Chapter 17

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En cuanto Eros se marchó fui yo quien deseó lanzarse del balcón

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En cuanto Eros se marchó fui yo quien deseó lanzarse del balcón. Había cometido un tremendo error y estaba demasiado avergonzada. No quería ni imaginar lo que estaba pensando él en aquel momento.

Tal vez en lo patética que era por haberle besado luego de decirle tantas veces que no lo soportaba.

Aun podía sentir sus deliciosos labios saborear los míos y dentro de mis nervios estaba embriagada en aquella sensación.

¡Maldición!

Me había encantado.

Él me había correspondido.

¿Le habría gustado?

Tragué grueso mientras caminaba de un lado a otro en la terraza como una loca. El silencio empeoraba todo, me dejaba sola con mis pensamientos y me permitía escuchar como mi conciencia me juzgaba. Intenté calmarme, aunque se me quería salir el corazón del pecho, pues no podía parar de pensar en lo que había sucedido.

Relájate, tampoco es para tanto. Es solo un beso. La gente se besa todo el tiempo, ¿verdad? Claro que sí, ja, no hay nada de lo que preocuparse, Izzy.

Desde que había llegado a Foster no paraba de actuar descabelladamente. Yo no era así. Solía hacer las cosas luego de pensarlas ingeniosamente, pero estaba actuando por puros impulsos. Mis discusiones con Eros, espiar a los Case y meterme en sus asuntos como toda una chismosa, el ridículo que hice en el Kova aquella noche cuando fui elegida...y ahora, había besado a Eros. El chico apático que tanto me impacientaba.

Tomar el valor suficiente para regresar con los demás me tomó más tiempo de lo esperado. Me adentré a la casa, rezando para que Eros estuviese lejos de allí. ¿Cómo podría mirarlo a la cara o a sus hermanos luego de eso? Suspiré y regresé a paso lento hacia donde había visto a las chicas por última vez. Allí estaban, las tres juntas en el mismo sofá, hablando sobre sabe Dios qué. Me detuve por unos segundos entre la gente. Quería contarles a ellas lo que había hecho y que me diesen algunos consejos... o que me hiciesen sentir mejor haciéndome saber que tampoco estaba tan mal. Frente a ellas, en otro sofá, estaban ellos.

Sí, él estaba allí, como si nada hubiese pasado.

Sabía que a él no lo había afectado como a mí. Probablemente besaba a demasiadas chicas a la semana como para acordarse siquiera. Allí estaba también Renee. Lucía despampanante y fenomenal, por supuesto.

—Buenas noches—la saludé y ella me devolvió el saludo, mientras apoyaba un brazo sobre uno de los hombros de Eros.

Me aclaré la garganta y mostré una pequeña sonrisa forzada. Todos me miraron mientras me sentaba junto a mis amigas, excepto él.

¿Le contaría todo a sus hermanos?

Parecía ser muy reservado, seguro que no lo haría, ¿para qué? Respiré profundamente mientras Aiden me tendía una copa con champán y sus ojos verdes me escudriñaban.

Can Yøu Fix My Heart? (Psycho #1) © ✔️ [En físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora