| Capítulo 9 |

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Narrador Omnisciente

Por parte de Husk y Nifty que se encontraban comprando alimentos.

-Me da 5 kilos de carne fresca de cordero —habló Nifty.

-¿Por qué estoy aquí? —preguntó Husk con desesperación.

-Llevas preguntando eso más de 6 veces Husk —le recordó la pelirroja—. Viniste porque Alastor te pidió que me acompañaras, además necesito a alguien experto en alcohol.

-Hmm —gruñó mirando a otra dirección.

Una vez terminando de comprar la carne se dirigieron a la licorería.

-Bien Husk aquí entras tú, primero vamos por los vinos —dijo mirando la lista y marcando con una palomita la carne.

-Hmm... —nuevamente gruñó—. Vino, vino, vino... —dijo buscando entre las botellas que había—. ¡Ajá! Si vamos a comer carne se necesitará de un buen vino tinto —dijo tomando la botella de color negro con una etiqueta que decía "vino tinto infernal"—. Éste es del bueno, limpia el paladar y además ayuda a la digestión de la carne.

-¡Wow, sabes mucho del alcohol! —exclamó la cíclope.

-Claro que si sé mucho del alcohol, no lo tomo solo por tomar —pausó un momento y volvió a hablar—. Bueno si tomo por tomar... —Nifty solo rió ante su confesión—. ¿Qué es gracioso?.

-Que por primera vez no estás tan ebrio —ante tal confesión Husk abrió sus ojos y desvió la mirada.

-Solo tomemos las botellas y las pagamos para largarnos —gruñó por tercera vez.

-Eres muy gruñón —le dijo la pelirroja, por parte de él, el se quedó callado.

Estaban de camino al hotel, sin embargo, a la chica cíclope le inquietaba algo, no titubeó más y se decidió por preguntarle al demonio gato.

-Oye Husk —llamó su atención y el solo respondió con un gruñido—. ¿En algún punto de tu vida te enamoraste? —tal pregunta hizo que se detuvieran, tardó mucho en contestar, no quería hablar sobre su pasado.

-Si... —suspiró y movió su nariz en forma de corazón—. Pero no termino muy bien que digamos.

-¿Qué fue lo que ocurrió? —preguntó, la demonio de estatura baja tenía muchísima curiosidad.

-No quiero hablar sobre eso —gruñó, nuevamente, y volvió a caminar.

-¿Por qué no? —él no respondió y solo siguió caminando—. Dime ¿qué fue lo qué pasó? —se puso delante del gatuno y él desvió la mirada.

-Ya te dije que no quiero hablar sobre eso —pasó a un lado de Nifty.

-¡Vamos!, puedes confiar en mí —daba pequeños saltitos alrededor de Husk.

-Mira Nifty no quiero contestarte grosero, pero ¡ya te dije que no quiero hablar sobre eso! —exclamó un poco enojado.

-Ohh, está bien, entiendo —bajo la cabeza desanimada y siguieron caminando sin dirigirse ni una palabra.

-Ohh, está bien, entiendo —bajo la cabeza desanimada y siguieron caminando sin dirigirse ni una palabra

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Por otra parte Angel y Vaggie seguían buscando las tiendas en donde vendieran cosas para manualidades.

-¡Esto va a ser imposible! —exclamó el arácnido—. ¿En dónde vamos a encontrar tiendas?.

-No lo sé Angel, pero deja de quejarte —le dijo la demonio polilla.

-¡Mira! en esa tienda podríamos encontrar cosas —habló señalando una tienda para hacer vestidos, ropa, etc.

-Podría servir, vamos —caminaron en dirección hacia la tienda. Una vez que entraron una demonio con un aspecto de cabra.

-Hola, mi nombre es Samantha, yo los atenderé para lo que necesiten —dijo en un tono cansado y frustrada.

-Gracias —dijeron al unísono y fueron al pasillo donde había lentejuelas.

-Oye esto podría servir —dijo Angel agarrando una bolsita de lentejuelas de color rosa.

-Agarra una bolsa de cada color, yo iré a la zona de las telas —caminó a la sala donde había rollos gigantes con telas enrolladas en ellas. Gracias al demonio de la radio y a la princesa Charlotte tenían suficiente dinero para comprar bastantes cosas.

Luego de haber escogido un metro de cada rollo que había, Angel alcanzó a la demonio polilla y fueron a la zona de chaquiras (piedras para hacer pulseras) tomando bolsitas de cada color que había.

-Oye Vaggie, mira estas piedras, son hermosas —dijo el arácnido señalando piedras circulares de color morado con pequeños brillitos azules y blancos.

-Llevemos de esas también —dijo la albina.

-Parece que estamos llevando cosas para Nifty —río un poco Angel.

-Si, pero ella ya tiene una idea sobre nuestros vestuarios.

Quedaron en silencio y se dirigieron a la papelería para comprar hojas blancas, negras y de colores, luego fueron por lápices, gomas, colores y plumones.

-Oye Vaggie —llamó la atención de la demonio.

-¿Si?.

-¿Tu llegaste a conocer los padres de Charlie? —le cuestionó, causando que la albina se sorprendiera por tal pregunta.

-Si —el arácnido abrió los ojos de sorpresa—. Solo los conocí una vez —rió un poco para hablar nuevamente—. Curiosamente y sorprendentemente les caí bien.

-¿Y cómo son ellos?.

-Pues tal vez te imaginas que te harán daño si haces algo malo o tienes un pequeño error enfrente de ellos, pero no es así —suspiró—. El padre de Charlie puede ser duro y estricto con ella, pero es por que la quiere proteger y cuidar, bueno eso es lo que yo noté y Charlie no.

-Hmm ya veo.

No dijeron nada más, después de pagar todo se dirigieron al hotel. Una vez que llegaron vieron que algunos estaban decaídos. Todos lo notaron, pero ninguno se dirigió la palabra.

 Todos lo notaron, pero ninguno se dirigió la palabra

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