Capítulo 35

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Un hermoso vestido de princesa con brillos, un gran velo un peinado con una corona y un perfecto maquillaje. Me miraba en el espejo y podía notar que hasta el mas mínimo detalle estaba hecho, yo vestía como me lo había imaginado, era la novia más afortunada pero seguía sin ser feliz.

—Puede que sean los nervios.

—Puede que no—gire para observar a Itari entrar —realmente eres una novia hermosa.

—Gracias.

—Vine solo a dejar un regalo ya que me temo que no soy fanática a este tipo de bodas.

—¿Este tipo de bodas? —pregunté confusa pero ella solo me sonrió.

—Escuche que Marcus no decidió asistir.

—Si, tenía un negocio importante en Italia.

—Me preguntó con quién ya que yo soy su única socia en ese lugar.

—Se que mintió, no soy una tonta.

—Pero tampoco eres muy inteligente si estas aquí. En fin, como decía mi regalo—me extendió un pequeño sobre el cual tomé—Guárdalo cerca de ti, se que lo vas a necesitar.

—Señorita De Simone, le podría hacer una pregunta que espero no suene ofensiva para usted.

—Adelante, eres la novia así que se te permite hacer lo que quieras.

—¿Por qué usted no se a casado?

Ella me miró y empezó a reír.

—Creo que el matrimonio es algo que decides hacer para tu vida no con tu vida. Una decisión que se requiere de mucha seguridad pero en especial mucho amor. La verdad es que no tengo ninguna ni la otra al menos no en la misma sincronía, e amado mas no e tenido seguridad.

—¿Por qué?

—Amar no siempre es suficiente.

Itari se marchó pero yo solo observe aquel sobre de regalo que me dio pensé en abrirlo pero alguien tocó la puerta gire para ver a Karol indicarme que ya era hora por lo cual le entregue el sobre para poder ir a la sala de ceremonia.
Mire a mi padre y le sonreí el beso mi frente mientras hablaba acerca de lo mucho que había crecido, mi padre hablaba y tomaba mi brazo con orgullo mientras las puertas se abrían yo sonreí pero no sentía esa felicidad que tanto esperaba de pequeña incluso mientras miraba a Kent frente a mi yo aún seguía sin tener ese sentimiento de absoluta felicidad. Tomé la mano de Kent cuando llegué a su lado y le sonreí, yo debía dejar esos sentimientos de lado debía a aprender a ser feliz pues mis sueños por fin se estaban haciendo realidad.
Mire al juez quien empezó con su discurso pero en mi mente aun divagaba un poco, cerré los ojos pues tenía que concentrarme esperaba no haber olvidado mis votos matrimoniales.

—Qué hable ahora o calle para siempre. Si no hay una objeción presente entonces...

—Yo me opongo.

Levante la mirada un tanto confusa mientras miraba a Kent quien tenía su mano levantada.

—¿Que? Kent, ¿que es lo que sucede?

—Te conozco Ari, lo suficiente como para saber cuando finge estar feliz.

—¿De qué hablas?

—Te amo, pero eso no es suficiente.

—Kent,pero...

—Lo cierto es que nadie es totalmente bueno todos tenemos pensamientos y acciones egoístas, bueno creo que es bueno confesar la mia—lo vi sacar una hoja de su saco la miró por un momento para luego sonreir en mi dirección, me entregó estoy yo la tome.

—Esta es la letra de Marcus.

—Mira el reverso.

Gire para observar una lista de deseos que escribimos cuando éramos pequeños, algunos están marcados pero la mayoría estaban en blanco pero de todos esto hubo uno que captó mi atención "votos matrimonial" este marcaba con una flecha por lo cual gire para ver lo que tenía escrito.

Mi querida Arianwen, desde la primera vez que te vi pensé esta chica si que es un desastre y una completa torpe pero también alguien muy linda y con un gran espíritu. Tienes todo lo que me falta, eres la persona que no me atrevo a ser, el ser que hace brillar mi oscuro mundo, la única persona capaz de hacerme reír a carcajada y hacerme llorar, eres mis alegrías, mis tristezas, eres mis inquietudes y mis soluciones, eres todo lo que quiero en esta vida y aunque yo no me acerco ni aunque sea un poco a tu ser amado creo que si reúno el requisito más importante el cual es el de amarte de una manera incondicional. Arianwen Xique, te amo con todo lo que tengo.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mi rostro mire al frente al observar a Kent quien limpiaba estas con un pañuelo.

—Lo amas, más que a nada ni a nadie, siempre lo supe y quise ser egoísta por un momento pero no puedo atarte a mi de esta manera.

—Pero eres lo que siempre soñé.

—Si, tal vez lo sea pero no soy lo que necesitas.
Ve, y se feliz pero está vez de verdad.

—Gracias, Kent.

Le abrace por un momento para marcharme, escuche como las voces de las personas retumbar por todo el salón incluso podía escuchar a mis padres pidiendo una explicación pero no tenía tiempo, necesitaba alcanzar a Marcus antes de que tome su vuelo.

—¿Necesitas que te lleve?

—Damián.

—Anda, sube—seguí sus instrucciones para luego mirarlo conducir.

—¿Como es que tu...

—Solo diré que le debo una gran cantidad de dinero a cierta persona y esto va a salvar mi deuda.

—¿De qué persona hablas?

—Es Italiana, es alguien muy astuta.

—Si, si lo es.

Al llegar al aeropuerto baje con prisa note como todas las personas me miraban con cierta sorpresa y no los culpo no siempre una mujer vestida de novia llega a un aeropuerto como si fuese una completa loca, me acerque al mostrador sobresaltado a la joven.

—El vuelo 136 a Italia, ¿cuando va a despegar?

—Lo sentimos señorita pero el avión ya despejó, hubo un adelanto en el vuelo.

—Bien, no importa, el próximo vuelo, ¿cuando es?

—En un momento le verifico.

Escuche el sonido de mi celular mire a la señorita para permitirle un par de momentos me agache para alzar un poco el vestido y sacar mi celular de la cinta donde lo había escondido.

—Se que tienes muchas preguntas Karol pero...

—Realmente tengo más una confesión que darte.

—¿De qué hablas?

—El sobre qué me diste, creo que lo mejor será que vuelvas para leerlo.

—Yo no tengo tiempo para volver, estoy en el aeropuerto y debo..

—Precisamente te llamo, esto, sabes que te enviaré una fotografía.

Colgué para revisar las imágenes que Karol me había enviado, era una carta de Marcus, él había dejado el trabajo y no sólo eso, ahora entendía la razón del porqué me había dado el sobre, él le confesó a Itari que se iría a hacer su vida y que era tiempo de cumplir sus propios sueños, no sabía con exactitud a dónde pero él iba a empezar un nuevo camino y ahora me daba cuenta que yo no estaba incluida en ese plan, yo llegué tarde y no había manera de decírselo que estaba equivocada y que lo amaba.

¿Aceptas Este Amor? Si... No... ¿Tal Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora