La química del amor

Capítulo 3

La endocrinología una de las ramas de las ciencias médicas que puede explicar con mayor exactitud el proceso fisiológico del enamoramiento. Tomaría años poder explicar con detenimiento cada una de las reacciones físicas, psicológicas y químicas desencadenadas en nuestro interior durante este periodo. Por fortuna, durante varios años he logrado resumir en un par de sencillos pasos la mayor parte del proceso y no tendrás que escucharme hablar sobre conexiones postsinápticas, inhibidores de la receptación o cualquiera de esas chorradas que a todo el mundo le tienen sin cuidado cuando se trata de amor. Yo lo he simplificado y anexado en el proyecto de mi madre para que todo aquel que quiera conocer sobre el amor, pueda hacerlo con facilidad.

El primer paso es, científicamente, el más sencillo, aunque socialmente es causa de guerra psicológica: La vista.

Por medio de la visión somos conscientes de nuestro alrededor. Por medio de la visión es que tenemos un contacto estrecho con el ambiente, la vista nos permite hacer la una adecuada evaluación de las personas en nuestro entorno y es la base de la primera selección. La vista es como un filtro que solo permite el paso a lo bueno y necesario, algo que no es bueno a la vista no tiene entrada a la corteza cerebral, como la luz de un eclipse y la luz solar. No quiero decir que yo sea la Biblia del amor y este su primer mandamiento, pero esta es una ley comprobada y, como toda ley, tiene sus cláusulas.

La visión es un sentido predominante a la distancia, es decir, una vez que la persona admirada está cerca, los instintos que predominan en conjunto son otros, la vista pasa a un plano secundario y el olfato toma la delantera. Otra de las cláusulas dentro de esta ley, es que el sentido de «lo bueno y lo malo» es subjetivo para cada individuo y todo está muy relacionado con la cultura y moralidad a la que el individuo en cuestión haya sido sometido durante toda su vida, de manera que lo que a uno puede parecerle insuficiente, a otro puede parecerle un diamante a mitad de la calle.

Sé que muchas personas creen que la teoría es un tanto superficial y que el atractivo físico no es relevante porque «lo que importa es lo que está en el interior», pero, como soy una persona comprometida con la ciencia (y la verdad es que prefiero hablar de cualquier cosa que no sean experimentos con ratas tiroidectomizadas con el doctor Bell en los laboratorios), me he dado a la tarea de explicar esto con mayor detenimiento.

La retina es la capa más interna del ojo, esta capa de tejido nervioso proyecta la información visual desde sus receptores y envía la información por medio de los nervios ópticos hasta establecer sinapsis (conexión) con las neuronas de la parte posterior del cerebro: el lóbulo occipital. La parte del cerebro que se encarga de procesar esta información es la corteza cerebral. En esta área queda registrada la imagen de la persona en cuestión, esta imagen produce una nueva descarga eléctrica que permite enviar impulsos de respuesta hacia el sistema límbico (formado por el tálamo, el hipotálamo, la amígdala cerebral, cuerpo calloso, el septum y el hipocampo), esta zona del cerebro es la encargada de la memoria, la atención, placer, miedo, agresividad, hambre, euforia, el deseo sexual, la personalidad y la conducta, entre otras cosas. De esta manera la imagen visual es procesada y analizada casi al instante, aprobando o desaprobando a la población con base a nuestro sentido subjetivo de lo bueno y necesario.

¿Y qué pasa cuando falla la vista? ¿Qué hay de las personas que no pueden ver? ¿Significa que ellos no se pueden enamorar? ¡Por supuesto que no! En ellos el proceso es mucho más asertivo, en realidad el sentido que predomina en todos los casos es el olfato por acción de las feromonas, de ahí que alguien guapo de pronto nos parezca vacío. Es solo que «no hay química», literalmente.

Entonces, ahora que sabemos que la visión es aquello que nos brinda la capacidad de selección entre individuos y que a pesar de que es quien inicia el proceso del enamoramiento, no es quien lo mantiene, podemos conocer a Alden Bell.