Karla
Al fin llegas, mujer.- Hablo Concepción, en cuanto me senté sobre la silla de su despacho.
Lo siento, madre. Ally me pidió que la ayudara con unas galletas, antes de que pasara por aquí.- Hablé, un poco agitada, frotando lentamente mi pecho para que mis palpitaciones se normalizaran.
Pobre la hermana Ally, le encargué doscientas galletitas, para la reunión de catequistas, ella es un ángel.- Terminaría mañana con todas aquellas galletas, era una locura. Parecía un castigo y no un favor.- Tu padre me llamó.- Mi mirada se levantó rápidamente hacia su rostro, sorprendida por sus palabras.- Me dijo que ambos quieren verte, ellos te extrañan y pensaban en venir.- Habló Concepción, acariciando mi mano derecha.
No hace falta, madre. Pensaba en pedirle un retiro, necesito ordenar mis pensamientos.- Hable pensando en la dueña de aquellos ojos verdes, quien me tenía tan confundida y sentimental.
Es por Lauren, ¿Verdad?- Concepción me mostró una sonrisa de compasión, sin juzgarme por ello.
Si, creo que puedes entender lo que siento. Ya que Lauren es una hermosa persona y al parecer aquello no fue muy sano, para mi.- Podía sentir mis mejillas arder ante mis palabras, mientras con mi mano acariciaba suavemente la suya.
Si, no voy a juzgarte. Precisamente porque se lo buena persona que es, podría hacer que cualquiera de las hermana se confunda. Lauren es un amor y sobre todo viene de una excelente familia, que jamás le dio la espalda a la iglesia y siempre fue muy colaborativa con nosotros.- Sin dudas, la describía a la perfección. Hablábamos de Lauren, claramente.- Entiendo que ella pueda lograr eso en vos, pero quiero recordarte que eres una mujer de dios y ella es libre. Lauren puede hacer lo que siente y brotar sus sentimientos, pero tú no Camila. Debes mantener la imagen y sobre todo, no cometer tantos pecados porque entonces, luego te pasarás una semana encerrada, como lo haces últimamente.- Una lágrima brotó por mi mejilla, sintiendo un regaño que llevaba mucha razón. Eran las palabras justas, debía controlarme y sobre todo debía mantener la imagen.
Lo sé, Concepción. Por eso es que quería un traslado o al menos un retiro, necesito acomodar mis ideas. Todo esto es muy difícil para mi, en mis siete años de noviciado jamás había pasado por algo semejante. Jamás puse en duda mi vocación, pero llego Lauren, para desestabilizar mis pensamiento, me siento entre la espada y la pared. Necesito darme un tiempo y pensar.- La madre asintió ante mi respuesta, un poco apenada por verme tan afligida.
En un mes serán tus votos, para convertirte finalmente en toda una mujer del señor, serás una monja Camila. Tienes hasta esa fecha, para aclarar lo que sientes.- Solté un largo suspiro y seque algunas de mis lágrimas.- Te mandaré a la casa de campo, puedes tomarte los días que sean necesarios. Hablaré con tu padre para que los tres, se encuentren allí.- Contenta con su decisión, me levante de la silla caminando hacia ella, arrodillándome en el piso y abrazándola.
Gracias Concepcion, necesito mucho de ellos.- Hable, un poco ahogada con mis sollozos.
De nada, cariño. Te lo mereces, después de tanto tiempo, solo no me decepciones con tu decisión. No quiero que pienses que te presiono, solo que llevas años en este camino y muchísimo esfuerzo te costo. Piensa bien, si realmente sientes cosas por ella o solo estás un poco confundida y afligida por la lejanía con tu familia.- Asentí aún con mi rostro sobre su hombro, quizá no estaba tan conforme con sus palabras. Pero también podía pensar, en que ella tuviera razón, debía examinar en lo que sentía.- Quizá la falta de cariño y apoyo hace que te confundas, quizá careces tanto de amor que intentaste buscarlo en ella.- Sus palabras me dejaron pensarlo, podía ser eso. Aunque los sentimientos que sentía eran bastante reales y creíbles, quizá buscaba en Lauren. Lo que no tengo en mucho tiempo, una persona que me demostrara amor, aquel del que tan importante era.
![](https://img.wattpad.com/cover/271430008-288-k136249.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amor a Dios
FanfictionMi madre siempre pensó, que me enamoraría y formaría una familia. Junto a un hombre amoroso y dedicado, con unos hermosos y traviesos niños. Pero luego sus pensamientos se hicieron añicos, cuando me vio besando a mi mejor amiga, tenía trece años. P...