Narrador Omnisciente
Vaggie corría lo más rápido posible para alejarse de Angel, aunque necesitaba un abrazo de él en estos momentos.
Sin darse cuenta estaba cerca del estudio porno y exactamente Vox salía a tomar aire libre.
-¡Vaggie aquí estás!, que bueno que estás bien —le dijo el arácnido al ver a su amiga sin un rasguño.
-¿Por qué? —cuestionó Vaggie haciendo que Angel se confundiera—. ¿Por qué me preguntaste sobre ese tema cuando ya sabías? —preguntó nuevamente la albina aclarando su pregunta y con unas lágrimas en su ojo.
-Lo siento Vags, es que sabes cómo soy y a veces me pregunto yo mismo del porque hago... —no terminó de hablar ya que fue interrumpido por Vox, el cual colocó su mano en el hombro del arácnido.
-¡Angel Dust!, ¿Qué haces aquí?, acaso ya tienes el dinero para pagarle a Valentino? —preguntó con una sonrisa maliciosa.
-Y-yo —tartamudeó el albino.
-Más vale que lo obtengas pronto o Valentino se enojará mucho contigo —le advirtió.
-Ya fa-falta muy po-poco dinero, si-solo denme unos di-días mas.
-Hmm bueno, porque no mejor te sigues prostituyendo para que consigas el dinero más rápido, ¡Vamos, a trabajar! —al terminar de gritarle al demonio arácnido, Vox se fue entrando nuevamente al prostíbulo, dejando un poco más tranquilo a Angel.
-Vámonos Vaggie, tenemos que volver al hotel —le avisó Angel con la cabizbaja.
-Oye Angel ¿estás bien?.
-Si, estoy bien Vags, vamos.
Caminaron tristes al hotel llegando tarde, cada uno se dirigía a su habitación, ambos querían descansar.
Charlie fue la primera en despertar, se dirigió a su oficina en donde ciertamente su escritorio tenía muchos documentos los cuales tenía que revisar, se sentó y comenzó a leer los papeles.
Fuera del hotel había caído una chica del cielo indicando que acababa de llegar al infierno.
-Genial, por culpa de ese tipo caí en este espantoso lugar —se dijo así misma—. ¿Hm? ¿Esto es un hotel? —cuestionó.
Nifty había abierto la puertas del hotel y vio a la chica, ella pensaba qué tal vez vendría a redimirse y se emocionó, fue lo más rápido posible a la oficina de Charlie para avisarle sobre la chica.
-¡Princesa Charlie! —gritó entrando a la oficina de la rubia dando saltitos de alegría—. Hay una chica fuera del hotel, ¡posiblemente viene a redimirse! —lo anterior dicho le sorprendió a la princesa, saliendo de su oficina con una gran sonrisa y llegando con la chica de cabello negro que se encontraba fuera del hotel.
-Hola ¿buscabas algo? —cuestionó la rubia con gentileza.
-Eh bueno acabo de llegar así que lo que buscaría primero sería un lugar para vivir —dijo—. ¿Este es un hotel?.
-¡Si!, este es el hotel feliz, en donde las personas pueden hospedarse y ayudamos a redimirse para llegar al cielo —dijo con entusiasmo la princesa.
-¿Un demonio puede redimirse? —cuestionó la azabache.
-Bueno no hemos podido saberlo ya que muchos piensan que es una tontería y que nunca funcionaría —dijo cabizbaja—. Y tampoco hay muchas personas en el hotel, aunque la fiesta que hicimos se quedaron algunas personitas.
-No te importaría si puedo hospedarme aquí ¿verdad?.
-¡Claro que no!, al contrario me alegraría muchísimo —dijo la rubia con brillo en sus ojos—. ¡Adelante y bienvenida!.
-Muchas gracias.
-Por cierto ¿Cuál es tu nombre? —cuestionó Charlie.
-Mi nombre es... —antes de terminar fue interrumpida.
-Oh Charlieeee —se escuchó la voz de cierto demonio rojo—. Sabes que desde un principio me pareció ridícula tu idea de la redención, pero tengo algunas ideas que podrían gustarte... ¿quién es ella querida? —cuestionó el de orejas de ciervo al ver a la chica que estaba observándolo sospechosamente.
-¡Oh!, ella es una chica que acaba de llegar al infierno, pero no me ha dicho su nombre.
-Mi nombre es... —nuevamente fue interrumpida.
-Charlie te llegaron unas cartas, ¿en donde te las dejo? —preguntó Nifty.
-Emm déjalas en mi oficina por favor Nifty —dijo con amabilidad Charlie—. Bien ya puedes decirnos tu nombre.
-Mi nombre es Diana un gusto conocerlos eh...
-Oh cierto, mi nombre es Charlotte Magne, princesa del infierno pero puedes decirme Charlie y el es mi pare, digo Alastor el demonio de la radio —dijo sonriendo con nerviosismo.
-Es un gusto Charlie y demonio de la radio —hasta que se dio cuenta de con quien estaba hablando—. ¿Princesa?, oh demonios, debería arrodillarme —dijo rápidamente.
-¡No no, claro que no!, no me gusta que hagan eso, ven acompáñame a la recepción te daré las llaves de tu habitación —dijo Charlie haciendo señas de que Diana la siguiera—.Alastor puedes ir a mi oficina después, para que me cuentes tus ideas.
-Claro princesa —dijo el de orejas de ciervo con un ligero tono seductor.
-Ten estas son las llaves de tu habitación y si tienes alguna duda, avísame Diana.
-Claro, gracias —y sin más se fue.
Charlie se dirigió a su escritorio para ver a Alastor más tarde, cuando recibió un mensaje de su celular.
"Querida hija he oído que tú hotel está prosperando un poco y tu madre y yo tomamos la decisión de visitarte, yo te avisaré cuando ya que aún estamos ocupados. Atentamente tu padre, el rey Lucifer."
-¿¡QUE QUÉ!? —gritó Charlie al leer el mensaje.
¿Qué tal? ¿Les gusto? Quiero saber su opinión
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STAY WITH ME | Hazbin Hotel ✔️ (Ver. Old)
Fiksi PenggemarDespués de que Alastor confesara sus sentimientos a Charlie, ella aceptó pues sentía lo mismo que el, aunque él fue el causante de que Vaggie y ella terminaran. Ellos mantenían su amor en secreto pues Charlie quería mantenerlo así ya que su relaci...