro cuando papá comenzó a hablar.

—Número Cinco y Número Ocho, pueden seguir con su castigo. Pogo les indicará que hacer—Dijo y yo sentí que hervía por dentro. Creí que ya había terminado.

—Bien, pero le llevaré comida antes a Cuatro—Dije y el solo asintió y salió de nuestras vistas.

—Ay si, mi novio Cuatro esta enfermito y yo lo curo con mis besos—Dijo el idiota de dos ganándose que Seis lo abofeteara por mi culpa—Eres una perra.

—Aprende a hablar primero, tartamudo—Respondí enfadada y salí de ahí seguida por Cinco.

Llevaba en mis manos una bandeja con la comida de hoy, medicamentos que puso mamá y más suero. Me dijo que intentara hacerlo comer aunque fuera un poco.
Si tan solo pudiera curarlo... Pero mi poder no era tan poderoso, sólo me permitía curar heridas, no enfermedades o malestares.

Entramos a la enfermería y él abrió los ojos por el poco cuidado que hizo Cinco al entrar.

—Hola ¿como te sientes?—Pregunte mientras ponía la bandeja en una mesita con ruedas y la acerque a él.

—Mejor, tus cuidados son muy efectivos—Dijo y estiro sus brazos—Hola Cinco ¿tú también serás mi enfermera?—Bromeo Cuatro pero a Cinco parecía no darle gracia—Que amargado, muero de hambre ¿que me trajiste?.

—Es pollo con verduras, que bueno que tengas hambre.

Cuatro comenzó a comer haciendo que yo sonriera.

—Vámonos Ocho—Dijo Cinco y yo hice un puchero.

—¿Puedes esperar un poco? No quiero dejarlo solo.

—Mientras más nos tardemos en acabar el castigo, menos probable es que podamos ver el atardecer—Me dijo y yo quedé perpleja.

El de verdad quería ver el atardecer conmigo de nuevo.

—¿Que? Ahora me cambiaste por el—Hablo Cuatro con la boca llena y haciéndose la víctima.

—Por favor a ti ni te gusta ver el cielo conmigo, dices que es aburrido—Le reproche.

—Anda vete ya, yo me siento mucho mejor—Le dio un apretón a mi mano y sonrió.

—Bien, cuando termines de comer, toma esos medicamentos y más suero ¿si?.

—Si, si. Tranquila y gracias por cuidarme pequeña—Dijo e hizo una seña para que me acercara a él y cuando lo hice depositó un beso en mi frente.

Salí con Cinco para buscar a Pogo, él estaba algo serio. Él siempre estaba serio pero sentía su aura diferente, creí que estaba enfadado. Caminamos sin decirnos nada, el solo miraba hacia el frente.

—¿Te pasa algo?—Pregunte pero él simplemente negó con la cabeza.

Cuando encontramos a Pogo, el tenia escobas, trapeadores y más cosas para hacer limpieza por lo cual yo solté un enorme quejido.

—Su padre les ha asignado el deber de limpiar el sótano—Dijo Pogo y yo grite frustrada.

—Eso es explotación Pogo.

—Hagámoslo de una vez—Dijo Cinco tomando en sus manos algunos de los artefactos.

Yo tomé los restantes y caminamos hasta el sótano. De inmediato comencé a estornudar por la cantidad de polvo que había.

—Genial ahora mis alergias me harán más difícil esto.

—¿Por donde empezamos?—Me pregunto mientras miraba todo el lugar.

𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞 | CINCO HARGREEVES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora