Can Yøu Fix My Heart? (Psycho #1) © ✔️ [En físico]

Chapter 3

"Las bebidas alcohólicas no son lo tuyo"

Mi cerebro estaba procesando aun la situación. Las palabras no me salían y solo podían ser tres cosas:

Estaba demasiado borracha. (Cierto)

Estaba demasiado sorprendida. (Cierto)

Estaba demasiado de las dos opciones anteriores. (Doblemente cierto)

Se me escapó el aliento y parpadeé repetidas veces, porque no me podía creer que fuesen ellos, específicamente ellos. Era como una broma del universo. Respiré profundamente mientras mis ojos recorrían nerviosos a los Case.

Hansel, que era quien llevaba una mano en mi cintura, fue el primero que noté. La voz misteriosa y profunda era suya. Observé sus ojos rasgados azabaches que se escondían debajo de su cabello oscuro, sedoso y desenfadado. Me sonrió ligeramente de lado y mi corazón revoloteó en mi pecho como una mariposa atrapada.

Lake me sujetaba, también a mi lado. Estaba serio e imponente. Su mirada emanaba confianza. Su cabello castaño oscuro estaba alborotado y rebelde.

Los dos que habían golpeado a aquellos tipos eran los tales Eros y Aiden, que estaban a unos cuantos pasos de nosotros. Hablaban entre ellos, ausentes a mi presencia. Pude ver la sangre fresca en sus nudillos magullados y me estremecí. Ambos usaban anillos plateados que claramente habían hecho los golpes más dolorosos.

¿Qué tan fuerte les habían pegado?

¿Era la sangre de aquellos tipos o de ellos?

Miles de preguntas irrumpieron en mi mente, aunque no tenían relevancia en ese momento.

—¿Llegaron a hacerte algo? —me preguntó Hansel, posando su mirada en mí con tanta firmeza que mis ideas se desorganizaron—sabes a lo que me refiero.

—Me...me tocaron por encima de la ropa—murmuré abrumada por la vergüenza.

Él me tomó por los hombros. Sus manos eran grandes y cálidas. Lo hizo con cuidado, como si no quisiera espantarme más de lo que ya estaba.

—Mírame—me pidió y lo hice. Tuve oportunidad de contemplar sus rasgos perfectos y salvajes—no pasa nada, esos cabrones no saben lo que les espera.

—¿A qué te refieres? —pregunté, nerviosa.

—Tú no te preocupes por eso—intervino Lake y me guiñó un ojo. Sentí como el suelo tembló bajo mis pies—esos hijos de puta nos han tocado ya bastante las bolas.

Asentí, sin saber qué decir o hacer.

Los Case estaban juntos y muy cerca de mí. La tensión y el ambiente imponente eran palpables. La luz y oscuridad de los hermanos me tenían en un trance adormecedor.

Paris y Liv se acercaron a nosotros deprisa, sacándome de mi profundo ensimismamiento. Se detuvieron frente a mí, sus ojos desorbitados. Sabía que Paris quería hacerme infinitas preguntas sobre cómo había terminado allí, junto a los Case, pero aun envuelta en la embriaguez, en la mía y la de ella, también sabía que Paris mantendría la postura. Liv se limitó a mirarlos de cerca y a hacer silencio.