Capítulo 08

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Mire a Damián quien se encontraba sentado en la parte del copiloto de mi auto, su mano derecha la cual lastime y rompí un par de dedos con la puerta de mi auto, la mantenía sobre su pecho mientras que con la otra sostenía a su perro, me aclare la garganta un tanto nerviosa por lo ocurrido y es que nunca imagine el haberle roto un par de huesos, la verdad es que las cosas no pintaban bien desde un principio y era de esperar que terminara así pero nunca pensé que tal mal, ahora él debe mantener un largo reposo y no hacer ningún esfuerzo, normalmente pensaría que es algo genial pero no para él que es fotógrafo y periodista por ende ocupa ambas manos pero es obvio que ahora no puede usar una de ellas, incluso aunque pague los gastos médicos me sigo sintiendo horrible, él giro a verme y yo de inmediato mire hacia el frente, no podía con la vergüenza.

—En verdad lamento lo que pasó.

—Como sea.

—Nunca fue mi intención.

—Puedo notarlo.

—Te compensare por ello, prometo hacerme responsable.

—Da igual.

—Se que no nos llevamos bien pero jamás fue mi intención hacerte daño.

—Solo llévame a casa.

—Se que estas molesto pero si tan solo...

—Solo olvídalo y llévame a casa.

La conversación ni siquiera se sintió bien en vez de arreglar las cosas más bien parece que las arruine, ¿por que las desgracias, la mala suerte y el desastre me siguen a todos lados?
Al llegar nuevamente al edificio baje al ayudarle con sus cosas pero él se negaba a verme la cara, esto no me hacía sentir nada bien mas bien la culpa crecía, quería recompensar lo de su brazo y no solo porque fui la causante de ello también quería hacerlo porqué debido a mi ya no podría realizar su trabajo lo que significa que estaría sin empleo por un tiempo. El camino hasta su departamento fue silencioso, él se negaba a respirar incluso cerca de mi y cuando llego a la puerta solo veía como se negaba a aceptar mi ayuda y como todo era un movimiento torpe tras otro, finalmente decidí acercarme para ayudarle a abrir la puerta, su perrito fue el primero en entrar, vi al cachorro dirigirse directamente a una pequeña cama, miro alrededor observando que aún había varias cajas de mudanza, le mire pero él solo siguió su camino.

—Si necesitas ayuda con algo solo debes llamarme.

—Creo que ya tuve suficiente de tu presencia  por hoy.

Él cerró la puerta en mi cara y aunque era un acto bastante grosero no lo culpa, si fuese yo la persona en su lugar también estaría bastante molesta. Pensaba que después de haber recompensado lo de su cámara podría simplemente ignorarlo sin tener ningún cargo en mi conciencia pero ahora me sentía peor que antes, ahora mi conciencia no dejaba de molestarme por ese hecho, creo que las cosas de ahora en adelante serán bastante complicadas.
Mire la puerta de su departamento y luego observe mi celular un tanto dudosa, Karol no dejaba de llamar y no la culpa después de todo ella escucho todo el caos desde su teléfono y cuando solo me limite a decirle que estaba en el hospital por un mensaje debí haberla preocupado, pensé en contestar pero escuche un gran estruendo en la casa de Damián, toque el timbre sin embargo nadie abrió por lo que atreví a entrar a su departamento, escuchaba a su perro ladrar sin parar a lo cual seguí el ladrido de su perro, al acercarme lo vi en el suelo boca abajo mientras varios sartén es estaban a su alrededor junto con un par de cajas.

—No siquiera voy a atreverme a preguntar si estas bien—deje mi bolso sobre la barra para inclinarme hacia a él y guardar los sartenes en la caja—. Se que estas molesto conmigo y que no quieres verme pero creo que un poco de ayuda no te haría mal.

¿Aceptas Este Amor? Si... No... ¿Tal Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora