Capítulo 32

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Abrí los ojos para girar la cabeza y mirar el espacio vacío, me levante lentamente con la esperanza de encontrarlo aún en mi departamento pero él simplemente se había marchado, por un momento llegue a creer que tal vez las cosas serían diferentes pero me equivoque supuse de inmediato que esto había sido un adiós definitivo.
Tome un pequeño bote de yogurt para comerlo en el sillón de la sala pero solo podía observar el recipiente lo deje a un lado para invadir mi corazón con la tristeza, debía dejar de aguantar las cosas era momento de llorar para dejarlas ir por completo y continuar con mi vida como debería, ya era momento de seguir con mi vida sin tenerlo presente como algo más.
Aunque voy a admitirlo no fue sencillo, seguí con la rutina de siempre en mi vida preparando los sueños de los demás, lo veía en la distancia subiendo a su auto con su celular siempre a su lado creo que es la única forma en la que ambos nos vemos bien estando en la distancia ocupando nuestro tiempo en el trabajo, creo que las cosas entre ambos siempre estuvieron bien cuando estábamos lejos.

Podía sentir como mi cabeza dejaba de funcionar mientras buscaba una idea perfecta para el próximo trabajo se que suelo decir que los polos opuesto son mis trabajos favoritos pues me gusta encontrar la armonía entre las cosas pero este caso si que era difícil pues no parecía haber nada de común entre ambos eran más que opuestos.

—Creo que alguien necesita de un descanso —levante la cabeza para observar a Kent entrar a mi oficina para tomar asiento en el suelo frente a mi—¿todo bien?

—Nunca pensé decir esto pero este trabajo es imposible.

Aquello lo hizo reír.

—Pensé que nada era imposible para ti.

—Si bueno, ahora mismo mi última neurona colapsó.

—Si, Karol también mando todo al demonio y se fue a casa. Parece que esta pareja solo discuten.

—Es interesante que a pesar de que no tienen ningún tipo de acuerdo sigan queriendo casarse.

—Algunas personas son extrañas, además sólo porque no estén de acuerdo en todo no significa que no se aman.

—Supongo que tienes razón.

—Una vez dijiste que el amor es más que un pensamiento y una acción bonita, es una conexión que ni el tiempo puede destruir. Aún si pasan cien años si el amor perdura no importan las diferencias.

—No puedo creer haber dicho algo así.

—Cree lo yo aun lo tengo grabado muy bien en mi mente—dijo tomando uno de los catálogos de muestra lo escuché reír para mostrar el diseño de la boda de invierno y verano—si que son opuestos.

—Tienen gustos más que opuestos, suelo combinar las cosas pero con ellos es imposible.

—Esto me recuerda a esa maqueta que hiciste de pequeña.

—¿De qué hablas?

—Hablo de tu primer intento de planeación de bodas, a tu hermana le gusta contar esa historia de como solías ordenar que debía ser su boda.

Mencionó y varios recuerdos vinieron a mi mente es cierto aquella maqueta, mire a Kent quien seguía hablando pero no prestaba del todo atención solo podía pensar que por fin tenía algo que pudiera funcionar.

—Al final te pusiste muy triste por no tener un perro debido a tus alergias.

—Tengo una gran idea, muchas gracias Kent—bese sus mejilla para levantarme de un salto para ir corriendo hasta mi auto.

Al llegar a casa mi padre me observó confuso cuando entre corriendo hasta subir a mi antigua habitación abrí el armario para hacer a un lado la ropa quite las viejas cajas de zapatos para sacar aquella vieja maqueta no pude evitar reír al verla incluso de pequeña era bastante creativa, tomé la maqueta entre mis brazos asegurándome que todo estuviera adentro corrí hasta mi auto para guardarla dentro de la cajuela del auto pero aún hacia falta ir por algo, mire la casa de enfrente y solté un largo suspiro de todos modos el nunca venia a casa así que estaba bien, cerré la cajuela para poder cruzar la calle y tocar el timbre.

¿Aceptas Este Amor? Si... No... ¿Tal Vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora