El semblante demudado de Izuku devastó los cielos y despertó los sentidos de Denki, ¿Adónde había ido la emoción temprana? De súbito, un monólogo de frases incomprensibles llegó a sus oídos, perforando sus tímpanos y plantando una semilla de curiosidad en su mente. Sin pensarlo, se acercó unos cuantos centímetros y afinó su oído, "¿Qué tipo de apodo debo utilizar?" ¿Apodo? ¡Oh! ¡Es cierto! Bakugo Katsuki le pidió uno, pero, ¿Por qué? Parpadeando, advirtió que la ceremonia estaba a punto de terminar.
Ladeó la cabeza, el temor se había marchitado. Era como si ambos, Izuku y él, hubiesen construido una burbuja mágica libre de miedo y horror. Sin embargo, ¿Cuánto duraría? ¿Cuándo explotaría? ¿Dejaría máculas de sufrimiento o máculas redondas de tranquilidad? Suspiró, ¿Por qué la situación era tan difícil? El futuro estaba incrustando un cristal de incertidumbre en su pecho.
Volvió a parpadear, podía sentir una extraña mirada sobre él. Una mirada risueña y plagada de curiosidad. Movió la cabeza hacía la derecha y respiró hondo, Kirishima Eijirou estaba escrutando su rostro con una intensidad aterradora. Se volvió lentamente, ¿Qué estaba haciendo? Vaciando sus pulmones, decidió restarle importancia. Arrugando el ceño, se percató de que las cabezas en alto del público, semejaban un bosque naciente. Los maestros montados sobre el escenario, parecían delgadas marionetas, como si estuviesen armando un show macabro.
— Denki, nos están observando — Izuku habló desesperado — Sé que dije que había que darle una oportunidad al destino, pero...
— Piensa en Yagi, Izuku, él no es malo y no creo que lo sea. Su hilo es rojo como la sangre — Por unos segundos, Denki pestañeó estupefacto, ¿De dónde provenía tanta calma? ¿De dónde provenía tanta resignación? — ¡Estoy harto de esconderme y de todas esas crueles imágenes! — Balbuceó — No entiendo porque, pero los recuerdos ya casi no me atormenta — Lo que ambos no sabían, era que solo les habían otorgado un tiempo de paz. La tortura solo se había congelado.
— Respecto al tema de Yagi, tienes razón y debo admitir que Bakugo Katsuki es agradable — Murmuró sorprendido — ¿Qué estoy diciendo? ¿Y el terror? ¿Por qué no estoy retorciéndome de miedo?
— Tienes razón — Habló anonadado, los labios de Izuku se sentían libres y valerosos. Soltando paz a diestra y siniestra — Solo hablemos con ellos. Al fin y al cabo, no hay de otra. Ellos nos van a seguir, lo siento en el pecho.
Izuku sintió como un rayo de aceptación se grababa con fuego sobre sus huesos. Repentinamente, una idea le congeló el cerebro, ¡Ya lo tenía! ¡Kacchan! ¡Ese sería el apodo! Era un poco infantil, pero no importaba, al fin y al cabo, solo le daría lo que quería — ¡Y con esto finalizamos! — Escuchó la voz del director de la preparatoria.
Al cabo de tres minutos, sintió una suave presión en el hombro izquierdo. Se volvió con una lentitud casi dolorosa y se topó con aquella mirada carmesí, ¿Por qué estaba aquí? Sus pupilas resplandecían de forma imperceptible, como si solo estuviesen brillando para él. Sus ojos eran penetrantes y eso era desesperante.
— Te diré el apodo, pero hablaremos después, ¿Te parece? — Aún no era lo suficientemente capaz de confiar, de regalarle su tiempo o de sonrojarse por él. Al verlo asentir, no pudo evitar el amago de sonrisa que se alteró sus facciones — Kacchan, serás Kacchan, ¿Te gusta?
— Es infantil — Dijo Katsuki torciendo las comisuras de sus labios — "Ya sé que es infantil" pensó — Pero no importa, nerd de mierda — Izuku arqueó una ceja, "¿Nerd de mierda?".
— ¡Lo siento por eso! — Kirishima se acercó con lentitud — Katsuki suele expresarse de esa forma.
