Can Yøu Fix My Heart? (Psycho #1) © ✔️ [En físico]

Chapter 40

Aquella mañana en Foster fue uno de los días más emocionantes de mi vida, no por eso significa que estuviese dando saltos de alegría. Estaba asustada...no, muy asustada.

Los profesores intentaban controlar a los estudiantes que continuaban coreando los nombres de los Dioses Griegos de Psycho, pero nadie se detenía, estaban en completo frenesí y a aquellas alturas creo que no les importaba ninguna amenaza. Quiero decir, no iban a expulsar a todos de Foster.

Yo continué abriéndome paso entre todos ellos, mientras mi mente estaba al borde del colapso.

No me podía creer que Eros fuese Hades, que me hubiese dicho "te amo" de aquella forma delante de todo el mundo, solo para que yo le entendiese.

Hades era un criminal.

Eros era un criminal.

¿Por qué estaba yendo tras él entonces?

¿Por qué tuve que enamorarme de él?

¿No podía enamorarme de un chico normal sin una lista enorme de delincuencias?

Mi sentido común me estaba gritando que me alejase de él lo más rápido posible, pero la verdad es que no me detuve y continué persiguiendo a su fantasma, porque no lo veía entre toda la multitud.

En ese momento supe que lo que sentía por Eros era demasiado grande, más de lo que pensaba, porque iba en contra de mis instintos solo por él.

De repente llegué a un espacio vacío y lo vi a unos cuantos metros. Solo vi su espalda, hasta que me miró por un segundo por encima de su hombro.

Sentí un salto en mi estómago.

No me había fijado antes pero su cabello estaba un poco más corto. Ya no caía sobre sus ojos como antes. Aunque aun mantenía el mismo corte moderno, muy corto a los lados y un poco más largo encima. Lucía aun más imponente de lo normal.

Me apresuré y en cuanto vi que desapareció al doblar la esquina, comencé a correr. Choqué con algunas personas, me gritaron horrores, pero no me importó porque solo quería encontrarle. En cuanto doblé por donde mismo él lo había hecho...me detuve en seco, porque no había nadie, absolutamente nadie.

Las voces que coreaban se escuchaban un poco lejanas. Caminé despacio, dudosa y sujetando mi bolso como si fuese a protegerme.

Ahogué un grito cuando alguien me sujetó por el brazo y me llevó dentro del edificio. La puerta se cerró, causando un estruendo.

Estaba muy oscuro y solo podía ver una silueta más grande que yo frente a mí.

Sabía que era él.

Lo reconocería como fuese, también porque podía oler su perfume...pero tenía miedo. En el silencio escuché mi respiración agitada. Él se acercó y por instinto me pegué a la pared.