Lauren
Shh Polvito, debes callarte o nos pillarán.- Hable entrando en silencio, por la puerta.
No le digas así, tiene nombre.- Asentí, para luego susurrar "Polvito te sienta mejor, pero es nuestro secreto"- Te escuché.- Ambos nos reímos ante su comentario, mientras por parte del pequeño ser, solo se escuchó un fuerte llanto, volviendo a llorar una vez más. Liam camino hacia el sillón, dejando algunas cosas allí. Y Yo estaba por enloquecer, los llantos no eran lo mío.
¿Qué paso aquí?- Mi madre bajo por las escaleras, asiendo un pequeño nudo a su bata.
Espero que dios te ilumine, haz que deje de llorar.- La mujer en frente nuestro, cargo al niño entre sus brazos, mirándonos a ambos.- Yo no embarace a nadie, fue el.- Hable, señalando a Liam.
¿Qué pasó con el?- Preguntó, meciendo al niño entre sus brazos y dando palmadas en su espalda.
La mamá lo dejó en la puerta de mi casa, dice que soy su padre y que ella no puede criarlo. El punto es que yo tampoco puedo, en realidad no se como hacerlo.- Mi mamá lo miro con un poco de tristeza, ella sabía lo que era criar a un niño sola. Sabía como se sentía Liam en este momento, luego de algunos segundos el llanto calmo.
Funcionó.- Hablé, mirando al pequeño caer dormido entre los brazos de mi madre.
Deben tener paciencia y relajarse, el debe estar relajado.- El morocho se tiro sobre el sofá, exhausto.- Podrás hacerlo Liam, sabes que puedes quedarte aquí si lo necesitas. En la pieza de Lauren hay suficiente lugar, para ambos.- Esto sería muy complicado, siquiera sabe cambiar un pañal, no sabe preparar un biberón. El niño morirá, sino estamos junto el.
Es que no se hacerlo tía Clara, no lo sé.- Mi mamá se acercó a él en silencio, caminando con suavidad de no despertar a Polvito.
Claro que puedes, yo crié a tres niños prácticamente sola. Tu podrás hacerlo, además no estás solo, nos tienes a nosotros y Lauren te ayudará muchísimo.- Asentí mirando a mi madre acariciar la mejilla del pequeño ser, bajo la tierna mirada de Liam.- Ahora deben acostarse, este niño necesita una cama.- El mayor agarro entre sus brazos a Bautista, con cuidado caminamos hacia mi habitación, en absoluto silencio. No sin antes despedirse de mi mamá con un abrazo y susurrándole un pequeño "gracias".
Puedes dejar el moisés, al lado del colchón.- Liam asintió, para luego mirarme con intriga.- ¿Qué?
No puedo dormir con el, lo aplastaré.- Levante una ceja, esperando que no quisiera insinuar lo que yo creía.- Sabes que tengo el sueño pesado, ¿No te acuerdas, en segundo grado cundo casi te asfixio?.- Ambos nos reímos por su comentario, recordando aquellos tiempos.
Aquel día habíamos quedado en su casa, luego de haber jugado todo el día en el parque, se hizo tarde y empezó a llover entonces, su madre nos dio la idea de que me quedara. Al día siguiente me había levando y no podía respirar, ya que Liam tenía casi todo su cuerpo sobre mi. Estuvimos a punto de parar todos en el hospital, ya que mis labios estaban morados por la falta de oxígeno.Okey, por el bien de la criatura. Dormirá conmigo, solo por hoy, mañana irás a comprarle una cuna.- Mi amigo apoyo al pequeño sobre la cama, mientras que por mi parte lo corrí hacia la pared, con cuidado de no despertarlo.
Liam se acosto en silencio y luego de cambiarme seguí yo, apagando las luces y acostándome con mucho cuidado. Dormir con alguien no iba conmigo y menos cuando era tan diminuto.
Miré su manita bajo la luz que entraba por la ventana y acaricié su mejilla, dejando un pequeño beso, luego de algunos segundos en silencio y acariciando el pequeño ser. Un leve sollozo se escuchó en la habitación, dejándome asombrada de escucha a mi amigo de aquella manera. Definitivamente el no era una persona de llorar, pero creo que algo en sí había cambiado, al darse cuenta que ahora era papá.
Aún con mi cuerpo en contra a él, decidí estira mi brazo izquierdo y acariciar el suyo, mi amigo rápidamente tomó mi mano y acaricio mis dedos, entonces hable.
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Amor a Dios
FanfictionMi madre siempre pensó, que me enamoraría y formaría una familia. Junto a un hombre amoroso y dedicado, con unos hermosos y traviesos niños. Pero luego sus pensamientos se hicieron añicos, cuando me vio besando a mi mejor amiga, tenía trece años. P...