Seventeen

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Katsuki aflojó su corbata, ¿Cómo podía la gente aguantar aquella sofocación por tanto tiempo? Abatido, atravesó el umbral de la puerta, ¡Necesitaba salir de allí! ¿Cuánto más podría aguantar sin deshacerse en un llanto vil y atroz? Inhaló y exhaló, el aire empezaba a tornarse denso y pesado. Con el corazón palpitando en un frenesí incontrolable, se volvió. La madre de Izuku lloraba sin cesar, la mujer lucía rota y vieja, como si llevase años sollozando, ¡Odiaba los funerales! ¡Odiaba que él estuviera muerto! ¡Se despreciaba a sí mismo por haber dudado por tantos años!

— Si quieres llorar, llora — La monótona y aburrida voz de Denki lo golpeó con fuerza y furia — Tú si puedes sentir, yo no siento nada — Dijo parpadeando — Llora por mí — Susurró. Katsuki le escrutó el rostro: impasible y sin emoción alguna, era aterrador.

— No debieron cortar ese maldito hilo — Siseó — ¡Yo lo amo! — Farfulló y de súbito, las lágrimas empezaron a bailotear por sus mofletes: carcomiéndole la piel y derritiéndole los huesos — ¡No debieron! — Su voz se convirtió en un gruñido lejano — Me hubiera gustado conocer su casa, a sus padres e incluso ser tu amigo, Kaminari, ¿Por qué lo hicieron? — Escupió furioso — ¡Yo quería todo eso, pero no así! — Señaló a su alrededor con los dedos temblorosos — ¡Estamos en su funeral! ¡Sé qué no tienen la culpa! Sin embargo, ¡Todo dio inicio desde que cortaron esa maldita mierda! — Volvió a inhalar y a exhalar, debía calmarse y rápido. Levantar el telón y mostrar en escena su desesperación, estaba fuera de cuestión.

— ¿Cómo es posible que lo ames? — Pese a desear sonar sorprendido, Denki solo alzó la voz. El mismo tono monótono y aburrido le envolvió las cuerdas vocales — ¿Izuku te contó lo del hilo y tú le crees? — Katsuki asintió — Vaya, ¿Quién lo diría? No obstante, yo vi tu hilo, Bakugo. Era negro y oscuro, ¿Cómo explicas eso?

— ¡No lo sé! ¡No lo sé! — Respondió fatigado y cansado. De nuevo, volvía a sentirse viejo y desvalido — ¡Pero voy a arreglarlo! — Denki alzó una ceja, ¿Arreglarlo? ¿De qué estaba hablando? — ¡Nos vemos! — Anunció.

Cuando Katsuki salió, el sol le quemó la cara. Una mezcla caótica de impaciencia y desprecio se adhirió a sus músculos y lo obligó a correr. Corrió como si el asfalto fuese un calabozo repleto de fieros tiburones. A medida que avanzaba, las casas crecían y se encogían. Las ramas de los árboles cimbraban de manera imperceptible ante la brisa del otoño. La hierba mordisqueada y las hojas secas crujían bajo sus pies. Al divisar su casa, soltó un suspiro de alivio, lo que más deseaba era la penumbra de su habitación. Hurgó en el bolsillo de su pantalón, extrajo las llaves y se obligó a ir más y más rápido. Abrió la puerta y subió la escalera de dos en dos. Buscó su cuarto y entró.

Se dejó caer sobre el gélido piso. Escondió la cabeza entre las piernas y gritó. Gritó hasta el cansancio, apretando los párpados en un vano intento de detener las lágrimas, ¡Esas malignas y sucias gotas de agua! — ¿Por qué no estás aquí? — Balbuceó angustiado.

Súbitamente, una idea bailoteó en los límites de su mente, tatuándose con fuego sobre las paredes de su cerebro — ¡Shigaraki, sé que estás oyéndome! ¡Te dije que haría lo que fuera por Deku! ¡Aparece! ¡Sé que fuiste tú quién me habló! ¡Izuku me contó de tu asquerosa existencia! — De repente, un olor a azufre inundó el lugar. Aquel intenso aroma despedazó sus fosas nasales — ¡Joder! ¡¿Es necesario el olor?! — Preguntó furibundo. Ya tenía suficiente con el sabor desagradable de su nombre.

— Pues sí, es necesario — La voz del demonio se incrustó el los tímpanos de Katsuki como si fuese una daga plagada de veneno — ¿Harás lo que sea que te pida? — Poco a poco, se dejó ver.

Katsuki se levantó de un salto y lo examinó obnubilado. Su cabello cano carecía de brillo, era un blanco sucio y descuidado. Sus hebras de nieve le cubrían parte del arrugado rostro, sus facciones y su semblante estaban atestados de una malicia desconocida. Los ojos le echaron chispas, tanta maldad se reflejó en ellos que Katsuki dio un paso atrás, ¡Era un demonio espeluznante y vil!

Hilo rojo | KatsuDeku |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora