Shigaraki chasqueó los dedos y todo se tornó penumbroso. Un bruma oscura y densa cubrió la habitación. Entrecerró los ojos, ¿Dónde estaba el demonio? A tientas, se atrevió a dar un paso al frente y de pronto, una ráfaga de aire le heló el cuerpo, ¿Viento? Se preguntó alterado, ¿De dónde había salido? Paulatinamente y ante su obnubilación, una luz cegadora empezó a develarse. Poco a poco, Katsuki fue capaz de divisar un cielo refulgente y turbador. Aquellos nubarrones eran increíblemente blancos y espesos, como si fuesen enormes trozos de algodón.
Por otra parte, estaba el color: un celeste exótico y centelleante, ¡Katsuki jamás había visto tal clase de firmamento! ¿Dónde se encontraba? De súbito, bajó la cabeza y al hacerlo, sus piernas flaquearon, ¿Qué mierda? ¡Estaba en lo alto! ¡Muy, muy alto! ¡No había nada bajo sus pies! ¡Flotaba! ¡Estaba flotando!
— ¿Te gusta? — Preguntó una voz maliciosa a su lado — Esta es Eira la ciudad de dónde proviene uno de tus objetivos — Shigaraki sonrió, mostrando los dientes puntiagudos — Estamos en Grymma. Este mundo tiene ciudades flotantes y Eira es una de ellas y sin duda, pertenece a la cúspide de lo innegablemente hermoso — Añadió con tono solemne y dedicado — Acerquémonos.
¿Islas flotantes? De nuevo, bajó la mirada y en efecto, desde dónde estaba, fue capaz de advertir que habían tres círculos disparejos de color plateado. Daba la impresión de estar viendo flores metálicas salpicadas de gracia y belleza. Repentinamente, recordó las palabras de Shigaraki: "Grymma es igual a está imagen de aquí" — Steampunk — Susurró. ¡Joder! ¡Estaban hablando de robots con resortes y aeronaves en forma ovalada! Negó con suavidad, no debía distraerse.
— ¿Por qué hemos venido? — Las pupilas de Shigaraki destellaban malignas y despreciables, era un brillo nauseabundo y desquiciado — ¡Joder! ¡¿Qué hacemos aquí?! — Insistió.
— Solo estoy mostrándote, quiero que conozcas y que tengas un poco de conocimiento acerca del campo de batalla — "Campo de batalla" Aquella frase envió temblores a través de su columna vertebral. Esas tres palabras eran ruines y asquerosas, como si fuesen un vil llamado a la guerra.
Shigaraki movió la mano y para sorpresa de Katsuki, empezaron a descender. El vértigo de la bajada causó un nudo grotesco en su estómago y al cabo de unos segundos, aterrizaron sobre un resplandeciente suelo de tonalidades oscuras. Bakugo movió la cabeza en todas direcciones y lo que vio, le robó un suspiro de deleite, ¡Era hermoso! Habían edificios prominentes, cuyas ventanas lucían disparejas y altas y lo más sorprendente, todos ellos estaban conectados por puentes levadizos de cristal y metal, ¡Era como estar dentro de uno de sus posters! Como si estuviese escrutando un mundo de fantasía.
— Así que eso es un robot — Balbuceó con exquisitez y con una emoción infernal bullendo en su interior.
Justo en el centro del lugar, había un robot enorme de color dorado. Sin embargo, también habían cuerpos metálicos caminando lado a lado con los humanos, ¡Maldita sea! ¡Los detalles! ¡Al puro estilo victoriano! Arriba, habían aeronaves ovaladas y coloridas, ¡Todo un espectáculo! Katsuki deseó adentrarse un poco más en la ciudad, no obstante, Shigaraki volvió a chasquear los dedos y todo se sumió en un silencio absoluto. Lentamente, empezó revelarse un paisaje diferente y sombrío, ¡Estaba lloviendo! Las gotas cristalinas caían cansadas y cautivantes, ¿Dónde se encontraban? Está vez, no flotaban, al contrario, estaban parados sobre una plataforma.
— ¡Mira a tu alrededor! — Dijo Shigaraki — ¡Estamos en Ödet! — Anunció alzando ambas manos.
Katsuki se inclinó unos centímetros hacia la derecha y se percató de que estaban sobre la azotea de una casa baja y desconocida. Parpadeando, examinó el lugar: los edificios eran enormes, semejantes a imponentes alfiles. Sin embargo, había algo diferente. Estaban plagados de pequeñas ventanas y cada uno resplandecía bajo el extravagante brillo de un holograma, ¡Toda la ciudad refulgía! Con una ceja arqueada, elevó la cabeza.
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Hilo rojo | KatsuDeku |
FanfictionMidoriya Izuku y Kaminari Denki son capaces de ver el hilo rojo del destino. Si el hilo es negro, significa que tu destinado está enamorado de alguien más y si cortas tu hilo, tus sentimientos y alegría se esfuman. Solo queda un cascarón vacío y un...