Capítulo 18

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Lauren

Buenos días, familia.- Hablé, pisando el último escalón de madera, mientras frotaba mis ojos.

Buenas tardes, querrás decir.- Sonreí frente al comentario de mi abuela, siempre tan simpática.

Lauren se quedó en casa, el día de su cumpleaños.-Me prepare, esperando la burla, por parte de mi querida hermana.- No salió a emborracharse y terminar entre las piernas, de alguna mujer. Un acto muy sólido de tu madurez, Lauren.- Amplíe mis ojos, sorprendida por sus palabras de "aliento".
Mi madre la regañó en cuanto las palabras terminaron, mientras que mi abuela por su parte sonrió, quizá por la gracia del momento o por pensar, que aquel acto en verdad mostraba madurez. Cuando en realidad no lo hacía, porque mi mente se acordaría de aquella mujer con hábito celeste, en el exacto momento, en el que desabrocharía el sostén de alguna otra mujer.

Al parecer mi nieta, está progresando mentalmente.- Tape mi boca con la mano derecha, bruscamente. Intentando evitar, la carcajada que saldría de ella. Mi nona me dedicó una mirada fulminante, quedando en evidencia ante mi reacción.- Retiró lo dicho, mis ilusiones se desvanecieron.

No puedes esperar mucho de Lauren, Mamá.- Habló la mujer a mi lado, moviendo con suavidad el pequeño moisés a su derecha.

Cuanta fe me tienes, Clara.- Acote, una vez sentada sobre la rígida silla. Sacando mi movil del bolsillo y evitando la mirada de mi madre.

¿No irás a despedirla?- Habló Angie, llevándose una galleta a los labios. Bajo la mirada de mi madre, quien con su mano, aún mecía de aquella canasta.

¿A quien?- Pregunte dejando un like en la foto de Kylie Jenner, sus curvas se veían magníficas en aquel vestido color crema.¡Mierda! Esta mujer no podía ser real, era de otro planeta.

A Karla.- ¿Porqué tenía que ser tan sensual? Además es madre, debes mantener tu cuerpo de aquella manera. Luego de que un extraterrestre saliera de él... Espera ¿QUÉ?

¿DESPEDIR A QUIEN?- Salté de la silla, poniéndome de pie rápidamente.

Cállate, Lauren.- Hablo mi madre, pero para su desgracia, el llanto ya había inundado la habitación. Bautista se había despertado por mi grito y ahora no solo me estresaba, sino que también me aturdía.

Si, chica. Ella se irá a un retiro, su vocación está en duda.- La voz de mi abuela llamó mi atención, desviando la mirada hacia ella. Quien bajó unos milímetros sus anteojos, para observar mi rostro con una pícara sonrisa. Mala mujer, se burlaba de mi.

¿Qué carajos? ¿Duda de qué?- Mi cuerpo se congelo, en mi mente no entraban aquellas palabras, era imposible que ella se alejara de mi. Bueno en realidad no se alejaba de mi, sino del convento,
pero aquello era lo mismo.

No lo sé, pero puedes averiguarlo por ti misma, ve antes de que sea tarde.- Acotó la nona, mirándome directo a los ojos, mientras sus manos no paraban de mover aquellas largas agujas.

MAMÁ, no le des ideas a Lauren. Estamos hablando de una novicia, no te olvides de eso.- Mi madre levantó la voz, mirando a la mujer mayor con mala cara, no conforme con sus palabras. Pero la nona estaba al tanto de lo que sentía por Karla, aunque ya toda mi familia lo sabía. Solo ella entendía que esta vez, era en verdad, mis sentimientos eran francos.
Mi cuerpo volvió a tener conexión con mi cuerpo, entonces mis piernas salieron disparadas hasta el recibidor de la casa, agarrando las llaves del caro entre mis manos.

Gracias, abuela.- Acoté antes de salir por la puerta, sin poder evitar cruzarme con la mirada de mi madre, sonriéndole con algo de burla, por siempre obtener lo que quería.

Amor a DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora