Can Yøu Fix My Heart? (Psycho #1) © ✔️ [En físico]

Chapter 11

ELEGIDA

PARA SER UNA DE ELLOS

Tragué grueso. Así que de eso se trataba la estúpida tradición. En aquel momento me sentí observada, señalada, criticada y con unos deseos de vomitar como si hubiese acabado de bajar de una montaña rusa luego de haberme comido cinco tacos. No entendía nada. La gente trataba a los Case como si fuesen los dueños de Foster, del mundo y lo peor es que ellos realmente se lo creían.

Las chicas me hablaban, Leven parecía importarle poco la existencia humana y yo, yo no escuchaba absolutamente nada. No sabía qué hacer o qué decir, no podía quedarme allí parada como maniquí.

—Me voy de aquí—mascullé y me incliné para ponerme las zapatillas y recoger mi bolso.

—No, espera, Izzy. ¿Cómo que te vas?—me preguntó Paris y yo la miré sin expresión alguna en mi rostro.

—¿También les seguirás el juego?—le pregunté y coloqué mi bolso en mi hombro.

No le di tiempo a responder y me abrí paso entre las personas como pude y tal vez empujando a algún que otro despistado, pues ya veía a los Case acercarse, excepto a Eros. No tenía idea de donde estaba y la verdad es que me importaba bastante poco.

Puede que fuese una cobarde por huir, pero no me importó. Ignoré los murmullos y comentarios que claramente incluían mi nombre.

Malditos imbéciles, ¿quiénes se creían que eran para poner mi nombre allí en aquellas pantallas?

Aquello parecía algún tipo de espectáculo donde los concursantes esperan ansiosos a ser el afortunado ganador, solo que yo no quería ser la "elegida". Era una Katniss, bajo ninguna circunstancia deseaba ser la seleccionada, aunque tampoco me ofrecería a voluntaria.

¿En algún momento me preguntaron si yo quería estar involucrada en sus estúpidos juegos?

No.

Por supuesto que no.

Los Case decían <<los odio a todos>> y el resto, como si fuesen sus fieles siervos, se arrodillaban a sus pies.

¡Qué gente tan estúpida, por Dios!

Atravesé la casa abandonada hasta lograr salir al jardín delantero. Estaba muy envalentonada, pero no tenía en qué irme. Pronto el sonido de la música se sintió lejano al igual que los murmullos. Las chicas venían tras de mí hasta alcanzarme y para mi sorpresa, Leven estaba con ellas, inexpresivo, imponente y enigmático.