Los días pasaron grises y húmedos. El llanto despiadado y cruel de las nubes cubría al mundo, robándole el color y sumergiéndolo en una inmensa llovizna de caos. Izuku sonrió, ya pegaba en el centro, ¡La bala no se desviaba a la derecha o a la izquierda! ¡Destrozaba el blanco sin siquiera dudarlo! Habían pasado dos semanas desde su encuentro con Todoroki Shoto y vaya que había sido productivo. Había visitado todos los días el campo de tiro.
— Hijo, ¿Puedo preguntarte algo? — Toshinori se acercó a Izuku y le escrutó el semblante. El chico se veía feliz y orgulloso. En otras circunstancias, sería una buena y cálida vista.
— ¡Claro! — Izuku continuó disparando. El Bang Bang de la pistola serpenteó a lo largo y ancho del techo del establecimiento y creó una oleada de ecos mortales.
— ¿Estás seguro de esto? — La pregunta hizo que Midoriya frunciera el ceño. A estás alturas, estando tan cerca de su objetivo, ¿Cómo no estaría seguro?
— Lo estoy, ¿Tú no? Me he estado haciendo la misma pregunta una y otra vez: ¿Por qué estás de acuerdo con esto, papá? — Un silencio antinatural los envolvió. En su deseo violento por salir, las palabras despedazaron la garganta de Toshinori.
— Solo quiero que seas feliz y en cierto modo, lo entiendo. Creo que yo haría lo mismo por tu madre... Además, sería egoísta de mi parte prohibírtelo — Al pensar en Inko, un retorcijón le revolvió las entrañas. Su amada y hermosa Inko, ¿Qué haría él, si la mujer hiciera lo mismo que Katsuki hizo? ¿Llorar? No, claro que no. Él se vengaría y de una forma cruel — Además, ¿Qué es la vida sin la persona que amas? — Susurró — Pienso que soy más humano de lo que creí... y no te preocupes, yo me encargaré de ella y de Denki.
— ¿Denki podrá recuperar sus sentimientos? — De soslayó observó el serio rostro de Yagi, ¡Joder! Disparó una y otra vez. Desató su ira en cada disparo, las balas estaban recubiertas por un halo de angustia. Una desesperación indomable le arrancó el alma y ya deshizo en un barril de ácido — ¡Prométeme que harás todo lo que esté en tu poder para devolvérselos! ¡Promételo!
— Lo prometo... — Yagi mordió su labio con fuerza. El sabor metálico de la sangre inundó sus papilas gustativas, ¡Qué irritante!
— Ahora que lo pienso, ¿Por qué pude recuperar mis sentimientos? — Izuku recargó el arma y volvió a disparar, Bang, Bang, Bang era el único sonido que reinaba en el lugar.
— Porque estuviste muerto y Denki no puede morir y regresar a la vida... — Dijo Yagi en un hilo de voz — La maldición del hilo rojo es muy difícil.
— ¡Joder! — El grito le raspó las cuerdas vocales, ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Inhaló y exhaló — ¿Crees que ya estoy listo? — Midoriya dejó caer la pistola. Esta impactó con fuerza sobre el suelo — Lo haremos hoy.
— Lo estás, pero... — Por primera vez en su larga vida, el rey del cielo sintió una inquietud aborrecible recorrerle la espalda — Te amo, Izuku, después de tu madre, Denki y tú son el mejor regalo que he tenido — En este punto, las lágrimas bajaban como torrentes por las mejillas de Yagi. Parte de su corazón y parte de su vida se irían con Midoriya Izuku.
— También te amo y siempre lo haré. Puede que pasen años hasta que reencarne, pero prométeme que me buscarás en la otra vida. Siempre serás mi padre — Yagi soltó un sollozo, la primera persona que le dijo, "Papá" Había sido Izuku y ahora, esa persona se convertiría en polvo, ¡Oh, Shigaraki! ¿Cuál era el sufrimiento que te esperaba? — Y por favor, después de que Dabi este muerto, encierra a Shigaraki por toda la eternidad... — Izuku arrugó la nariz, ¿Estaba bien pedirle eso a un dios?
— Ese siempre fue el plan — Ambos sonrieron, eran padre e hijo después de todo.
— Vamos, quiero ver a mamá y a Denki y pasar tiempo con ellos por última vez — Midoriya buscó su teléfono y llamó a Kaminari — Hola...¿Tienes planes para hoy?
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Hilo rojo | KatsuDeku |
FanficMidoriya Izuku y Kaminari Denki son capaces de ver el hilo rojo del destino. Si el hilo es negro, significa que tu destinado está enamorado de alguien más y si cortas tu hilo, tus sentimientos y alegría se esfuman. Solo queda un cascarón vacío y un...