— Kacchan, Kacchan, Kacchan — Kirishima soltó un suspiro, Denki lo observó con los ojos entrecerrados e Izuku parpadeó, ¿Por qué lo repetía tres veces? — Vaya, bien pensado, Deku, el apodo de mierda sabe a fresa.
— ¿Fresa? — Preguntó Izuku.
— Soy sinestesico — Respondió encogiéndose de hombros. No le gustaba hablar de eso con nadie, no obstante, sentía en el corazón que podía decírselo a Izuku. Divertido, estudio sus facciones. Por un instante, fue capaz de observar una curiosidad llameante en los irises del chico. El tipo de curiosidad que te hace temblar de placer.
— ¿Sinestesia? — Aquella palabra se clavó con rapidez en la mente vivaz de Izuku. Soltando una risilla, buscó su teléfono y tecleó con rapidez. Al encontrar lo que buscaba, sintió un como un delirante interés recorría su columna vertebral. Una máscara de impaciencia surcó el rostro de Midoriya — Interesante.
Ante la sorpresa de Katsuki y Kirishima, Izuku hurgó en el interior de su mochila y extrajo una libreta de color blanco. Buscó un lápiz y se dedicó a escribir. Murmurando de tanto en tanto e ignorando al mundo. Arriba, los nubarrones contaminaban el firmamento, dejando pequeñas manchas de tonos blanquecinos. Midoriya Izuku se había embarcado en un barco sin retorno, las olas arrastraban sus pensamientos en una sola dirección: Katsuki y su sinestesia, ¿Cómo era sentir el sabor de una palabra? ¿El sabor era superficial o profundo? ¿Sabores determinados o cambiantes? Sus sesos se transformaron en un rompecabezas impenetrable. Nada salía una vez que las ideas revoloteaban cómo mariposas alrededor de su craneo.
— También lo siento, él suele hacer eso seguido — Dijo Kaminari con el rostro sonrojado.
— ¡Oye! ¡¿A qué sabe mi nombre?! ¡¿El sabor tiene un límite?! — El interrogatorio de Izuku revolvió el pensamiento de Katsuki — ¡¿Cada letra tiene un sabor?! ¡¿A qué sabe tu nombre?! ¡¿Es incomodo?!
— Vaya, eres un nerd de mierda — Izuku rascó la parte posterior de su cabeza y le sonrió con nerviosismo — Además no tengo porque responder a todas tus jodidas preguntas — Aclaró con diversión.
Katsuki chasqueó la lengua, esto no era lo que esperaba. Sin embargo, no estaba mal, Midoriya Izuku era en verdad interesante. En sus dieciséis años de vida, jamás había sentido efímeras oleadas de fascinación a lo largo y ancho de su cuerpo. La ternura inflaba las mejillas de Izuku, se veían suaves. Bah, sus gestos infantiles eran demasiado notables. Ahora existía la pregunta más importante, ¿Por qué tanto interés en ese chico? No tenía nada de especial, era raro y un nerd de primera. Decidió tomar el timonel de la conversación y la volteó a su favor, era su turno de interrogar.
— ¿Por qué volvieron a Musutafu? — Preguntó, pese a ser una interrogante fácil, Katsuki sintió que había tocado una fibra sensible. Las facciones de ambos chicos se deformaron en una mueca de dolor — No respondan, no me interesa saber — Dijo fingiendo irritación.
— Creo que ya fue suficiente, ya no hay nadie en el auditorio — Señaló Denki — ¡Hablamos más tarde, si quieren! — Ahora fue su turno de tirar de Izuku. Él no había dicho mucho, pero fue suficiente para una primera charla. Salieron del lugar y se internaron en los abarrotados pasillos.
— No estuvo mal — Bisbiseo Izuku.
— No, pero aún así debemos estar alerta y saber cuándo es momento de alejarnos — Dijo Denki con la mirada puesta en algún punto del camino.
— Lo sé, claro que lo sé — Un silencio desconocido los cubrió y la conversación se esfumó.
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Hilo rojo | KatsuDeku |
FanfictionMidoriya Izuku y Kaminari Denki son capaces de ver el hilo rojo del destino. Si el hilo es negro, significa que tu destinado está enamorado de alguien más y si cortas tu hilo, tus sentimientos y alegría se esfuman. Solo queda un cascarón vacío y un...