El cielo gritó y las nubes lloraron, los relámpagos devoraron cada centímetro de las paredes con su feroz luz. Izuku parpadeó, vaya, la tormenta engullía todo a su paso. Desde su ventana, era capaz de contemplar el brillo de la grama húmeda y verdusca. Las gotas de agua empezaron a intensificarse, ¿Por qué llueve? Se preguntó. Con aburrimiento, colocó su frente contra el gélido cristal, ¿Qué estará haciendo Bakugo Katsuki? Negó suavemente, no podía dejarse arrastrar por un interés pasajero. Porque, era pasajero, ¿Cierto? ¿Cierto? Inhaló y exhaló, habían pasado dos meses desde la ceremonia de bienvenida de la Yuuei y aún así, conseguir información acerca de la sinestesia del chico era una tarea imposible.
Katsuki se negaba a dársela e Izuku se negaba a tener una conversaciones largas con él. No vínculos agotadores o alguna relación despiadada, sin embargo, aveces se tornaba duro y difícil, ¿Cómo evitas algo inevitable? ¿Algo único e imperceptible? Bufando, garabateó círculos sobre el vidrio mojado, ¿Qué debía hacer? Su alma sollozaba con intensidad, deseando acariciar y sentir la calidez de su otra mitad. Era como si fuese una encuentro mortal y eterno, como si ambos espíritus estuviesen listos para danzar un baile desesperado y necesario, ¿Qué debía hacer? Volvió a preguntarse. De súbito, las memorias recientes se escabulleron en el interior de su cerebro y se reprodujeron una y otra vez en su mente.
— Uraraka Ochaco y Ashido Mina — Murmuró.
Mina y Ochaco eran una pareja entrelazada por el hilo rojo. Izuku sonrió, al igual que su madre y Yagi, esas chicas habían espantado a la maldición. La habían convertido en polvo y en algo inútil, simplemente se había extinguido, ¿Podría el también destrozarla y volverla cenizas? Suspiró. Ahora, Bakugo Katsuki entraba en la escena. Tan terco, tan desesperante, tan malhablado y tan grosero. El chico se acercaba a él con una presión aplastante, sin darse cuenta, avivaba la llama del atroz destino. Devorando su alma a una velocidad asfixiante, ¿Ceder era algo horrible? El intento de bloquear sus pensamientos a través de la escuela, era inservible y atormentador.
— ¿Por qué deseo tanto hablar con él? — Se preguntó. Un rayo de irritación se mezclo con el cansancio de su alma, ¿Por qué la situación era tan aterradora? Izuku estaba ahogándose en un océano de terror — ¿Qué hago?
Dando un respingo, escuchó cómo la la puerta se abría de golpe. Se volvió lentamente y se topó con las pupilas de oro de Denki. Le lanzó una mirada interrogativa, las pupilas de su amigo se veían opacas, pero decididas. De repente, sintió como los brazos del chico lo cobijaban con la fuerza de un tronco, ¿Qué pasaba? La calidez de la piel de Izuku se impregnó sobre el cuerpo frío de Denki. Sin pensarlo, Izuku se separó unos cuantos centímetros y escrutó las facciones del rostro contrario. Nariz roja y pestañas mojadas, ¿Había estado llorando? Sus mejillas sonrosadas se veían como si fuesen dos grandes cerezas maduras — ¿Qué pasa? — Lo interrogó con cuidado.
— Izuku, dijimos que lo intentaríamos y seguimos huyendo — Dijo Denki con los puños apretados — ¡Voy a hablar con él! ¡Me he aburrido de sentirme un mal! — Izuku sonrió, la determinación de Denki estaba perforando su pecho, sometiendo su desesperación y transformándola en un minúsculo e inofensivo insecto.
Sin pensarlo, dictó su sentencia y soltó las palabras guiado por el calor del momento — Lo haremos, Denki, lo haremos — Por un instante, estuvo seguro de que podría despedazar a la maldición del hilo rojo.
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Hilo rojo | KatsuDeku |
FanfictionMidoriya Izuku y Kaminari Denki son capaces de ver el hilo rojo del destino. Si el hilo es negro, significa que tu destinado está enamorado de alguien más y si cortas tu hilo, tus sentimientos y alegría se esfuman. Solo queda un cascarón vacío y un...