Cien años después
Shigaraki soltó un gruñido de angustia, un peso maligno estaba despedazándole el corazón. Todo a su alrededor se encogía y las nubes desgraciadas parecían burlarse de él. Si entrecerraba los ojos, era capaz de ver grotescas caras socarronas rodeándolo, maldiciéndolo y carcajeándose por su sufrimiento, ¡Malditas! — ¡Dejen de reírse! — Bramó furibundo — ¡Dejen de reírse! — Sin darse cuenta, soltó un sollozo y de pronto, la imagen de Dabi bailoteó en el linde de su mente.
Pudo verlo en sus últimos momentos de vida. Lo vio moviéndose y observándolo, la forma en que sus pupilas moribundas se clavaron sobre él, fue magnifica y hermosa. Al mismo tiempo, fue lo más doloroso que había visto — Dabi... — Lloriqueó, su alma gemela estaba muerta. Con desdén, observó su dedo meñique: el hilo qué colgaba era blanco, casi tan blanco como un copo de nieve desperdigado y despiadada — ¡Joder! — Gritó sonriendo. Sin pensarlo, pateó su celda y una desesperación incontrolable le azotó el alma. Para Shigaraki, la desesperación era el ácido más corrosivo que existía.
— Yo aquí pudriéndome y ellos viviendo una nueva vida. Sin saber lo que pasó, con otros nombres y siendo felices — Continuó llorando. La tristeza contaminaba su sangre y envenenaba su corazón — Y me falta la eternidad... Dabi, te extraño.
Abajo, en Deorum
Yamikumo ahogó un grito, ¡Se le estaba haciendo tarde! ¡Muy tarde! ¡Demonios! ¿Y su proyecto? — Bunny... ¿Has visto mi robot? ¡El pequeño! — El chico parpadeó, ¡Debía encontrarlo! Impaciente y apresurado, revolvió las cosas en su taller: habían herramientas aquí y allá, partes y repuestos robóticos cubrían el piso, ¡Era un desastre!
— ¡Lo dejaste en el comedor, Yami! ¡Se lo mostraste a Toshinori y a Denki! — Yamikumo chasqueó la lengua, era cierto, ¡Ahora lo recordaba! Sin pensarlo, salió del taller y corrió en dirección a su hogar — Es gracioso... — Dijo Bunny siguiéndolo — Corres y tu taller está al lado de la casa.
— ¡Cállate, Bunny! — Irritado, obligó a sus piernas a moverse más rápido. De acuerdo al sorteo, ¡Él era el primero en presentar su proyecto! ¡Joder! Al llegar a la puerta, la abrió de un empujón y se interno en el largo pasillo del lugar — ¡Eres molesta! ¡Te odio!
El chico sonrió, no, no era cierto, ¿Cómo podría odiar a Bunny? Su fiel y hermosa Bunny. Bunny era una pequeña inteligencia artificial con una bonita forma de conejo, algunas veces molesta, codiciosa y otras amorosa y amistosa. En Deorum, cada persona tenía una. Eran diferentes, pero las mejores amigas y compañeras.
— ¿Por qué corres, hijo? — Yagi sonrió con melancolía al verlo. Tenía exactamente la misma cara que hace cien años, ¿Quién lo diría? La reencarnación era un ente curioso y un poco extraño. Jugaba con las almas a su antojo y aveces, solo aveces, era un ser dotado de buenas obras. Aunque claro, eso no era lo más sorprendente: está vez, Midoriya Izuku era su hijo biológico o debería decir, Yagi Yamikumo.
— Se me hace tarde, ya me dejó el autobús y no encuentro mi proyecto — Dijo con voz apresurada — Me tocará correr a la escuela — Cuando vio el robot, lo cogió con una rapidez aterradora, ¡Al carajo el estuche, lo llevaría al descubierto!
— Tu mochila — Le recordó Yagi — Bunny, asegurate de que llegue a la escuela... — Yagi soltó una carcajada, ¡Estaba hablando con una creación del hombre!
— Lo haré — La vocecita infantil de Bunny se enredó alrededor de sus tímpanos. Era un poco irritante si le preguntaban.
— Nos vemos, papá. Dale un abrazo a Denki de mi parte... — El rey del cielo asintió y caminó en dirección a las escaleras.
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Hilo rojo | KatsuDeku |
FanfictionMidoriya Izuku y Kaminari Denki son capaces de ver el hilo rojo del destino. Si el hilo es negro, significa que tu destinado está enamorado de alguien más y si cortas tu hilo, tus sentimientos y alegría se esfuman. Solo queda un cascarón vacío y un...