Karla
Respira, ni que fuera una cena familiar.- Acotó la rubia a mi lado, con una sonrisa sobre su rostro. Mientras por mi parte, solo agarre el envoltorio entre mis manos, abriendo la puerta de la camioneta.
No la molestes Dinah, quizá para ella es algo muy importante.- Me defendió la pequeña Ally, arreglando una vez más la falda de mi hábito, sintiéndome un poco molesta con el. Al parecer era la primera vez que sentía que no era parte de mi, no quería entrar por aquella puerta, vestida como novicia. Pero no podía no hacerlo tampoco, estaba prohibiendo no llevar el hábito fuera del convento, solo se podía por la noche, para poder dormir.
¿Estás lista?- Preguntó Dinah, mirándome con algo de compasión y regalándome una sonrisa de apoyo. Asentí con una sonrisa un poco más confiada, esperando pasar un buen momento. Ally acercó su dedo índice al timbre, escuchando la melodía de él. Mi cuerpo entró en pánico, lo que provocó que me diera media vuelta e intentara volver hacia el auto, pero para mi desgracia, en cuanto aquello pasó las hermanas me frenaron y apareció una rubia por la puerta.
¿Hola?- La mujer de ojos celestes, nos miró con cara extraña y pensándolo bien, yo nos hubiese mirado igual. No cualquier día abres la puerta y te encuentras con tres monjas, detrás de ella.
Soy Dinah, la morocha que está en shock es Karla y la pulga es Ally. ¿Tú quieren eres?- La mujer con largas piernas y fina cintura sonrió, pero antes de que hablara un hombre la interrumpió.
Hola, Soy Liam. Espero que se acuerden de mi.- Mire hacia un costado, incómoda con la situación. Ya que solo miraba a Dinah, lo cual era claro que le estaba coqueteando, igual que el día en que se conocieron.
Claro, el del piano.- Hablo Ally, quien miraba la corta falda de la rubia, con asombro. Dinah era un poco descarada y podría acostumbrarse a esto, pero la pequeña no.
Pueden pasar.- Dijo Liam, para luego entrar por la ya conocida y acogedora casa, caminamos hacia la sala en silencio. Clara nos recibió con un abrazo, dándonos la bienvenida y pidiendo que nos sintiéramos como en casa. Las tres nos sentamos sobre los sillones, allí se encontraban Brit y Taylor.
Gracias por venir.- Hablo la hermana de Lauren, sentándose a mi lado.
Gracias por invitarme.- Levante la mirada, observando toda la sala. Había personas por doquier, cuatro chicos y dos chicas jugaban al Pool, dos chicas más hablaban con Clara, y lo que parecían ser amigos de Chris, estaban jugando a las cartas sobre la mesa.
No veía por ninguna lado a Angie, aunque sabía que posiblemente no estaría, ya que conociéndola, no le gustaría el ambiente.
Jugué con mis manos un poco nerviosa, ganándome el toque de Ally sobre ellas, quien me ofreció una sonrisa. Para mi sorpresa Dinah ya no se encontraba entre nosotras, sino con Liam, en el Pool. Si Concepción la viera, se moriría.
Unos pasos por la escalera, llamaron la atención de todos los presentes, girando mi cabeza para poder observar. Entonces por allí bajaba ella, se veía aún mejor que de costumbre. Lauren llevaba una chaqueta de cuero, negra y sus Jean del mismo color, rotos por la rodilla, clásico de ella. Pero esta vez lucia un top blanco, bellísimo y unas botas a juego con toda su vestimenta, al parecer también se había maquillado y su pelo estaba un poco arreglado. Aunque imagino que aquello solo había sido obra de Taylor o Clara, porque Lauren jamás se arreglaría tanto. Sus ojos buscaban algo entre las personas, mirando hacia todos lados, hasta que su mirada dio con la mía. Provocando que me sonrojara y mis manos comenzaran a sudar, esa sensación que se había vuelto tan normal, cuando estaba cerca de ella.Karla, viniste.- Asentí, en cuanto la tuve en frente mío. La morocha dio dos besos sobre mis mejillas, logrando que estas se sonrojaran aún más.
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Amor a Dios
FanfictionMi madre siempre pensó, que me enamoraría y formaría una familia. Junto a un hombre amoroso y dedicado, con unos hermosos y traviesos niños. Pero luego sus pensamientos se hicieron añicos, cuando me vio besando a mi mejor amiga, tenía trece años. P...